Psicología En Enfermeria
georgecoco11 de Septiembre de 2013
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INTRODUCCION
El presente ensayo, pretende comprender y hacer comprender, la aptitud de las emociones en la práctica de la enfermería y expone diferentes argumentos desde los cuales pretendo extraer una conclusión, atendiendo a las relaciones interpersonales, a los resultados positivos de la implicación emocional en la práctica de la enfermería y a los riesgos potenciales que de esta implicación se podrían derivar, y por supuesto a la visión de los pacientes frente a esta.
DESARROLLO
Desde su origen, las labores de enfermería en su periodo no profesional tuvieron que ser realizadas por la familia y los allegados del enfermo. En esta etapa de inexistencia de base científica, los cuidados intentaban cubrir todas las necesidades de los pacientes, aunque se centraban principalmente en los aspectos emocionales y espirituales, debido a los vínculos sentimentales que ligaban a estas personas con el paciente, a la escasez de conocimientos empíricos y a la atribución de las enfermedades a fuerzas sobrenaturales, tales como los dioses.
Posteriormente, y a pesar de la entrada de los conocimientos científicos en España, la evolución de los cuidados de enfermería siguió orientada a la satisfacción de las necesidades emocionales y espirituales, debido a la influencia del carácter vocacional y altruista impulsado por el cristianismo, que de algún modo demoraría la profesionalización de la enfermería. Una vez conseguida esta profesionalización, la ciencia y la tecnología médica avanzaron muy deprisa, y la figura del prestador de cuidados se convirtió en asistente del médico, centrándose en los aspectos puramente físicos y técnicos de las enfermedades de los pacientes, dejando a un lado y en cierto sentido al conjunto de necesidades psicosociales y espirituales, que junto a las físicas se dan de manera integrada en el ser humano. Al mismo tiempo, la no implicación emocional estaba defendida por argumentos en los que se aseguraba la objetividad de la decisión médica, sin influencia de sentimientos que pudieran confundir la actuación de los profesionales de la salud.
Además, con la entrada de Florence Nightíngale en la enfermería, el concepto de buen enfermero implicaba tener la habilidad de ocultar las emociones y mantenerlas fuera del trabajo, no estando permitida la expresión de los sentimientos en estos profesionales.
Hoy en día, la enfermería es una profesión con base científica, centrada en la prestación de cuidados para satisfacer todas y cada una de las necesidades básicas del ser humano, necesidades que van desde las biológicas hasta las espirituales, de forma que la salud posea un concepto holístico.
Así, Maslow propuso las siguientes necesidades emotivas:
—Ser consciente de los propios sentimientos.
—Sentirse competente para expresar las propias emociones.
—Expresar libremente las propias emociones.
—Dar afecto.
—Recibir afecto.
—Ser sensible a las emociones de los otros.
—Ser feliz.
LA RELACIÓN INTERPERSONAL
La relación interpersonal es la relación que cualquier sujeto desarrolla con otro. Es un proceso social que se caracteriza por su relativa estabilidad y viene determinado por la personalidad, la experiencia y las condiciones del medio. No cabe duda de que la comunicación es soporte vital de esta relación y de que como fruto de ella nace la información. Ahora bien, la relación paciente profesional de la salud y la información que de ella se deriva se hacen fundamentales en el proceso hacia la salud del paciente, proceso en el que el enfermero es el profesional que más oportunidades tiene de entablar esta relación. Por este motivo, el proceso hacia la salud va a depender en buen grado de esta relación.
Esta relación paciente-enfermero es la base del cuidado hacia otras personas, por lo que se convierte en uno de los requisitos indispensables para conseguir un cuidado humano, en otras palabras, un cuidado de enfermería profesional,es un proceso interpersonal y terapéutico, en el que el enfermero trabaja cooperativamente con otro ser humano para posibilitar su salud. Por tanto, la enfermería tiene que cuidar sus estereotipos verbales y no verbales desde el primer contacto con el paciente; de hecho, la neutralidad afectiva es rara en la formación de una amistad o relación de ayuda, de esta manera se evitaría la confusión que podría llevar a este proceso fuera del camino hacia la salud.
Como consecuencia de estos encuentros, el enfermero va a obtener información, no sólo de la atención clínica, sino también de las actividades sociales diarias que forman parte del cuidado en el que ambos participan. Así, esta relación lleva al enfermero a una implicación emocional, que se constituye parte de su trabajo diario y que a la vez cumple unos objetivos clínicos y sociales, obtenidos a través de una serie de habilidades o técnicas de enfermería.
