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Psicomotricidad Y Desarrollo Del Lenguaje


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  3.273 Palabras (14 Páginas)  •  1.786 Visitas

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2.2.1 PSICOMOTRICIDAD.

A. Reseña histórica

Los primeros pasos de lo que sería la psicomotricidad aparecen a finales del siglo XIX con los grandes descubrimientos de la fisiología nerviosa, que ponía de manifiesto que el modelo anatomo-fisiológico que se tenía del cuerpo era insuficiente. Fue Dupré quien, a partir de sus trabajos con enfermos psiquiátricos, acuñó el término de psicomotricidad como síntesis de la relación entre los trastornos de la mente y su reflejo a nivel corporal.

En el primer cuarto de siglo se observa una gran influencia neurológica en el concepto de psicomotricidad. Esto viene determinado por los avances que se producen en el ámbito de la patología cortical, de la neuropsiquiatría y la neurofisiología.

El ser humano no es concebido como un todo, sino que está compuesto por dos entes totalmente independientes que son el cuerpo y el alma, hecho que traduce el dualismo filosófico que desde Platón a Descartes ha predominado en la concepción occidental del hombre. La segunda característica fundamental del segundo cuarto de siglo sigue siendo la influencia del dualismo que se infiltra en la paidopsiquiatría y hace que no aparezcan todavía signos propiamente psicomotores y que cualquier problema sea englobado en un síndrome general.

La figura más destacada de este período es Heuyer (1936) quien establece la estrecha relación que existe entre el desarrollo de la motricidad, la inteligencia y la afectividad, es decir, por primera vez aparece una concepción global del ser. Heuyer estudió como los trastornos de las funciones motrices van acompañados de los trastornos de carácter, llegando a establecer programas de tratamiento para resolver estos problemas, anticipando lo que sería la reeducación psicomotriz. Otras dos grandes aportaciones de este periodo vienen determinadas por las aportaciones de la psicología del desarrollo y, del psicoanálisis, que analizaremos con posterioridad.

El tercer y cuarto de siglo se caracteriza por el proceso autónomo que se inicia en el ámbito de la psicomotricidad y por la búsqueda de su propia identidad, destacando dos figuras fundamentales como son Ajuriaguerra y Diatkine. Estos autores consiguen aislar los distintos trastornos psicomotores, relacionarlos con otros síndromes y establecer con una base científica, los distintos tratamientos que se podían llevar a cabo con estos niños

El término “psicomotricidad” se da a conocer en un congreso de París, Francia, en 1920 por el Dr. ErnestDupreé, quien le da un enfoque terapéutico. Por otra parte, un monje nómada, L’epep, reunía niños, con problemas de aprendizaje a través de actividades físicas (sin nombre), aprovechaba los beneficios del movimiento para favorecer el aprendizaje, que es lo que hoy en día el psicomotricista en la educación primaria, pide al profesor su programa académico y favorece el cálculo, lenguaje, socialización, etc. a través de métodos y técnicas que cumplen con dicho rol.

LA PSICOMOTRICIDAD EN LA ESCUELA:

El cuerpo es el gran olvidado en nuestras escuelas. El trabajo corporal tiene escasa presencia en el curriculum, es un recurso escasamente utilizado y cuando lo es, se plantea de forma aislada a los contenidos y objetivos globales de la etapa escolar, limitándose a objetivos específicos y desde una concepción instrumentalista y racional del cuerpo, pero el cuerpo no es solo un instrumento, sino que es fuente de conocimiento, comunicación, relación y afecto.

El niño es un ser psicomotor y, al menos, hasta los 6/7 años, expresa sus propios problemas, comunica, opera, conceptualiza y aprende mediante su expresividad y sus manifestaciones psicomotrices. Por lo tanto, en nuestra práctica educativa, es inevitable partir de esta concepción unitaria de la persona, teniendo en cuenta las distintas dimensiones del cuerpo y no exclusivamente la dimensión instrumental. La reflexión sobre nuestra práctica nos lleva a analizar los diferentes niveles de¡ cuerpo (Boscaini, 1988) y su relación con la psicomotricidad:

En un primer nivel, hay un cuerpo instrumental, funcional, un cuerpo que es un conjunto de huesos, articulaciones, músculos, tendones, etc..., que se manifiesta por el equilibrio, coordinación, fuerza muscular, elasticidad, etc..., que se expresa mediante la neuromotricidad, permitiendo el desarrollo de la potencialidad corporal que facilitará la capacidad de adaptación a la realidad externa.

En un segundo nivel, no tan superficial como el anterior, hay un cuerpo cognitivo que se encarga de la motricidad voluntaria y por lo tanto va unido a la actividad senso-perceptivo-motora, a la actividad representativa y operatoria en general. Es el cuerpo relacionar que interactúa con los objetos, descubriendo sus características y cualidades, y con las personas, que le introduce en el mundo de los afectos, pudiendo incidir en la realidad de las cosas y las personas con el desarrollo de la creatividad.

Hay un tercer nivel, más profundo, constituido por el cuerpo tónicoemocional y el fantasmático, estrechamente unido a las vivencias afectivas, emotivas y pulsionales, de las cuales no somos conscientes y que se expresan de manera simbólica.

Es el cuerpo que pone de manifiesto las huellas de placer o de displacer que han quedado grabadas en el inconsciente. Por otra parte, la reflexión sobre la presencia del cuerpo en la institución escolar, no se puede limitar al cuerpo del niño, porque en la relación educativa está el cuerpo del educador, cuerpo que habitualmente es intocable y poco utilizado ya que estamos acostumbrados a mediar a través de la palabra con escasa disponibilidad corporal para responder a las demandas y necesidades que se nos plantean.

Tal y como plantea Lapierre (1990), "la relación maestro-alumno no es solamente una relación audiovisual a través del lenguaje y de la escritura. Ella es una relación psicoafectiva y psicotónica (encuentro de los tonos musculares), donde cada uno compromete su personalidad. Querer modificar la relación pedagógica sin modificar las capacidades relacionases del educador, su capacidad de escuchar, de comprender, de elaborar, es una ilusión". Por lo tanto, lo cómodo y fácil es refugiarnos en una concepción racionalista, excluyendo cualquier implicación corporal en la relación con el otro

Le Bouch implementa la educación psicomotriz en los años cuarenta y en los cincuentas, con el neurodesarrollo nace en educación primaria.

Sus fundamentos pedagógicos, se basan en la filosofía de la educación como pedagogía activa, en la psicología unitaria de la reestructuración recíproca como dinámica del grupo.

En 1960, el

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