Matrimonio V/S Cohabitacion
karensolange8 de Octubre de 2013
3.748 Palabras (15 Páginas)2.569 Visitas
• Matrimonio v/s Cohabitación
ADULTEZ EMERGENTE
Cohabitación Matrimonio
Es un estilo de vida cada vez más común, en la que la pareja que no está casada tiene una relación de carácter sexual y vive bajo el mismo techo. Su aumento en las últimas décadas refleja la naturaleza exploratoria de la adultez emergente en la tendencia a posponer el matrimonio.
La cohabitación es menos satisfactoria y menos estable que el matrimonio, es muy probable que si los miembros de estas parejas tienen diferentes expectativas con respecto a la división de las faenas domésticas, terminen la relación.
Los que quieren casarse, postergan el matrimonio hasta que las circunstancias económicas lo permiten.
La cohabitación después de un divorcio es más común que la premarital, pues aparece funcionar como una forma de seleccionar pareja para las segundas nupcias. Sin embargo, la cohabitación después de un divorcio, demora mucho las segundas nupcias y contribuye a la inestabilidad del nuevo matrimonio. En lugar de considerar el matrimonio como un paso inevitable rumbo a la adultez, como en el pasado, los jóvenes de hoy creen que para casarse primero hay que ser un adulto. Casi todos piensan casarse, pero cuando estén listos, y consideran como obstáculos enormes mantenerse económicamente y establecerse en un trabajo o una profesión. Una minoría, casi siempre de zonas rurales, simplemente contraen matrimonio.
La transición a la vida matrimonial produce grandes cambios en el funcionamiento sexual, organización de la rutina diaria, derechos y responsabilidades, apegos y lealtades. Entre otras tareas los casados tienen que volver a definir su vínculo con su familia de origen, equilibrar la intimidad y la autonomía y establecer una relación sexual satisfactoria.
Vida de soltero en la adultez temprana
Algunos adultos tempranos están solteros porque no han encontrado la pareja correcta, pero otros eligen estar solteros.
En la actualidad son más las mujeres que se mantienen y hay menos presiones sociales por casarse.
Algunas personas quieren libertad para recorrer el país o el mundo, progresar en su carrera, proseguir con su educación o hacer trabajo creativo sin tener que preocuparse por como su búsqueda de autorrealización podría afectar a otra persona. Algunos disfrutan de la libertad sexual. Otros consideran estimulante su estilo de vida. Unos más prefieren la soledad. Otros posponen o evitan el matrimonio por miedo de terminar en un divorcio.
ADULTEZ MEDIA
Cohabitación Matrimonio
Tanto mujeres como hombres tal vez deseen una compañía intima pero es posible que puedan disfrutar de la compañía sin el compromiso del matrimonio formal, un compromiso que en la edad media significa la posibilidad de tener que cuidar a un esposo enfermo. En la mitad de la vida, el matrimonio es muy distinto de lo que solía ser. Anteriormente, cuando las expectativas de vida eran más cortas, las parejas permanecían juntas hasta 40 años. En la actualidad, la mayoría de los matrimonios termina en divorcio, pero las parejas que permanecen juntas pueden esperar pasar 20 o más años de matrimonio después de que el último hijo deja el hogar.
Los que están satisfechos con su vida sexual tienden a estar más satisfechos con su matrimonio, y una mejor calidad matrimonial.
ADULTEZ TARDÍA
Cohabitación Matrimonio
Los ancianos que cohabitan tienen ciertas desventajas en comparación con las personas mayores que vuelven a casarse. Quienes cohabitan, en particular las mujeres, suelen tener menos ingresos y es menos probable que sean propietarios de sus viviendas, Por otro lado, en comparación con los adultos mayores sin pareja, suelen tener mayores ingresos familiares y es más probable que tengan empleo de tiempo completo. Son menos propensos a ser religiosos y a tener amigos o familiares que vivan cerca. Las parejas casadas que siguen juntas en la adultez tardía tienen mayor probabilidad que las parejas de mediana edad de reportar que su matrimonio es satisfactorio, y muchos dicen que ha mejorado. Al final de la crianza de los hijos, éstos tienden a convertirse en una fuente de placer y orgullo compartido en lugar de una fuente de conflicto. Sin embargo, de a cuerdo con el Estudio de envejecimiento exitoso de MacArthur, los hombres reciben apoyo social principalmente de sus esposas, mientras que las mujeres dependen más de los amigos, familiares e hijos.
En la vejez, el matrimonio es sometido a una prueba severa por la edad avanzada y las enfermedades físicas, aunque una relación marital cercana puede moderar los efectos psicológicos negativos de las discapacidades funcionales pues reduce la ansiedad y la depresión e incrementa la autoestima.
