Psicología jurídica

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

PSICOLOGÍA JURÍDICA CÁTEDRA II

PRIMER PARCIAL DOMICILIARIO

Integrantes

FUNOSAS, Carina Andrea – LU 00018499/2

MARTINEZ, Adriana – DNI 25863561

COMISION: 24

PROFESOR: Lic. Santiago Ferrari

1* CUATRIMESTRE 2021

Centramos nuestro trabajo en los dos personajes principales de la película Carancho.

El personaje masculino, Héctor Sosa,  es un abogado especialista en accidentes de tránsito que se mueve entre hospitales, emergencias y comisarías en busca de posibles clientes. Trabaja en una supuesta fundación de ayuda a las víctimas pero que en realidad es un oscuro estudio jurídico donde además hay matones, que lo explotan (consigue los clientes,los testigos, las pericias y es quien arregla con las aseguradoras, con los paramédicos, con la policía) y en donde se le hace muy difícil despegarse, ya que la única manera de abrirse es recuperando su matrícula que perdió anteriormente a consecuencia de su desempeño como profesional.

El personaje femenino, Luján Olivera, es una médica joven, adicta, recién llegada a la ciudad, que realiza diversos trabajos (ambulancia, guardias en hospital público, servicios de emergencia) y se ve sometida a las condiciones de precariedad y excesiva exigencia en que se desarrolla la medicina en un hospital del conurbano bonaerense. Para lidiar con esto, debe inyectarse y así lograr sostener la jornada laboral.

Hemos elegido para el desarrollo de nuestro trabajo, dos escenas que consideramos centrales para el análisis.

La primer escena que elegimos para la articulación se desarrolla en el estudio jurídico entre Sosa y su jefe, Casal, a raíz de que éste último agrede a Luján, quien es pareja de Sosa, en el baño del hospital dejándole un mensaje extorsivo, del tipo: “Mirá lo que pasa por no haber repartido la plata de una de las indemnizaciones de un accidente”( Sosa había decidido entregarle el 100% del dinero cobrado de la aseguradora a  la viuda del damnificado).

 Sosa ayuda a Luján a volver a su departamento, la atiende, limpia sus heridas y hasta le administra cierta droga para que ella deje de sentir dolor. 

A continuación, Sosa se dirige hasta la oficina, toma un objeto contundente, el cajón metálico de un archivo, sorprende a Casal, quien alcanza a agredirlo, pero termina siendo finalmente asesinado. Sosa lo golpea con dicho cajón en la cabeza y lo hace repetidamente aún cuando Casal ya se encuentra tendido en el piso, inmóvil. 

En cuanto al personaje de Sosa, de haber sido imputado y a pedido del juez, el perito psicólogo debería realizarle un psicodiagnóstico con el objetivo de evaluar los puntos periciales solicitados.

Debido a que dicha evaluación psicológica se trata de un examen profundo y complejo de la personalidad del evaluado, hemos realizado una exploración de las funciones psíquicas del mismo y de su comportamiento, desde las escenas que se ven en la película, ya que el personaje no ha llegado a ser entrevistado por un psicólogo forense.

En relación a su conciencia podemos indicar que se encuentra vigil, ya que tiene pleno conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea.

En la escena del crimen podemos pensar, tomando en cuenta los estados que describen Delay y Pichot, que tiene un nivel 1, de vigilancia excesiva originada por una emoción intensa.

No presenta alteraciones en la orientación ni en la memoria.

En cuanto a la Afectividad del personaje, Sosa por momentos presentaría un afecto aplanado, (entendiéndose como la ausencia o casi ausencia de cualquier signo de expresión afectiva). Esto se puede visualizar por ejemplo en las siguientes escenas: 

*        Sosa le rompe la pierna con un martillo a otro de los personajes  para fingir un siniestro y da la impresión de no sentir empatía por el agredido ni remordimiento por su accionar. En cambio, cuando este hombre muere al hacer un paro cardíaco después de ser atropellado, recién entonces es cuando se siente responsable ante  el consecuente triunfo de lo inesperado sobre el cálculo.

*        Sosa, después de cometer el homicidio de Casal, parecería no sentir nada por la víctima ni reflexionar de manera crítica sobre su propio acto. 

En relación al pensamiento, podemos inferir que es normal ya que es organizado y coherente. 

Respecto de su comportamiento, se manifiesta con agresión ante situaciones puntuales (Agresión entendida como acto o forma de conducta puntual, reactiva y efectiva, frente a situaciones concretas)

En cuanto a las relaciones objetales, mantiene una relación interpersonal con una mujer, Luján, su pareja actual, de carácter reciente. Empatiza con ella y experimenta un grado de individuación que es  esperable, es decir, no la ve como extensión de sí mismo y puede mantener una constancia objetal, ya que ha demostrado poder alejarse de ella cuando se lo exigió y luego, disculparse y tratar un nuevo acercamiento.

Sosa ejecuta un acto de tipo voluntario con la comisión del crimen de Casal y debe ser considerada como delito ya que la misma cumple con los cuatro requisitos necesarios: 

Es una conducta típica, está prevista en las leyes penales siendo en este caso el hecho de matar a otro. 

Dicha conducta además de ser típica también es antijurídica, no hay ninguna otra forma en el ordenamiento jurídico que permita realizarla. Lo sería si se tratase de un homicidio en legítima defensa.

Se trata de una conducta culpable, se le puede reprochar a Sosa la conducta llevada a cabo, el delito contra la persona de Casal.

La conducta también es punible, la ley no prevé una excusa absolutoria. 

El tipo penal del que se trata este delito es el de homicidio doloso, ya que existe la intención de matar a la víctima. En el art 79 la pena prevista es de 8 a 25 años de prisión para un homicidio sin agravantes.

El art 80 prevé las circunstancias agravantes penadas con prisión o reclusión perpetua. 

En este caso, el victimario actuó con dolo (intención) y alevosía debido a que empleó un medio de ejecución (cajón metálico del archivo) tendiente, directa y especialmente a asegurar la comisión del delito. Llega repentinamente hasta la oficina de Casal, hace su ingreso de manera intempestiva y ejecuta el acto. Se presupone premeditación, debido a que Sosa tuvo tiempo de pensar antes de dirigirse a la oficina. Asiste a Luján y luego se dirige hasta allí y comete el homicidio y además no se evidencian signos de alteraciones en su memoria, por el contrario recuerda exactamente lo sucedido antes, durante y después del hecho. 

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