Perdidos En La Traducción

ENSAYO LIBRO

PERDIDOS EN LA TRADUCCIÓN

Dr. Steve Stephens

Amar constituye una de las experiencias más significativas del ser humano. En el caso de las relaciones de pareja, la entrega completa, irrevocable e incondicional al otro es vista como un ideal deseable y maravilloso. Todo matrimonio enfrenta problemas, ya sea económico, por incompatibilidad, pero principalmente de comunicación. Hombres y mujeres tenemos diferentes maneras de comprender, de expresar, de interpretar lo que necesitamos decir o escuchar.

Quien crea que el amor es interpretado de forma universal ya se metió en un problema. El amor es una construcción y si de ahí partimos, cada quien sabe por qué se enamora y de quién. Estamos ante uno de los sentimientos más complicados del ser humano, después del dolor.

Ser hombre en los términos que demanda la cultura no es fácil. Uno de los mitos es sobre la fortaleza del hombre, sin embargo el hombre no es tan fuerte como la cultura quiere mostrar. La mayoría de los hombres siente miedo, no soporta la soledad, le agobia la idea del fracaso, teme llorar para no ser considerado homosexual.

En cambio las mujeres somos más sensibles, trabajamos y nos esforzamos mucho por nuestras relaciones, lloramos y hablamos con facilidad. Esto solo por mencionar algunas diferencias en el lenguaje masculino versus femenino.

Al encontrar a nuestra pareja, sentimos que el universo ha conspirado para que seamos felices, damos el doscientos por ciento de nuestra energía en cada detalle, dicen los psicólogos como Walter Riso por ejemplo, que está comprobado que si mantuviéramos ese mismo ritmo de pasión por más tiempo moriríamos de un infarto. Pero qué pasa cuando decidimos casarnos, y cada uno lleva su equipaje a cuestas, niñez, adolescencia, traumas o asuntos no resueltos? Sin duda es el choque de dos mundos tan distintos pero no imposible de llevar. A continuación haré una comparación donde más que similitudes veremos diferencias en la manera de pensar y comunicarnos hombres y mujeres.

La vida puede ser difícil. Ocurren situaciones desafiantes y a menudo los hombres y las mujeres se enfrentan de manera diferente a las dificultades. Los hombres proyectan culpa y se aislan en vez de reconocer el impacto personal. Ella siente ese aislamiento como abandono emocional; no así los hombres analizan las pérdidas, el rechazo y el fracaso y tienden a experimentar por más tiempo el sufrimiento y sus heridas no sanan por completo. Las mujeres enfrentan más fácil sus heridas, exteriorizan y superan mas pronto el dolor. Miremos otras notables diferencias:

Los hombre no van a consejeros, ni médicos ni pastores para tratar asuntos personales a menos que estén en una situación desesperante, mientras que para las mujeres, hablar de sus heridas y sus luchas es una de las formas en que se relacionan entre sí y edifican vínculos de amistad; porque somos más sensibles, romanticas, cálidas aprensivas y siempre esperamos lo mejor de las personas que amamos mientras que los hombres protejen sus corazones, cuando se sienten vulnerables se vuelven más apartados y a la defensiva, se aislan porque necesitan su espacio personal, aunque curiosamente enferman menos pero también viven menos. Los hombres son búfalos. Observan lo que es obvio, lo que no deja lugar a dudas y lo que es claro. Piensan y hablan en blanco y negro mientras que las mujeres son Mariposas, giran alrededor de los asuntos, enviando toda clase de insinuaciones y señales indirectas.

En cuanto a la diferencia de la expectativa ellos son optimistas sexuales y esperan que sus esposas estén dispuestas a tener sexo en cualquier momento y lugar, la mayoría de los hombres descubren que más que casi cualquier cosa, una afinidad sexual les abre el corazón a la intimidad emocional, mientras que las mujeres son mas pragmáticas; para ellas

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