Viudez: Las ancianas tienen mayor probabilidad de ser viudas. Las mujeres suelen sobrevivir a sus maridos y, en comparación con los hombres, es menos probable que vuelvan a casarse.
Vida de Soltero en la adultez tardía
En la mayor parte de los países, 5% o menos de los ancianos y 10% o menos de las ancianas nunca se casaron. Es menos factible que experimenten la “presión de soltería”: estresores crónicos, prácticos y emocionales que se atribuyen a la falta de una pareja íntima. Las razones pueden ser que quienes nunca se casaron tampoco pasaron por el estrés de terminar un matrimonio y a que en la adultez temprana desarrollaron habilidades y recursos como la autonomía y la confianza en sí mismos que los ayuda afrontar la soltería. También disponen de más recursos tangibles y gozan de mejor salud, de mayor educación e ingreso que quienes han estado casados.
• Paternidad / relación con los hijos / relación con los padres ancianos / El rol de los abuelos en la familia
ADULTEZ EMERGENTE
Paternidad: En las sociedades industriales, las personas tienen menos hijos hoy que en generaciones anteriores y empiezan a tenerlos más tarde en muchos casos por que dedican los años de la adultez emergente a la educación y a establecer una carrera. La edad del primer parto varía según los orígenes étnicos y culturales. Algunas consideran el matrimonio como una forma de aumentar su intimidad no como una institución dedicada a tener y a criar hijos. A otras las disuaden las cargas financieras de la paternidad y la dificultad de combinarla con el trabajo. Mejores guarderías y otros servicios de apoyo ayudarían a las parejas a tomar decisiones realmente consientes.
La paternidad como experiencia del desarrollo: El primer hijo marca una importante transición en la vida de los padres. Esta nueva persona, totalmente dependiente cambia a un hombre o una mujer, así como a la relación que haya entre ellos. A medida que los niños se desarrollan, los padres también lo hacen. Además de los sentimientos de emoción, maravilla y asombro, la mayoría de los padres experimenta cierta ansiedad por la responsabilidad de cuidar un niño, el compromiso y el tiempo que entrañan y la sensación de permanencia que la paternidad impone a un matrimonio. El embarazo y la recuperación del parto pueden afectar la relación de una pareja; algunas veces acrecienta la intimidad; otras, levanta barreras.
Participación de hombres y mujeres en la paternidad: Aunque ahora la mayoría de las mujeres trabajan fuera de casa, dedican más tiempo al cuidado de los hijos que las madres de la década de 1960, cuando 60% de los niños Vivian con un padre que salía a trabajar y una madre que se quedaba en casa. En la actualidad, solo alrededor del 30% de los niños viven en esas familias. No obstante, en 2000, las madres casadas dedicaron 12.9 hora por semana al cuidado de los hijos, en comparación con 10.6 horas en 1965 mientras que las madres solteras destinaros 11.8 horas de la semana al cuidado infantil, en comparación con 7.5 horas de 1965.
Además del tiempo que se emplea en el cuidado directo de los hijos, la paternidad cambia otros aspectos de la vida de los hombres. Entre 5 226 hombres de 19 a 65 años, los padres que Vivian con sus hijos dependientes se entregaban menos a sus propias actividades sociales externas que quienes no tenían hijos y participaban mas en actividades escolares, grupos confesionales y organizaciones de servicio comunitaria. Los padres más participativos fueron los que reportaron mayor satisfacción con su vida. Influencia de la paternidad en la satisfacción marital. La satisfacción marital mengua en los años de crecimiento de los hijos. Los padres primerizos lidian con factores estresantes que afectan su salu8d y estado emocional. Pueden sentirse aislados y perder de vista el hecho de que otros padres pasan por los mismos problemas.
ADULTEZ MEDIA
Relación con los hijos: La paternidad es un proceso de dejar ir que por lo regular se aproxima o alcanza su punto culminante la edad media de los padres. La mayor parte de los padres que se encuentran al inicio de la edad media deben afrontar un conjunto diferente de problemas que surgen de convivir con hijos que pronto dejaran el hogar. Los padres de mediana edad, por lo general, las mujeres, suelen ser los guardianes familiares que conservan los vínculos entre las diversas ramas de la familia extensa. En la actualidad, las familias son diversas y complejas. Cada vez son más los padres de mediana edad que tiene que lidiar con el hecho de un hijo adulto siga viviendo en el hogar familiar o que lo deje solo para regresar. Sin embargo, hay algo que no ha cambiado: el bienestar de los padres suele depender de cómo les vaya a sus hijos.
Hijo adolescente, problemas con los padres:
...