Vivir De Las Glorias Del Pasado

En el devenir histórico de la humanidad, los avances científicos y tecnológicos gradualmente han proporcionado al hombre la oportunidad de desarrollar sus actividades básicas con una mayor eficiencia, en menor tiempo y a mayor escala, lo cual también significa que con cada paso del hombre en la ciencia y la tecnología se ha dado un aumento en la explotación de los recursos y obviamente en el deterioro ambiental.

La preocupación del ser humano por el daño que sus actividades ocasionan es algo relativamente reciente para la larga faena de destrucción que ha llevado a cabo desde sus inicios y eso es totalmente comprensible puesto que nunca antes en la historia se habían visto tantos avances y tal crecimiento demográfico como en el siglo anterior. Hasta ahora se empiezan a ver realmente los errores del pasado y aún así, es poco lo que se hace, porque no existe un trabajo conjunto entre gobernantes, científicos y sociedad, debido a que la gran mayoría de la población todavía no es consciente de lo que sucede.

Costa Rica ha tenido una gran trayectoria en cuanto a conservación se refiere. Desde finales del siglo pasado sus gobernantes se han encargado de legislar al respecto. Los recursos con los que el país cuenta le han devengado una gran cantidad de reconocimientos mundiales, además de servirle para desarrollar su sector secundario acelerada y cómodamente. Hasta hace unos pocos años se creía que el agua era inagotable y, por lo tanto, se explotaba su potencial sin considerar las implicaciones que su mala utilización podrían traer. A la fecha, aunque se conoce sobre el problema, no se hacen grandes avances en su solución y es que para los ticos es prácticamente imposible imaginar que el agua llegue a faltar. Los costarricenses se engañan y viven de las glorias del pasado, de premios y reconocimientos mundiales, pensado en Costa Rica como un paraíso natural de riquezas infinitas. Así se estancan los esfuerzos de preservación y se obvia el progresivo deterioro de las cuencas hidrográficas, dado que nadie parece entender la gravedad de la situación.

Actualmente, el costarricense no tiene una verdadera consciencia del valor del agua como motor de desarrollo, ni puede ver en ella su futuro. Y es que es característica nuestra carecer de proyección, ejemplo vivo de esto el desarrollo no planificado que se ha llevado a cabo durante siglos, cuyas consecuencias sufren hoy nuestras cuencas hidrográficas, producto de la indiscriminada deforestación y contaminación que ingenuamente no se pudo contemplar en el pasado como un grave problema. Que mal administrador puede resultar el ser humano, que no sabe utilizar correctamente los recursos a su disposición, abusa de unos y otros apenas los descubre, agota el agua y apenas utiliza el más importante de sus recursos, su mente.

La ciencia y la tecnología han hecho mucho por la humanidad y no se les puede culpar

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