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Principios Psicológicos En Educación.

alomtz75 de Mayo de 2015

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4.4 Principios psicológicos en Educación.

La Psicología de la Educación tiene sus manifestaciones peculiares en las diferentes corrientes psicológicas contemporáneas: Conductismo, Psicoanálisis y Humanismo.

CONDUCTISMO El psicólogo norteamericano J. B. Watson (1878-1958), creador de la escuela conductista en la Psicología, planteó en 1925 con profunda convicción: "Dadme una docena de niños sanos, bien formados... para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger - médico, abogado, artista, hombre de negocios e, incluso mendigo o ladrón -, prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados". En esta idea está expresada la esencia de la Psicología Conductista.

Hasta ese momento la Psicología se desarrollaba dentro de laboratorios y academias, desvinculada de las necesidades sociales y educativas. El contenido programático del Conductismo está presente al plantearse desarrollar una Psicología que esté a la altura de otras ciencias de gran desarrollo en esa época, que sea "útil" para resolver problemas con el rigor experimental y científico requerido, sin necesidad de tanta teorización. No niegan el valor ni la existencia de la conciencia, pero la desestiman por su subjetividad y lo difícil que es medirla objetivamente. Por tanto, la conducta deberá ser el verdadero objeto de la Psicología. Alrededor del esquema Estímulo-Respuesta (E-R) estructuran el andamiaje teórico de la Psicología. Todos los fenómenos psicológicos pueden ser explicados a partir de este esquema. Conociendo el estímulo se puede predecir la respuesta y viceversa, a partir de la respuesta puede ser inferido el estímulo que la provocó. La aparente complejidad de la conducta humana no es más que un conjunto de estímulos y respuestas concatenados, reforzados y aprendidos. En la experimentación con animales encontraron una vía segura para profundizar en el esquema E-R de forma simplificada. Desarrollaron experimentos muy ingeniosos, donde lograban respuestas aprendidas en los animales como resultado del condicionamiento, a partir de la gratificación y el castigo. Los éxitos en el aprendizaje de diferentes animales que hoy asombra en los circos, constituye un gran aporte a la Psicología Animal. La Corriente Conductista salió de los lugares académicos donde se practicaba la Psicología de manera tradicional y se dirigió hacia las industrias, los hospitales y hacia la educación, en la búsqueda de aquellos problemas en que la Psicología debía participar para resolverlos de manera inmediata y científica. El Conductismo es una concepción muy práctica de la Psicología, que no pierde tiempo en vacuas teorizaciones, sino que demuestra científicamente la solución más efectiva.

Su influencia en el campo educativo ha sido grande pues provocó una revisión total de los sistemas educativos vigentes hasta esos momentos. Se planteó como premisa que todo hombre normal tiene posibilidades de llegar a educarse si se le proporcionan las vías necesarias. La educación no debe ser academicista sino muy vinculada a la propia práctica profesional, por lo que los planes de estudio y programas deben buscar una mayor relación de la teoría con la práctica, entendiendo a esta última en un sentido muy amplio, pero que permita el éxito de la actividad. Toda la concepción conductista en la educación del hombre se concretó en la formación de individuos de acuerdo con los intereses del sistema capitalista: aptos para ser eficientes en sus puestos de trabajo, para ser cada vez más productivos, sin ningún otro cuestionamiento ni preocupación de índole ética. Es una educación que moldea al hombre, le permite adaptarse a un sistema social y le automatiza su conducta. En ningún momento se plantea elevar su nivel de reflexión ni su conciencia. De manera particular se incentivó el estudio de los hábitos, habilidades y acciones, su formación y desarrollo. Se generalizó la enseñanza programada y toda una serie de experiencias didácticas valiosas para la educación de diferentes profesiones de índole práctico. En el campo de la propaganda y la publicidad la Psicología Conductista ha sido muy eficiente en lograr determinadas conductas y estereotipos, a partir de la reiteración de estímulos (subliminales o no), ideas y prejuicios a través de los medios masivos de difusión.

