PSICOLOGIA SOCIAL APLICADA DE LA SALUD MENTAL Y EL DESEMPLEO

Milgen Sánchez Villegas – Psicologia Social II -V-B

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.» Desde este presupuesto la salud se concebida como un período completo de bienestar que pone al ser humano en una perspectiva biológica, psicológica y social, puesto que admite que un factor o una afección que perturbe cualquiera de estos estadios del ser humano será determinante para que se presenten fallas en los demás, viéndose no sola la parte física afectada sino también la social y mental o psicológica.

La salud mental consiste "en un aprendizaje de la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los conflictos. Podemos decir también que consiste en una relación, o mejor dicho en una aptitud sintetizadora y totalizante, en la resolución de las antinomias que surgen en su relación con la realidad. Así, un sujeto es sano "en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora, en sucesivas tentativas de totalización, y tiene capacidad para transformarla modificándose, a su vez, él mismo. El sujeto es sano en la medida en que mantiene un interjuego dialéctico en el medio y no una relación pasiva, rígida y estereotipada" (Pichon Rivière , 1981)

La psicología social aplicada al ámbito de la salud mental busca y el desempleo busca poner de manifiesto la importancia y relevancia que una persona atribuye al tener un empleo, ya que lo ve como la principal fuente de ingresos y el sustento que tiene para poder mantener un hogar y sacar adelante una familia. También el tener un empleo estable ayuda a conseguir un bienestar psicológico y social, dado que impone una estructura del tiempo, implica tener contacto con personas ajenas al núcleo familiar, compartir con ellas experiencias distintas, proporcionando estatus social y creando hábitos y rutinas sanas y que en la mayoría de los casos brindan un estado pleno de salud mental y/o psicológica.

Cuando a esta persona trabajadora se encuentra de repente ante una inminente situación de desempleo, puede experimentar poderosas y negativas repercusiones en muchos aspectos de su vida, desde el desamparo económico, hasta otras que pasan más desapercibidas, como las repercusiones emocionales, psicológicas y sociales.

Muchas veces al enfrentarse con esta situación que desequilibra en gran medida todos sus hábitos y rutinas que ese empleo que ha perdido le brindaba se inicia todo un entramado de sentimientos, pensamientos, acciones e incluso comportamientos que harán que el correcto funcionamiento de su estructura psíquica empiece a presentar falencias o un inadecuado proceso de afrontamiento ante tal situación. Al estar desempleada se buscara minimizar los efectos económicos del desempleo a través de los subsidios y otros mecanismos económicos de defensa como los ahorros cesantías y pensiones, pero no sucede así con las repercusiones psicológicas y sociales del mismo, porque muchas veces no están disponibles las ayudas necesarias.

Este estado actual de la persona propicia para la aparición de ansiedad, tensión, angustia y preocupación, que en algunas personas puede llevarles incluso sufrir una depresión que es uno de los más temidos estados de perturbación mental puesto que sin un tratamiento y apoyo psicoterapéutico adecuado puede llevar a un fatal desenlace como el suicidio, Teniendo también efectos sobre el autoestima e identidad personal, ya que cuando el desempleo tiene una cierta duración se deja de ser un profesionales para adquirir la condición de desempleados y/o incompetentes al no poder solventar todos los gastos que se presenten. Además, cuando se está trabajando no se tiene la preocupación por lo que se va a hacer con el tiempo, ya que está planificado; pero para el desempleado esto ha desaparecido, y hay que organizar una nueva para cada día, con escasos recursos económicos.

Un buen acompañamiento psicológico en esta etapa de

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