Pasados Diferentes que nos Llevan a Vivir el Presente

Ensayo 8. Pasados Diferentes que nos Llevan a Vivir el Presente

Martha Guadalupe Romero Enriquez

Licenciatura en Ciencias de la Educación

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Historia de la Educación en México

Prof. José César Valenzuela López

1 de abril de 2022

Pasados Diferentes que nos Llevan a Vivir el Presente

El pasado es bueno para todas las personas, en general, tenemos la facilidad de recordar momentos de nuestra vida muy especiales, como cuando fue nuestro primer beso, o la vez que nos regalaron el juguete que más anhelábamos, pero también recordamos los momento difíciles que pueden marcar nuestra vida con experiencias dolorosas o traumáticas, finalmente son recuerdos que nos hacen sentir bien o aprender algo positivo. El pasado es la base sobre la que se construye la vida y solamente podemos hablar de él por la memoria. Del mismo modo, el futuro todavía no ha irrumpido por lo que únicamente la proyección imaginaria nos permite hablar de él. En este sentido, lo único real es el momento presente, donde se encarnan las vivencias. Bien es cierto que, aunque físicamente nos encontremos siempre en el momento presente, a nivel mental y emocional podemos viajar al pasado o transportarnos al futuro. De uno mismo depende. Sin embargo, lo ideal es vivir el presente y disfrutar de él. El presente es lo que existe y, como ente existente que es, podemos controlarlo. El ensayo que propongo tiene como norte el estudio de los diferentes pasados y profundización en lo que nos deja y enseña y su incidencia directa en el presente permitiendo vivir, avanzar y sobrellevar nuestra vida en total realidad.

En el desarrollo de la vida existe como tal diversos factores que construyen pasados diferentes, los cuales cobran importancia en el presente; dentro de estos factores podemos observar las emociones, que si bien estas aparecen en diversas etapas de nuestra vida y que influyen mucho en nuestros estados de ánimo y sobre todo en nuestra conducta, generando cambios en nuestra vida y permitiendo sobrellevar situaciones que se nos presenten durante la interacción con el mundo.

Las emociones las experimentamos constantemente, las vivimos en diversas etapas de nuestra vida, las presentamos en diversas situaciones de la vida cotidiana; como por ejemplo, sentir tristeza en la pérdida de un ser querido, sentir asco por una comida que está en estado de descomposición, sentir enojo por alguna tarea que nos salió mal, sentir alegría cuando estamos con nuestros padres y hermanos, sentir miedo cuando estamos en la oscuridad o ante una situación de peligro; y sin darnos cuenta todo esto conlleva a forjar una conducta que mostramos después y nuevamente cuando esa situación la volvemos a vivir o que se vuelve a presentar en nuestra vida.

 No obstante, cobra suma importancia en los estados de ánimo que llegamos a sentir mientras suceden las cosas, después de que suceden, cuando las volvemos a recordar o las volvemos a vivir; esto nos provoca diversos trastornos y cambios como la depresión, trastorno bipolar, trastorno afectivo emocional, la culpabilidad, el deseo, la incertidumbre, el aburrimiento; como por ejemplo, al estar solos en nuestra habitación, nos sentimos solos, vacíos, fuera de lugar, nos lleva a sentir tristeza o ganas de llorar y provocarnos aburrimiento o desesperación, o también sentir miedo a la soledad.

Nunca, en ningún momento de nuestra vida dejamos de experimentar y sentir emociones, cambios de estado de ánimo y modificaciones en nuestra conducta, ya que en todo momento están presentes; Bargh (2018) afirma que “los efectos residuales de pensamientos y experiencias recientes, los efectos de anclaje operan de forma involuntaria e inconsciente” (p. 233). Sin duda alguna aunque hubiéramos experimentado emociones, pensamientos, experiencias, estados de ánimo y formas en nuestra conducta en el pasado, estas seguirán cobrando importancia en nuestro presente, por medio de la forma involuntaria, o bien, de manera inconsciente.

De esta manera, podemos comprender que todas las experiencias y todo lo que vivimos en el pasado, de alguna u otra manera nunca se olvidara, por ejemplo, al perder a un ser querido, ya sea a una padre o un abuelo, nunca lo olvidamos aunque ya no existe con nosotros, su recuerdo y todas las cosas que compartíamos con el de alguna u otra manera hacen que este ser querido siga estando entre nosotros en el presente, aunque ya tenga meses o años de fallecido su recuerdo aún prevalece.

Por otra parte, todo lo que aprendemos en el pasado, como las formas de hablar, el sentir estados de ánimo, experimentar diversas emociones, modificaciones en nuestra conducta y todos los efectos que influyen en nuestra forma de ser y de desarrollarnos dentro de la sociedad y abrirnos camino en la vida, siguen y seguirán vigentes en el presente, mostrándose en el preciso momento que estemos pasando por una situación similar a la que habíamos vivido en el paso, o bien, en el momento que lleguemos a recordar algo que ya vivimos; tarde que temprano todo lo vivido en el pasado, de alguna u otra manera vuelve a resurgir en nuestro presente.

El autor afirma lo siguiente:

El ancestral pasado de nuestra especie, nuestro único y olvidado pasado infantil y nuestro pasado más reciente que justo ahora retrocede en el espejo retrovisor de nuestro día. Todos estos pasados diferentes importan, porque siguen afectando al momento más importante de la vida de toda persona, el único momento en el que Einstein creía: el presente. (Bargh, 2018, p. 236)

Aunque nos cueste aceptarlo, el pasado nos deja huellas, heridas, marcas o cicatrices; pero también nos deja enseñanzas, aprendizajes, vivencias o experiencias; que de alguna u otra forma hace que la vida sea maravillosa, que podamos seguir con nuestra vida, continuar a vivir en el presente, pero siempre acompañados del pasado, sin olvidarlo en ningún momento, porque aunque digamos que ya no existirá, siempre en el momento menos esperado el pasado resurgirá en nuestro actual presente.

Por otro lado, el presente, es el momento actual de nuestra vida, una forma nueva de ver la vida, de conocer más cosas, de aventurarnos, entre otras cuestiones; pero también el presente nos muestra diversas tareas, obstáculos o cosas a las que tenemos que enfrentarnos o por las que tenemos que luchar, y que de alguna u otra manera tenemos que vivirlas, todo lo que se viva va a necesitar nuestra mente consciente y sus mecanismos para poder identificar o lidiar con la situación; pero lo más maravilloso y que no percibimos, es que cuando nuestra atención este de lo más consciente suele estar en otra parte, y es ahí donde el inconsciente se hace presente ayudándonos a decidir, a aceptar, a rechazar, a quedarnos, a irnos o a hacer, etcétera.

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