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Nuevas Familias en contextos complejos Abordajes interdisciplinarios


Enviado por   •  12 de Mayo de 2018  •  Documentos de Investigación  •  5.331 Palabras (22 Páginas)  •  66 Visitas

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Nuevas Familias en contextos complejos Abordajes interdisciplinarios

VRID - 1479.

Noviembre 2016

Directora Investigación: Mg. Silvia González

Investigadora Principal: Lic. Susana Cannella

Investigadora Adjunta: Lic. Lucila Robredo

(Fragmento)

Aportes del enfoque de las representaciones sociales al campo de la intervención del trabajador social con familias y sus configuraciones actuales.

Resulta difícil brindar una definición precisa deI concepto de Representación Social debido a que se sitúa en la encrucijada de diferentes disciplinas y niveles de análisis. Castorina y Kaplan (2003)

Las Representaciones sociales constituyen una modalidad de conocimiento común que incluye tanto aspectos afectivos como cognitivos, que orientan la conducta y la comunicación de los individuos en el mundo social. Castorina, Barreiro, Toscano (2005)

La teoría de las representaciones sociales ha sido desarrollada por Moscovici (1985) en el campo de la Psicología Social europea; dicho autor nombra como referentes importantes los numerosos trabajos que sistematizaron su estudio. Jahoda, (1958); Jodelet, (1981); Di Giácomo, (1981); Ibáñez, (1988).

El concepto de representación social se ubica entre lo psicológico y lo social. Moscovici (1985) a través del término muestra cómo los aspectos ideológicos de la vida social afectan la interpretación que las personas hacen de la realidad, determinan los juicios sobre las mismas personas, hechos, objetos, y guían comportamientos y emociones.

Las representaciones sociales que, como se señaló están vinculadas a un conocimiento común, no científico, básicamente se orientan a creencias, valores, concepciones vinculadas a la práctica profesional (aunque no exclusivamente) y trascienden el orden individual. Se generan desde la propia subjetividad pero se sostienen socialmente dependiendo del grado en que se comparta la cultura del grupo social. Balduzzi (2011)

Corresponden a un tipo de conocimiento denominado “ordinario” o de sentido común cuya característica primordial es la de ser socialmente construido y compartido al interior de diferentes grupos. En el marco profesional, que es el que nos ocupa, se relaciona con la forma en que el Trabajador Social se sitúa en su actividad con relación a sus compañeros de trabajo, frente a las normas y roles que conforman el espacio laboral en el que se desenvuelve, cómo aborda ideológicamente, en sus creencias y prácticas las problemáticas que debe atender y además en relación a la posibilidad de abordajes interdisciplinarios.

En relación a lo precedentemente señalado cabe considerar que cuando se trabaja con familias, tanto cientistas sociales, como psicólogos, médicos, educadores y otros profesionales enfrentan un primer problema: el de identificar la noción de familia con sus referencias personales. La familia tiende a ser identificada con “nuestra” familia. Por eso, cuando se lidia con cuestiones de familia, es difícil extrañarse en relación a sí mismo. En este sentido, Sarti (2004 : 16) afirma: “Hay una tendencia a proyectar la familia con la cual nos identificamos –como idealización o como realidad vivida- en lo que es o debe ser la familia, lo que impide mirar y ver lo que pasa a partir de otros puntos de vista. En los temas referentes a la familia (…) se mira para el otro a partir de las propias referencias, espejando la realidad exterior en aquello que es ‘familiar’ (…) Se traduce lo extraño en términos ‘familiares’, lo que impide el movimiento de extrañamiento necesario para relativizar nuestro propio mirar”.

Atendiendo a lo precedentemente expuesto sostenemos que en el ámbito laboral se constituyen visiones compartidas construidas en base a evidencias que, por ser del carácter antes expuesto no son sometidas a crítica alguna, ni científica ni de otro orden porque operan de forma o manera invisibilizada, silenciosa, subyacen a lo discursivo. Se visibilizan en las prácticas y en las creencias y estrategias que las orientan. Estas representaciones pueden estar a veces en tensión u oposición con los marcos conceptuales aceptados por la comunidad profesional de la que se forma parte. Configuran también el basamento para la lectura de la realidad en los campos de intervención de los que se trate. Este basamento permite que se interpreten las conductas, que se las califique y clasifique y que se orienten, como se indicó, las estrategias y las prácticas de los profesionales. Es interesante considerar que cuando se interviene están en juego los basamentos teóricos y las representaciones sociales. Es dable pensar que las prácticas sociales de los profesionales estarán fuertemente en concordancia con las representaciones sociales que sostienen y puede ser o no que estén en concordancia con las teorías sociales en boga. Las representaciones sociales son operantes en sus consecuencias. Estas operan con la fuerza de las teorías implícitas que no se someten a la rigurosa crítica de la ciencia porque son modelos internos aunque socialmente construidos y sostenidos, actúan.

Señalamos que existe desde nuestra perspectiva un campo de tensión entre estos aspectos (marcos referenciales que nos orientan y las representaciones sociales entendidas como modelos internos).

El objeto de conocimiento e intervención: configuraciones familiares nuevas familias es abordado desde las representaciones socialmente construidas e igualmente acontece con el objeto de la representación social sobre la Interdisciplina.

5. La cuestión de género y el trabajo social.

Si bien no se consideró originalmente el tema de género, las características propias del diseño cualitativo permitieron la emergencia de temáticas no previstas en su inicio. Surgió en las entrevistas de manera clara y contundente lo que obligó a considerarlo como un emergente propio de ese ámbito profesional.

Según datos del último censo (en La Nación, 2013: 25) las mujeres profesionales representan una proporción mayor del universo que los varones, la matrícula femenina en las carreras humanísticas asciende a valores cercanos al 70 %. En la carrera de Servicio Social la proporción de mujeres asciende a un valor cercano al 80%.

El trabajo social, desde el imaginario colectivo, entre otros factores sociológicos y económicos que deben ser considerados, es visualizado como una profesión predominantemente femenina y por ende

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