REFLEXIÓN PERSONAL DEL GRUPO DE DESARROLLO PERSONAL I, DEL 17, 18 Y 19 DE ENERO DEL 2020

CENTRO UNIVERSITARIO MAR DE CORTÉS

TÍTULO:

REFLEXIÓN PERSONAL DEL GRUPO DE DESARROLLO PERSONAL I, DEL 17, 18 Y 19 DE ENERO DEL 2020

MAESTRÍA EN:

DESARROLLO HUMANO EN LA DOCENCIA

MATERIA:

“GRUPO DE DESARROLLO PERSONAL I”

TITULAR:

DRA. MARÍA GÓMEZ RAMOS

ALUMNA:

DENISS GUADALUPE LÓPEZ COTA

Los Mochis, Sinaloa, Enero 2020.

REFLEXIÓN PERSONAL DEL GRUPO DE DESARROLLO PERSONAL I, DEL 17, 18 Y 19 DE ENERO DEL 2020

Quiero iniciar comentándole que para mí, fue un fin de semana muy significativo, ya que mi inscripción a esta maestría carecía de ganas, sentido e interés; mi única motivación el conseguir el título y que mi hermana entraría a esta. Sin embargo no investigue de que se trataba, que podría aprender, en que me ayudaría, ni tenia expectativas; solo asistí el viernes y ya. Siendo este viernes el más incómodo para mí, ya que me percate que la mayoría de los integrantes del grupo se conocían o eran afines por su labor en preescolar y yo no lo era, por lo que me resistí a integrarme y socializar con las compañeras.

Para mi sorpresa el mismo viernes se realizó una actividad de presentación, muy distinta a la que usualmente se realizan, donde una compañera mi presento y yo la presente a ella. Cuando estábamos haciendo la entrevista me sentí muy insegura, ya que por mi mente invadieron conflictos, de si digo la verdad (que solo vengo por el papel), que yo no podía hasta ese momento aportar nada (porque no sabía ni que me aportaría a mí misma), me sentía nerviosa de socializar con la entrevistadora y que se diera cuanta que yo no era educadora, que solo era una apática al trabajo.

Aun fue más terrible cuando llegó el turno de que me presentarán, me sentí tan evidenciada, que sentí que las miradas de las demás compañeras me traspasaban y no podía enfocarme a mirar nada, solo quería que terminara la actividad y ya. Sin embargo cuando se inició la conversación grupal de cómo nos sentimos y escuchaba las reacciones de las demás compañeras, me empecé a relajar y a escuchar mis emociones que estaba sintiendo, empatizando con varias de ellas como la que dijo que se sintió tal cuando le cantan las mañanitas, con las risas de los comentarios termine de calmarme y pude centrar mi atención a lo que estaba explicando la maestra de que era felicidad para nosotros, situación que me lleve de tarea, pensándolo un buen rato en la noche.

 Antes de dormir concluí que mi felicidad, es hacer lo que me guste y yo quiero, siempre que no me dé cuenta que daño a otra persona y me dormí feliz, pensando que al día siguiente regresaría a clase con la esperanza de encontrarle ganas y sentido a echarle ganas a las actividades. Pero como la felicidad no dura para siempre, llegó el segundo día con más reflexiones y emociones que flotarían.

Para cuando iniciaron las actividades del segundo día, yo asistí más relajada y con una actitud más positiva a dejarme llevar y participar de la mejor manera a lo que viniera. Siendo muy participativa y no limitarme a comentarle a mis compañeros de equipo todo lo que desearía para este planeta, como el de fuera un planeta menos poblado, con menos violencia, un planeta más sano (física y mentalmente), familias menos desintegradas, papas más responsables, menos tecnología, con más amor verdadero, etc.

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