Neuropsicologia

1. ¿A qué pregunta responde la neuropsicología como ciencia?

La neuropsicología como disciplina científica tiene sus cimientos en las prácticas médicas que se desarrollaban en los siglos XIX y mediados del XX, entre los cuales resulta relevante mencionar los aportes de Paul Pierre Broca, quien a mediados del siglo XIX describe por primera vez el centro del lenguaje. Este descubrimiento resulto ser vital para el establecimiento del síndrome neuropsicológico por excelencia: la afasia (Rufo, 2006; Xomskaya, 2002).

Años más tarde, a principios del siglo XX el psicólogo ruso Alexander Luria perfecciono una diversidad de técnicas para el estudio del comportamiento de personas que padecían algún tipo de lesión en el sistema nervioso central. De esta manera completo una batería de pruebas para detectar afecciones de los procesos psicológicos como: memoria, atención, lenguaje, funciones ejecutivas, entre otros; los cuales resultaron muy efectivos para localizar lesiones y su extensión cuando aún no existían los métodos para el diagnóstico mediante imagen (Rufo, 2006; Xomskaya, 2002).

Bajo esta misma línea, en los años consecutivos la experimentación en animales permitió observar los cambios cualitativos y cuantitativos de la conducta en seres que sufrían lesiones en diferentes áreas del cerebro. Estos descubrimientos se pudieron corroborar en la especie humana, tras los traumatismos en los soldados combatientes de las guerras mundiales quienes proporcionaban a la medicina y la psicología oportunidades trágicas pero muy importantes para estudiar la función cerebral. Dicho trabajo permitió identificar las áreas del cerebro que se ocupan de las diversas manifestaciones conductuales (Rufo, 2006).

De esta manera es como en el siglo XX se constituye una nueva rama de la ciencia y la semiología clínica denominada “neuropsicología”, que procede de la neurología clásica y se ha desarrollado con el aporte de las neurociencias y la psicología. Su objetivo es responder a la pregunta de cuáles son las relaciones existentes entre la actividad cerebral,  las funciones psicológicas superiores y la conducta (Hecaen & Albert, 1978; Rufo, 2006).

             2. ¿Cómo se articula la neuropsicología a las ciencias del comportamiento?

El desarrollo de la neuropsicología presenta un paralelismo cronológico respecto a ciertos hitos que marcaron el camino de la psicología como disciplina científica. La revolución conductista iniciada a mediados del siglo pasado fue especialmente importante, de igual manera que sus desarrollos póstumos. Según Ardilla (1969) la psicología paso de ser el estudio de la mente a convertirse en la ciencia del comportamiento. Los trabajos de Skinner dieron origen a un sistema psicológico (el análisis experimental del comportamiento), a una filosofía (conductismo radical) y a una tecnología (el análisis conductual aplicado).

La neuropsicología se fundamenta en un análisis de la conducta aplicada. De esta manera Kolb&Wishaw (2006) definen la neuropsicología como el estudio de la relación entre la función cerebral y el comportamiento. Aunque la neuropsicología parte del conocimiento existente en diferentes disciplinas científicas tales como la anatomía, biología, etología, fisiología, el enfoque central es el desarrollo de una ciencia del comportamiento humano basada en la función cerebral.

             3. ¿Describa los métodos científicos que ha utilizado la neuropsicología

                  durante toda su historia?

Al momento de analizar de una manera critica el desarrollo histórico de la neuropsicología como disciplina científica, es posible observar los cambios metodológicos e instrumentales que ha sufrido a lo largo del tiempo como consecuencia de su práctica.

Aludiendo a sus inicios en el siglo XIX, es posible afirmar que fue un periodo enmarcado en la búsqueda de correlaciones anatómicas bajo el método clínico, en el cual prevaleció el localizacionismo que pretendía ubicar las funciones mentales en centros específicos del cerebro. La práctica en este momento estuvo dominada profesionalmente por neurólogos; ejemplo de esto son los hallazgos post-mortem de Paul Broca, dichos reportes lo llevaron a localizar el lenguaje articulatorio en el pie de la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo (Kolb&Wishaw, 2006).

El resurgimiento de la disciplina en el panorama científico está sujeto a un acontecimiento de índole social e histórica, las guerras mundiales. El afloramiento durante este periodo es atribuido a los trabajos de KurtGoldstein y por las grandes aportaciones de la escuela soviética presidida por Alexander Luria e inspirada por Vygotsky, herederos ambos de la tradición reflexologica de Shechenov y Pavlov. La neuropsicología que propusieron rescataba el papel de la psicología, buscó luchar contra el localizacionismo estricto de la época, como el reduccionismo biologicista al considerar el origen histórico y social de los procesos psicológicos. Es en este instante cuando hace su ingreso formal el método experimental, el prototipo de investigación es el trabajo de Scoville y Milner quienes estudiaron alteraciones de la memoria en pacientes (Xomskaya, 2002).

