RELACION DEL PROFESIONAL DE LA SALUD
viridiana12059324 de Marzo de 2014
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Relación interpersonal entre un profesional de la salud y un paciente, desde la visión particular de la psicología de la salud.
¿Qué sucede en el encuentro entre dos personas? Este encuentro no es cualquiera, no son dos personas comunes, son un profesional de la salud y alguien que consulta por su malestar. Puede darse entre un médico, un psicólogo o un enfermero por un lado y un paciente, cliente o enfermo por el otro. Este encuentro particular como entrevista.
En este espacio van a circular ideas, emociones, palabras y gestos entre otros tipos de información, centradas en la afección del paciente. Teniendo presente siempre que es una entrevista asistencial, con parámetros de tiempo, lugar y roles, y un objetivo de trabajo determinado.
El nivel de análisis propuesto va a estar centrado en factores que inciden y están presentes en todas las relaciones, así cada profesional necesitará hacer un ajuste a su encuadre particular desde la visión del hombre que posea según su instrucción. Uno de los objetivos propuestos es el de buscar una mirada más integrativa del paciente, sin reducirla al punto de vista exclusivo de una sola disciplina, sino al de la relación interpersonal en esta situación particular.
De la habilidad del profesional va a depender la identificación y nominación de la patología, así como la calidad del vínculo afectivo que se establezca entre ambos, en otras palabras “Entre el médico y el paciente se establece un campo de interrelación emocional, ‘campo dinámico’…” (Ferrari et al, 1971, p.45). En este campo se va a desarrollar la doble función del profesional, por un lado asistencial, teniendo en cuenta el marco teórico, los conocimientos adquiridos y la técnica de su especialidad clínica, y por el otro su condición de humano, que siente, se emociona y sufre, que es impactado por la presencia del otro ser humano que lo solicita.
Al hablar de la entrevista médica Ferrari menciona la técnica de la entrevista “…es la manera estratégica de poner en juego su persona en la tarea profesional mientras respeta los principios o reglas generales de una buena entrevista.” (Ferrari, 1996, p. 272) y la separa del vínculo emocional que se establece en la misma y del encuadre propio de la medicina.
La transferencia y la contratransferencia son las modalidades de relación emocional que el psicoanálisis ha estudiado y desarrollado, con las que aporta a la entrevista elementos que permiten una lectura completa del vínculo, facilitando la comprensión de lo que se dice, lo que no se dice y porqué. Algunas definiciones pueden servir para aclarar este punto: “Por transferencia entendemos la actualización de emociones, actitudes y conductas inconscientes que corresponden a pautas establecidas en el curso del desarrollo, en especial con los objetos primarios.” (Ferrari, 1996, p. 278) y “La contratransferencia comprende todas las respuestas emocionales del médico a las manifestaciones del paciente, el efecto que tiene sobre él.” (Ferrari, 1996, p. 279). Podemos retomar así la concepción de un “campo dinámico”:
En este campo de fuerzas, “campo dinámico”, transita la enfermedad, y desde el punto de vista psicológico “enfermedad es todo lo que pasa entre el enfermo y el encargado de curarlo”, según una muy conocida definición de Valabrega. (Ferrari et al, 1971, p. 46)
Por tanto, teniendo clara y definida la técnica de la entrevista y conociendo los fundamentos de su disciplina, el profesional necesitará resolver de alguna manera la transferencia de quien lo consulta y su propia contratransferencia, ya que la conducción de la entrevista va a gravitar o apoyarse en estos dos elementos. Ferrari, Luchina y Luchina aportan a esta dimensión emocional de la relación interpersonal algo fundamental:
La conducción y organización de la enfermedad debe ser vista quizás como el principal recurso terapéutico, dado que constituye la trama donde se insertarán los otros recursos para combatir la enfermedad. (Ferrari et al, 1971, p.49)
Es en este encuentro que, la enfermedad hablada por quien consulta a un profesional, va a tomar un significado, y es en el discurso del terapeuta (en sentido amplio del término) que se podrá comprender al síntoma para descifrar su mensaje.
