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Las luchas pres capitalistas y sus perspectivas democráticas

Esta constituye el patrimonio exclusivo de las clases dominadoras, que aun después rotar esta exclusividad siguen imponiéndonos como línea hegemónica, su representación del devenir histórico.

Hastiados de la mitología oficial, auto convencidos de que en el propio marxismo no ha hecho mas que prolongar los perfiles de la visión liberal, ciertas corrientes revisionistas intentan a su turno forjar una nueva historia exhumando algunas reliquias de la iconografía conservadora.

El mismo proceso independentista fue bastante complejo en sus contenidos de clases. Se inicio en Haití con una rebelión popular que no sol culmino con la emancipación del país sino también con la cancelación del modo de producción esclavista. Aunque en los demás países la emancipación se realizo bajo una correlación de fuerzas finalmente adversa a los sectores populares, estos no dejaron de hacer sentir su peso específico en varias fases del proceso independista.

1810, Hidalgo inicia el movimiento de rebelión y ordena a los jueces que devuelvan a los indígenas las tierras que se les habían quitado. Esas tierras, según su proyecto, que no fue aplicado, no podrían ser rentadas por los beneficiarios de esta restitución.

En 1815, José María Morelos y severo Maldonado propusieron medidas del mismo tipo aunque sin resultados, el código agrario de 1815 “tierra libre, hombres libres” fue la mas avanzada y gloriosa constitución de cuantas llegarían a conocer los uruguayos. Las tierras se repartían de acuerdo con el principio de que los más infieles serán los más privilegiados.

Entre 1813 y 1836 hubo continuas insurrecciones de la plebe urbana de 1822 a 1835 se registro una agitación casi permanente en el ser ton de Pernambuco y Alagoas, entre 1833 y 1836 tuvo lugar la rebelión de los cúbanos.

En 1848 y 1849 fueron el momento culminante de este proceso, con levantamientos como los de Olinda e Igarabu y la marcha de los playeros sobre la capital del estado.

Toda esta agitación, todos estos movimientos, aunque inconexos, conmueven al país, esto provoca una contramarcha de las propias clases iniciadoras del movimiento.

Es verdad que en ninguna parte el movimiento artesanal logra quebrar definitivamente el sistema el cual insurge, mas no por esto hay que menospreciarlo. El movimiento federalista, alzado en armas contra el gobierno de la oligarquía, fue una explosión popular que estampo un signo social a la guerra con la incorporación de masas campesinas que reivindicaban el reparto de tierras y la eliminación del derecho de propiedad sobre grandes fundos rurales.

La republica artesanal por su parte, no logra sellar una alianza con la única clase que hubiera podido consolidarla, es decir, con el campesino.

La reforma fue sin duda un movimiento revolucionario, como lo fueron los que en Inglaterra, Francia, estados unidos cumplieron la misión histórica de imponer el capitalismo. La reforma dibujo los perfiles de un proyecto democrático-burgués de transformación de la sociedad, ideológicamente presente desde el Plan de Sierra Gorda de 1849 hasta el proyecto de Ponciano Arriaga de 1856.

A Benito Juárez le correspondió dirigir este proceso en el que terminaron por juntarse las tareas anti feudales con las de liberación nacional, una vez que el país fue invadido por las tropas franco imperiales.

Tales proyectos apuntaban sin duda hacia un desarrollo del capitalismo desde abajo, por la vía que Lenin denominara revolucionaria. La revolución de Ayutla se desenvolvió, en cierto modo, conforme al patrón de la guerra de independencia: se inicia, la sostienen y la llevan al triunfo las fuerzas más avanzadas, y la consuman, aprovechan y tuercen hábilmente los grupos moderados y conservadores, que expresan los intereses de quienes se oponen al cambio social.

El propósito de los liberales era crear una masa de pequeños propietarios emprendedores que sirvieran de base a la formación del mercado nacional y al desarrollo del capitalismo. Este proceso dio origen a un nuevo tipo de latifundistas que constituyo el primero y el mas importante de los sectores sociales en que se apoyó el porfirismo.

En 1888 Balmaceda proclamo la necesidad de industrializar a chile con recursos que deberían obtenerse

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