A partir de los años 80’s del siglo XX surgió un enfoque particular dentro de la disciplina conocido como neuropsicología cognitiva. Su método se centra en la utilización de las ciencias cognitivas para explicar los fenómenos y las relaciones anatomorficas-funcionales en los seres humanos. Esté postula la concepción modular de los procesos cognoscitivos, diseñando modelos fluidos de cajas y flechas para explicar los componentes de la lectura, la escritura, la denominación, el reconocimiento de objetos entre otros (Villa, S.F).

Por ultimo según la concepción de diversos autores, es posible afirmar que nos encontramos en una etapa de transición en la cual se está constituyendo un nuevo método. Según Fodor (2003) el paradigma de las redes corticales está emergiendo, gracias a los aportes de la psicología experimental, la neuropsicología cognitiva, las técnicas de observación e imagen cerebral y la investigación en primates & humanos de las redes cerebrales.

1. ¿Qué configuraciones sistémicas se han consolidado como líneas de investigación de la neuropsicología?

La investigación a través de los años se ha consolidado como la manera más veraz que poseen las disciplinas científicas para generar nuevos conocimientos y estructurar sus propias teorías. Desde las investigaciones llevadas a cabo por Paul Broca en 1861, donde se encontraba influenciado por la frenología, la investigación con fundamentación en la clínica y sus métodos se ha constituido como uno de los principales pilares de referencia en el campo. Broca presento el cerebro de un paciente que demostraba una gran dificultad para la expresión verbal y al mismo tiempo una comprensión aparentemente integra. Dicho cuadro se debía a un tumor en la parte posterior del giro frontal inferior del hemisferio cerebral izquierdo, el autor denomino este padecimiento como afemia. Desde entonces a esta región cerebral se le ha relacionado con trastornos en la expresión del lenguaje verbal, incluidos el termino genérico de afasia de Broca (Martínez, Ponce & Ortega, 2007).

Bajo el mismo método, Karl Wernicke en 1874 describió lo que luego se conocería como afasia sensorial generando una distinción con la ya aceptada afasia motora propuesta por Broca. Los métodos de estos autores de la neuropsicología clásica son de corte clínico, caracterizado por la comparación post-mortem de sus pacientes y se encausaban más en las líneas de neurología.

En esta misma línea partiendo de los autores clásicos, es prudente mencionar los trabajos investigativos en el área clínica de ConstantinMonakow. Este autor realizo numerosas contribuciones al conocimiento de las vías sensoriales y motoras del cerebro. Sus investigaciones estaban centradas en identificar las relaciones funcionales entre las diferentes regiones del cerebro. Sin embargo su mayor aporte quizás gira en torno al haber acuñado el término diasquisis, para describir la manera como una lesión en el cerebro puede crear deficiencias de comportamiento que pueden seguir por una eventual recuperación.

A través del tiempo, la consolidación de la práctica neuropsicología ha ido gozando de más aceptación en la comunidad científica, convirtiéndola en un área de convergencia entre diferentes disciplinas. En 1981  Roger Sperry realizo su trabajo sobre las funciones de cada uno de los hemisferios cerebrales en las tareas cognoscitivas. Para llevar a cabo sus investigaciones, utilizó quimeras. Además de un animal fabuloso, la quimera es una imagen compuesta por dos mitades diferentes. El campo visual humano está dividido en mitades: a una le corresponde el hemisferio derecho del cerebro, a la otra el izquierdo. Cada ojo tiene este doble campo (a diferencia de los oídos, que casi por entero corresponden cada uno a un hemisferio cerebral). Sperry eligió como sujetos de investigación a pacientes que, por diversas causas, tienen desconectados ambos hemisferios, es decir, han sido callosotomizados (el cuerpo calloso es la principal unión entre los hemisferios).

Puestas estas personas delante de una quimera -por ejemplo, un "rostro" formado por dos mitades de rostros diferentes- se mostraban incapaces de notar el artificio. Eso resulta, para quienes disponemos de un sano y eficiente cuerpo calloso, bastante sorprendente y difícil de imaginar. Pero Sperry fue más allá: primero, le pedía al paciente que diera una respuesta verbal acerca de lo que veía; se sabe que las funciones del lenguaje están localizadas en el hemisferio izquierdo gracias a los ya mencionados trabajos de Broca y Wenicke; pues bien, el paciente hablaba y decía que veía la mitad de la imagen que correspondía a ese hemisferio. Luego, se le pedía que agarrara con la mano izquierda (que está comandada por el hemisferio derecho) una copia del objeto que veía, que tenía a su disposición, entre muchas otras imágenes, sobre una mesa delante suyo; entonces, el paciente elegía la copia de la imagen que correspondía a su hemisferio derecho (Martínez, Ponce & Ortega, 2007).

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