La importancia de esta relación es tal que de ella depende en gran parte la adherencia al tratamiento o la continuidad del mismo en el tiempo. Una vez más es destacable la convergencia con las palabras de Ferrari, que al hablar de la entrevista médica pone de relieve. La importancia del vínculo médico paciente a partir del cual tiene sentido el diálogo verbal que acompaña a la tarea se inscribe en el marco de una relación emocional en la cual lo que se dicen depende de lo que piensan el uno del otro, o quien es uno para el otro y el significado inconsciente de esa relación. (Ferrari, inédito, p.4)
Recapitulando, los componentes que más influyen, y de forma directa, sobre la entrevista son tres: la técnica de la entrevista, la relación emocional y el encuadre médico. Todos necesitan ser tenidos presentes y manejados en forma adecuada por el entrevistador, a fin de brindar una asistencia adecuada a quien solicita ayuda profesional
LA COMUNICACIÓN EN LA RELACIÓN PROFESIONAL DE LA SALUD Y EL USUARIO
La relación médico paciente (RMP), "piedra fundamental" del acto médico, ha
experimentado grandes modificaciones: la escasez de tiempo, la celeridad con que se desempeñan las actividades, el trabajo de distintos profesionales aislados, los avances de la tecnología que a veces reemplaza el tradicional ejercicio médico. Esta menor presencia de un solo profesional a cargo hace notar objetivamente la importancia de una relación personalizada, de una atención integral. No basta con solucionar el problema puntual que se nos refiere, sino investigar el contexto biográfico personal, familiar y social, en el que se dan algunas situaciones, ya que no son pocos los casos en que nos encontramos con llamados de atención, conscientes o no, o síntomas de un conflicto más profundo. La transferencia la definen comparando la relación médico paciente a la del padre con su hijo. Si el tratante se muestra bondadoso hará que el paciente confíe tanto como para abrir su alma y contar sus conflictos más íntimos. Sólo un padre puede comprender y perdonar. Análogamente podríamos hacer referencia a la confianza que el paciente deposita en el médico: su rectitud profesional, que posee las técnicas y destrezas correspondientes y que tendrá la generosidad suficiente, de escucharlo y ayudarle, guardando al respecto la más absoluta reserva. Por ello mismo, el usuario o paciente, si se encuentra enfermo, está en un momento de gran vulnerabilidad y angustia, y se sentirá muy agradecido si se le atiende con respeto y acuciosidad.
En relación a lo anterior, partimos del aserto que la comunicación verbal y no verbal es el eje de cualquier relación humana. En este sentido el doctor Francisco Maglio nos brinda algunas pautas para el logro de aquello: empatía, personalizar al otro, aceptarlo; ser justo sin ser juez.
La comunicación verbal alude a las palabras y a su contenido, debe ser claro,
coherente, fluido, sin interrupciones que den impresión de inseguridad o de querer ocultar algo, de no atreverse a mostrar la verdad. También el hablar en exceso da la impresión de querer ocultar lo sustantivo y distraer al paciente.
Dentro de los elementos no verbales influye el tono de voz, los intervalos entre frase y frase, los titubeos frecuentes de palabras; también por supuesto la expresión del rostro; la sonrisa oportuna y no oportuna; la relación concordante o discordante entre lo que se está verbalizando y lo que dice la mímica, en especial la mirada. Es importante el contacto táctil al dar la mano, pues es una forma muy esencial de expresar el afecto. De allí que en el diálogo anamnéstico es fundamental y no debe convertirse en un mero interrogatorio, sino en un diálogo, creando así una comunidad terapéutica eficaz, disminuyendo la ansiedad y aumentando la seguridad del paciente. Se estima que el 50% de
los datos del diagnóstico los entrega la anamnesis; un 30% la exploración clínica, y un 20% los datos de laboratorio.
Por ello mismo se consideran negativos para esta relación los gestos de negar con la cabeza, mirar al vacío, reclinarse hacia atrás, cruzarse de brazos o expresiones de crítica, de censura o de restar importancia a aquello que para el usuario resulta inquietante.
El médico o profesional de la salud, cuando no le es posible dar un diagnóstico
inmediatamente, debe adelantar algo respecto del porvenir del cuadro a la vista, explicando sus razones en un lenguaje que el paciente pueda entender, siempre dando lugar a la esperanza. Cuando se realiza el diagnóstico es necesario explicar claramente el cuadro patológico, a veces comparándolo con situaciones de la vida cotidiana. Si el paciente creeque el tratante maneja el tema con seguridad se sentirá tranquilo. