ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Película: Un mundo mejor


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  2.337 Palabras (10 Páginas)  •  106 Visitas

Página 1 de 10

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

INSTITUTO DE EDUCACION A DISTANCIA

PRESENTADO POR:

 LUIS ERNESTO SANCHEZ CORDOBA

Código: 82101642015

PRESENTADO A:

JOSE ELISEO BALCUE PEÑA

ETICA PROFESIONAL

Película: Un mundo mejor

NEIVA 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2015

¿Cuál es el tema de la película? 

La violencia y la ética que subyace en sus posibles respuestas: la venganza y el perdón.

¿Cuál es el componente socio cultural que se determina en la película? 

Aunque la venganza y el perdón se presentan como conductas opuestas, la historia de la civilización judeo-cristiana muestra que son fenómenos que se suceden uno al otro, como formas de reparación psíquica y social. La venganza se satisface en el aniquilamiento del otro y se alimenta del odio que conduce a la barbarie. Por otra parte, el perdón que tiene lugar en la mediación entre agresor y agredido y en la reparación, si se producen sin reconocimiento del hecho (arrepentimiento reconocido por la víctima), puede llegar a negar, o justificar, la agresión y actúan reactivado la violencia.

El sujeto afectado por la agresión busca reparación y justicia llegando ese deseo a ser el imperativo fundamental de su existencia. El deseo de venganza se transforma en una pasión siendo el pensamiento preponderante que lleva al sujeto a la destrucción del otro, sin tomar en cuenta la mediación simbólica a cargo de un tercero que podría establecer la reparación. La venganza no establece ningún equilibrio, ningún orden que no sea el de la propia violencia. No obstante, podría haber sido la violencia generada por la venganza lo que condujo a la aparición del derecho. En efecto, la unión de los miembros de un grupo social, fue la estrategia que trataría de compensar la debilidad individual frente al imperio de la violencia del más fuerte y al dominio de la venganza. Así el derecho ha buscado superar la tendencia a la venganza erigiéndose en el poder de la comunidad. A la ley del talión, siguió la mediación del Señor o del amo, quien podía aplicar a voluntad la ley en nombre de un Dios justiciero que unas veces era clemente y otras, despiadado. Con el cristianismo se impone el amor, entonces la venganza no tiene cabida, pero al tratarse de una construcción humana, fue posible instaurar la Inquisición como castigo para los que no pensarán o actuarán conforme a la ley del más fuerte, dicha “divina”.

La cuestión que planteamos es cómo aplicar la justicia para que no se convierta en venganza, ya que la impunidad de la violencia es quizás una de las formas más graves de violencia.

Admitimos que en las sociedades modernas, la venganza no tiene cabida. En la comunidad la instancia jurídica regida por el derecho debe ser respetada y nadie puede atentar contra él sin incurrir en un delito. Pero el sujeto lesionado por el crimen exige reparación, se le debe dar la palabra y es necesario definir modelos que le compensen de las pérdidas, sólo así el individuo ofendido se sabrá protegido, representado y se podrá identificar con la sociedad.

Evidentemente no se trata del perdón falso que piden los tres menores ante la mirada complacidamente hipócrita de sus profesores; esta es una representación burda y simplificada de ese otro perdón, como el que quizás el primer mundo pide a ese otro mundo por la perpetua sucesión de atrocidades cometidas y respaldadas por el derecho y la moral (costumbre) del momento. Si la ayuda y la cooperación fueran, al menos en parte, la eterna moneda de cambio para el sempiterno expolio y abuso, entonces, ¿dónde quedaría la ética de la justicia?

Actualmente se asiste a lo que Ramos llama “teatralización del perdón”, mediante el cual los jefes de Estado aparecen en los medios de comunicación pidiendo perdón por las atrocidades cometidas, los jefes religiosos piden perdón por su complicidad con algunos de los genocidios protagonizados por “señores” más o menos legitimados por algún grupo dominante, las comunidades de sudafricanos blancos piden perdón a sudafricanos negros, y tras esa pantomima se evita el juicio por los crímenes cometidos. ¿Es posible en nombre de la conciliación sustituir la venganza, esa forma bárbara de hacer justicia, por la teatralización del perdón?

El perdón sin compensación es un cerrar heridas en falso, y en un momento u otro volverán a sangrar o acabarán gangrenando los cimientos de la sociedad futura. Es obvio que hoy en día no es suficiente con el perdón de Dios, es necesario el reconocimiento del agredido, el perdón pertenece a la víctima o a sus deudos, siendo la conservación de la memoria histórica una forma explícita de restitución o reparación. No se trata de la memoria del rencor (resentimiento) que se nutre de la esperanza de poder obtener una revancha en el futuro sino de una memoria que de paso al dolor, que admita el pasado como experiencia y no como un lastre y lo estructure como un recuerdo organizado. Solo el lento trabajo de elaboración de los resentimientos hace posible el duelo para pasar de la memoria del rencor a la memoria del dolor. Solo con un trabajo profundo, el sujeto rencoroso depondrá su condición de víctima que reclama castigo y así logrará acceder a la construcción de su propia historia como agente activo y responsable y no como una víctima reactiva a un pasado que no puede olvidar ni perdonar.

¿Cuál es el componente ético?

La violencia se presenta en diferentes formas y escenarios y también son distintas las respuestas que recibe. En cuanto a las formas, a veces son evidentes y despiadadas, como la violencia que acontece en África, en otras se comporta de modo más sutil como la que Christian ejerce hacia su padre; entre ambas, se cuela la violencia escolar sin olvidar la agresión absurda que sufre Anton por parte de Lars. En cada forma de violencia observamos diferentes respuestas, lo que permite analizar una gama de reacciones que discurren entre la venganza más cruel (no olvidemos que el título original significa venganza) hasta el perdón más cálido.

La violencia se define en términos coherentes con los estándares morales y éticos predominantes en un contexto determinado, de acuerdo con los cuales se la puede llegar a calificar de “inhumana”. Pero una mirada profunda hacia el ser humano permite afirmar que todos nos hallamos involucrados tanto en actos de violencia como de amor; en ese sentido las relaciones entre seres humanos cubren un amplio espectro que incluye el odio, la simpatía, la empatía y la violencia; por eso la violencia siempre es humana. La violencia no sólo incluye acciones de agresión física, sino que comprende cualquier acción que, por la persona violentada, se experimenta como una reducción de lo que él o ella consideran como indispensable para mantener su integridad como seres humanos.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.9 Kb)   pdf (115.4 Kb)   docx (20.4 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com