La mujer como objeto en la publicidad

La mujer como objeto en la publicidad.

La denigración de la mujer ha sido una constante en los diversos medios publicitarios siendo esto sólo un ejemplo más de la superficialidad de una sociedad en decadencia de valores.

Una de las prácticas más habituales de la publicidad desde sus orígenes ha sido la de reducir a la mujer a un "objeto" dentro de todo lo referente a los contenidos publicitarios. La mujer está despersonalizada, cada vez más sin identidad propia además de estar sometida a la crítica pública y la vulneración de su dignidad. Ésta forma de violencia alegórica que es en su mayoría de ocasiones invisible e inapreciable somete a las mujeres a mostrar y vender su cuerpo de manera inadecuada a través de publicidad, para así crear una imagen de prototipo perfecto regido entorno a una sociedad influenciada por los medios de comunicación.  

La mujer es empleada de diversas formas en la publicidad para atraer fácilmente la vista del público, es decir, el uso de imágenes subidas de tono como perfecto medio de persuasión para influir en la compra del consumidor. Aunque el mundo ha evolucionado y con ello la imagen de la mujer en la sociedad aún en el ámbito publicitario se sigue explotando la imagen femenina como objeto de deseo, reduciendo su condición de mujer para sacar un beneficio someramente económico.

Pero, ¿Qué imagen se tiene del género femenino en la publicidad? En variadas ocasiones, la publicidad nos muestra una imagen de la mujer estereotipada relacionada en su gran mayoría con las tareas del hogar y dócil al hombre, por otro lado, también se representa como un objeto sexual, estimulando a adquirir determinados productos sin tener ninguna relación con los mismos.

Una de las grandes controversias y polémicas que ha causado y sigue causando la implementación de la figura femenina en la publicidad son los estereotipos que allí se reflejan, pues actualmente la gran mayoría de publicidades usa chicas jóvenes con un alto atractivo, con cuerpo escuálido y  rostro andrógino, conllevando esto a reflejar baja autoestima en la población adolescente que tiene como tendencia seguir todos estos paradigmas que le plantea la sociedad con anhelos de lograr reconocimiento y cabida en estos medios publicitarios.  

Cada vez se incrementa más la competencia publicitaria y con ello se fuerza a las mujeres a realizar actos que deterioran su dignidad, pues en esta sociedad pretende exhibir más para así adquirir y tener más posibilidades de venta ante otras compañías y/o marcas de productos. Tristemente la mujer ha accedido a este tipo de ofertas, muchas de ellas se han hecho esclavas del mercado, aunque también hay quien han sido engañadas con “rentables ofertas de trabajo” sin ser advertidas de la cruda realidad que hay muchas veces detrás de ello.

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