¿ES POSIBLE QUE UNA RELACIÓN INTERPERSONAL SE CONVIERTA EN EMOCIONAL?
La respuesta es fácil, cuando una emoción es buena, por ejemplo, cuando un niño sonríe, no hay ningún problema, el enfermero también sonríe; pero las malas emociones pueden llevar al enfermero a una crisis, comola muerte de un paciente. Es aquí donde se necesita un cierto control sobre las emociones. Por ello es útil saber que este contagio emocional no es casual, sino que sigue un proceso de imitación o sincronía a través de una serie de mecanismos, entre los cuales se pueden resaltar:
—El proceso cognitivo consciente, donde se encuentran el análisis y la imaginación.
—La respuesta emocional condicionada e incondicionada, resultado de un proceso asociativo primitivo.
—La imitación y retroalimentación de la comunicación verbal y no verbal, y de los estados emocionales de otros.
Además, para que se dé un contagio emocional, la emoción contagiada debe reunir ciertas características que faciliten dicha situación.
—La emoción sentida debe ser o parecer muy fuerte.
—La emoción debe ser expresada (con gestos faciales, verbal y/o posturalmente).
—Si existiera una emoción opuesta, la persona debe permanecer insensible o sin respuesta al sentimiento del otro.
Estas características son muy útiles para situar las emociones, tanto del paciente como del enfermero, dependiendo de la situación que se tenga que tratar.
Lo ya expuesto nos puede servir para una formación emocional con el fin de obtener ese grado de control que ayudara a cambiar las emociones negativas de los pacientes por una perspectiva más optimista y que al mismo tiempo evitara que los enfermeros llegaran a esos estados de crisis mental que pudiera interferir en su trabajo o afectar en detrimento de su situación emocional.
LA IMPLICACIÓN EMOCIONAL COMO TRABAJO EMOCIONAL
En el trabajo diario, la enfermería está expuesta a situaciones desagradables y molestas, muchas de las cuales son aún hoy en día temas difícil de manejar en la sociedad actual, como pueden ser el sufrimiento y la muerte. Sin embargo, un enfermero tiene que modificar o suprimir sus propios sentimientos para conseguir que los pacientes se sientan cuidados y seguros, independientemente de lo que él sienta. Es entonces cuando se produce una diferencia entre las emociones sentidas y las expuestas al exterior, lo que implica un gasto extra de fuerza y energía, llamado trabajo emocional, de manera que mientras más intensa sea la emoción a la que se tienen que enfrentar, más duro será el trabajo emocional que se realice.
La dificultad para que este esfuerzo extra se considere trabajo radica en que el enfermero ofrece algo que normalmente no esta asociado con su propio trabajo. Cuántas veces se oye a un enfermero decir, mientras habla con un paciente, que deja la conversación porque tiene que hacer algún otro trabajo (fuera de la enfermería, para así justificar su empleo. Ambas labores requieren esfuerzo, y por tanto deben ser considerados como trabajo.
RAZÓN PARA LA IMPLICACIÓN EMOCIONAL
El trabajo de enfermería se encuentra dividido en tres partes tan importantes como necesarias, de manera que la prestación de un cuidado a un paciente estaría bien hecha cuando respondiera a todas estas partes, obteniendo así la satisfacción del paciente y del enfermero. La satisfacción de necesidades y el sentimiento de ser cuidado es crucial. Los pacientes reconocen que los enfermeros trabajan emocionalmente, y eso es lo que esperan de ellos, que muestren alegría y felicidad, y que sepan enfrentarse a sentimientos extremos, independientemente de lo que como personas puedan sentir.
El trabajo emocional está constituido por la paciencia, el gusto, la confrontación y otras muchas conductas empleadas por el enfermero para conseguir unos propósitos que forman parte del proceso de salud para los pacientes. Estas conductas son la realidad del continuo y arduo trabajo diario desempeñado por este profesional, conductas que en la mayoría de los casos son producto de la experiencia profesional y personal. De esta forma, el enfermero se convierte en una herramienta con dos funciones básicas para la salud de los pacientes, ya que además de saber cómo cuidar, también se implica y esfuerza para desarrollar este cuidado satisfactoriamente.
La importancia de definir la implicación emocional en el trabajo se basa en su reconocimiento y valoración, de manera que sea apoyado educativamente como parte integrante de los estudios de enfermería y de
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