Solo a través de métodos conductistas es posible lograr cualquier cambio social de manera científica y duradera. En América Latina ha tenido gran influencia la Psicología Conductista, sobre todo el sistema educativo inspirado en ella, con marcado carácter progresista si se tiene en cuenta el desarrollo socioeconómico emergente de esta región. De manera que la Psicología Conductista se ha expandido fuera de los marcos de la propia ciencia psicológica y penetrado en las esferas de la actividad humana como es el caso de la educación. A esta concepción hay que valorarla críticamente en un sentido amplio, con sus aportes y limitaciones de orden práctico, así como su connotación reaccionaria. Como parte del desarrollo del conocimiento científico ha dejado huellas indelebles dentro y fuera de la Psicología por la fuerza con que ha penetrado en varias esferas, como es el caso de la Educación. La evolución constante de esta corriente, con los aportes de sus continuadores, ha permitido un enriquecimiento de sus posiciones teóricometodológicas y prácticas, así como la adquisición de determinados matices en dependencia de las condiciones socio-históricas donde se ha afianzado. Pero a pesar de su mimetismo la Psicología Conductista es por antonomasia la ciencia de la modificación de la conducta, que excluye a la subjetividad dentro de sus reflexiones sin negar sus aportes a la Ciencia Psicológica.

PSICOANÁLISIS Cuando el creador del Psicoanálisis S. Freud (1856-1930), comenzó a elaborar su doctrina de manera sistemática a partir de 1895, no se pudo imaginar que estaba dando a luz una de las corrientes psicológicas más populares de este siglo.

El Psicoanálisis o Freudismo ha trascendido los marcos de la Ciencia Psicológica con repercusiones en la Psiquiatría, la Pedagogía, Historia, Antropología Cultural, Religión, Literatura y el Arte. De todas sus trascendencias se ha escrito bastante desde diferentes puntos de vista, pues nadie ha permanecido impasible ante esta corriente del pensamiento psicológico, no ha podido ser ignorada, lo que evidencia su gran mérito histórico.

La influencia del Psicoanálisis en la Cultura (en su acepción más amplia), ha sido grande no solo en la práctica científica sino también en la literatura y el arte. Como ejemplo está el monólogo interior de la obra de Ulises de J. Joyce, donde se revela el flujo de la conciencia individual sin ataduras convencionales, con el predominio del lenguaje interno de la persona (el sentido sobre el significado).

A diferencia de otras concepciones psicológicas, el Psicoanálisis es una concepción cerrada porque toda la complejidad del mundo subjetivo del hombre es explicada a partir de sus postulados esenciales, no queda nada (al parecer) sin explicar. En el saber psicoanalítico hay respuestas (más o menos simples) para todas las interrogantes sobre la psiquis humana, por complejas que sean.

Fue la única corriente de su época que indagó en la parte menos investigada, menos conocida y menos accesible del hombre: el mundo de los sueños, de los traumas sexuales, de las represiones y de la conducta instintiva e inconsciente. De ahí que fuera una explicación científica singular en aquellos momentos sobre tan interesantes problemas humanos y, por tanto, aceptada sin derecho a opción por escritores y artistas con el entusiasmo característico que promueve todo lo nuevo y original. Ni los acérrimos detractores del freudismo han podido negar la originalidad de sus ideas, al haber sido el primero en profundizar tanto en las cuestiones inconscientes de la personalidad y la convicción con que Freud explicaba y defendía sus hallazgos.

A partir de estas premisas es atinado valorar las concepciones extremas en que ha sido valorado hasta ahora: Posición ultraizquierdista: niega todo valor a esta corriente por estar plagada de ideas y concepciones erróneas, sin basamento teórico-experimental riguroso como lo exige la ciencia contemporánea. Para sus partidarios, entre Freud y sus revisores no hay diferencias: idealistas, anticientíficos, antidialécticos, pesimistas, burgueses y absurdos.

En resumen, no le reconocen que hayan aportado nada al desarrollo de la Psicología ni de la Cultura, por el contrario, le han hecho daño. Esta posición puede parecer exagerada en estos momentos, pero en ella fueron formados más de una generación de estudiosos de la Psicología, con una aversión patológica a todo lo que fuera psicoanalítico. El ultraizquierdismo en la Psicología no puede responder satisfactoriamente al problema de que el tratamiento psicoterapéutico psicoanalítico tiene probados éxitos en determinados trastornos psicológicos de las personas y que por su influencia se han creado obras artísticas y literarias valiosas. Posición ultraderechista: como contraste de la anterior considera al Freudismo como una revolución en el campo de la Psicología y su influencia en la Cultura ha sido tan grande que la Historia se debe dividir en dos grandes períodos: antes y después de su surgimiento. Para ellos la "revolución psicoanalítica" ha conmovido los cimientos de toda la sociedad y no hay rama del saber humano donde no haya dejado su impronta. Si la posición anterior es hipercrítica, esta es totalmente acrítica.

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