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Problemas De Desarrollo En La Infancia


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  7.130 Palabras (29 Páginas)  •  248 Visitas

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Problemas de desarrollo en la infancia

Los problemas de desarrollo en la infancia incluyen, entre otros, un progreso insuficiente, problemas de comportamiento, de alimentación y de sueño, dificultades para ir solo al baño, fobias, hiperactividad, falta de atención y dificultades de aprendizaje.

Progreso insuficiente

El progreso insuficiente se refiere principalmente a un retraso en el crecimiento físico (tamaño); el desarrollo (la maduración) también puede retrasarse como resultado de un insuficiente crecimiento físico o de problemas causados por un retraso en el crecimiento.

Causas

La incapacidad de progresar suele afectar a los niños pequeños, especialmente a los menores de 2 años de edad. Un niño incapaz de progresar no está recibiendo suficiente nutrición como para crecer y desarrollarse de forma normal. Puede presentar un trastorno físico subyacente que afecte a su capacidad para ingerir, absorber, procesar o retener los alimentos. Pueden también influir ciertos factores psicológicos, sociales o económicos. El niño puede no tener apetito o puede no estar recibiendo alimentos suficientes. La falta de apetito puede ser consecuencia de una depresión. Un niño que no recibe suficiente estímulo social puede deprimirse, como sucede con un niño aislado en una incubadora que no recibe suficiente atención por parte de los padres o de las otras personas que le cuidan.

Diagnóstico

Los lactantes y niños pequeños siempre se miden y se pesan durante las revisiones periódicas. El médico compara estas mediciones con las obtenidas en la visita anterior, así como con los cuadros que indican la relación altura-peso estándar. Si el ritmo de crecimiento es adecuado, el niño puede ser normal aunque pequeño de tamaño.

Para determinar por qué el niño es pequeño, el médico realiza un examen físico y formula preguntas detalladas a los padres acerca de la alimentación, los problemas sociales y las enfermedades que el niño ha tenido o las que afectan a la familia. Pueden realizarse análisis sistemáticos, como un recuento completo de sangre. Se realizan exámenes más extensos únicamente si el médico sospecha que existe alguna enfermedad subyacente.

Pronóstico y tratamiento

Se debe tratar de inmediato cualquier enfermedad que parezca estar causando dificultades de progreso en el niño. La respuesta del niño al tratamiento depende del problema específico que causa la dificultad de crecimiento. Si el niño no se está alimentando lo suficiente, el médico busca posibles factores psicológicos, sociales o económicos, además de los de índole física. En ocasiones, especialmente en los casos en que no se encuentra ninguna causa subyacente, se puede necesitar la intervención de un servicio de asistencia social o bien un tratamiento psicológico o psiquiátrico para los padres o para quienes cuidan del niño. En raras ocasiones, puede recomendarse que el niño reciba el cuidado de una familia adoptiva.

Los niños que no progresan, especialmente durante el primer año de vida (un momento importante para el crecimiento cerebral), quizás nunca puedan alcanzar desde el punto de vista social o del desarrollo a los niños de su misma edad, aun cuando mejore su crecimiento físico. El tipo y el alcance de los problemas de desarrollo o sociales y emocionales varían según el niño. En un tercio de estos niños se observa que el desarrollo mental, especialmente las aptitudes verbales, siguen estando por debajo del nivel normal. Alrededor de la mitad de los niños continúa teniendo problemas sociales y emocionales o bien de alimentación, como un carácter caprichoso o lentitud para comer.

Problemas de conducta

Los problemas de conducta son patrones de comportamiento tan difíciles que amenazan las relaciones normales entre el niño y quienes le rodean.

Los problemas de comportamiento pueden ser causados por el entorno del niño, su salud, su temperamento innato o su desarrollo. Una mala relación con sus padres, profesores y personas que le cuidan también puede ser la raíz de un problema de conducta.

Para diagnosticar un problema de comportamiento, el médico o el terapeuta pide a los padres una descripción completa y cronológica de las actividades del niño de un día cualquiera. Las conversaciones se centran en las circunstancias que producen el problema de conducta y los detalles del comportamiento en sí mismo. El médico también observa la interacción entre el niño y sus padres.

Los problemas de conducta tienden a empeorar con el paso del tiempo y un tratamiento precoz puede contribuir a evitar su progresión. Un contacto más positivo y placentero entre los padres y el niño puede elevar la autoestima de unos y otros. Una mejor interacción puede ser útil para romper el círculo vicioso de comportamientos negativos que causan respuestas igualmente negativas.

Problemas de interacción entre el niño y sus padres

Los problemas de interacción entre el niño y sus padres son las dificultades que surgen en la relación entre ellos.

Dichos problemas de interacción pueden comenzar durante los primeros meses de vida. La relación entre la madre y el bebé puede ser difícil como consecuencia de un embarazo o un parto difícil. La depresión posparto o la falta de apoyo por parte del padre, de los familiares o de los amigos también puede crear tensiones en la relación de una madre con su bebé. Y además, los impredecibles horarios en los que un bebé come y duerme contribuyen a dificultar aún más la situación. La mayoría de los bebés no duerme durante la noche entera hasta los 2 o 3 meses de vida. Durante este período, la mayoría de los bebés pasa por frecuentes períodos de llanto intenso y prolongado. El agotamiento, la hostilidad y el sentimiento de culpa pueden combinarse con una sensación de desesperación que afecta a la relación de los padres con el bebé. Esta mala relación puede detener el desarrollo de las aptitudes sociales y mentales del bebé y dificultar su progreso.

Tratamiento

A los padres se les puede ofrecer información acerca del desarrollo de los niños, además de consejos beneficiosos para la relación con ellos. El médico puede también evaluar y describir el temperamento del bebé. Estas medidas ayudan a que los padres se vuelvan más realistas y se den cuenta de que la culpa y el conflicto son emociones normales en la crianza de un niño. Tener conciencia de ello permite que los padres acepten sus sentimientos e intenten reconstruir una relación más saludable.

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