Mujer: Objeto, totalidad y complemento.

Mujer: Objeto, totalidad y complemento.

Por: Michel Cueva Vázquez

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Un breve ensayo sobre la mujer, su represión, sus logros y su perfección. Aquí podremos notar la significativa diferencia entre los papeles o roles que toma la fémina y como es juzgada por su entorno. Un punto de vista en tres ángulos diferentes y la exaltación de la mujer de acuerdo a sus virtudes.

La mujer como objeto “Cosa material y determinada, generalmente de dimensiones reducidas” ha sido utilizada a lo largo de los tiempos sólo para la plenitud de otro y no como el ente pleno y libre que es. Un instrumento sexual del hombre y siempre estigmada por la sociedad a cumplir ese fin por medio de la supresión de normas, que no le permiten ser, pues parece que en la cotidianeidad su rol social se rige por cuatro simples palabras: “Haz, y no pienses”.

Prácticamente desde siempre la mujer ha sido reprimida de manera que no le han permitido exaltar su ser. En cambio la han degradado hasta llegar a convertirla en un sustrato del hombre que solo sirve para complacer, servir y criar. Entonces, ¿es acaso ella materia sin alma y sin razón? ¿O por qué no le permiten realizarse tal y como un hombre, ser humano y pensante, lo hace? Es más bien un complejo de superioridad del varón que lo hace notar por medio de fuerza y miedo, como menciona Paz en la dialéctica de la soledad, “La mujer vive presa de la imagen que la sociedad masculina le impone; (…) si se atreve a ser ella misma, debe romper esa imagen con que el mundo encarcela su ser”. Es por esto que las mujeres que lucharon contra este ideal machista, que se atrevieron a ser ellas mismas y romper esa imagen (que cabe resaltar, han sido muchas), lograron hasta hoy en día un cambio primordial gracias a su valor, del cual nos podemos dar cuenta debido a todas las puertas que se han abierto para ellas y de una justa igualdad que es mas sencilla presenciar en estos momentos.

Ahora, la mujer como totalidad, y me refiero así por que es un conjunto de elementos que la elevan de una manera casi perfecta pues ella es señora, dama, dueña, ama, doncella, Eva, Venus, niña, joven, adulta, anciana, servidora, amante, esposa, compañera, pero más que nada madre, y es completamente capaz de ser independiente y suficiente, por lo que se ha ganado el reconocimiento de las personas que le rodean.

No esta de más citar a Oliverio Girondo con un poema en el cual destaca a la mujer en su manera mas sublime, “El espantapájaros”:

No se me importa un pito que las mujeres tengan lo senos como magnolias o como pasas de higo; (…) Le doy una importancia igual a cero, (…) Soy perfectamente capaz de soportarles (…) ¡pero eso sí! Y en esto soy irreductible no les perdono, bajo ningún

pretexto, que no sepan volar. (…) ¡María

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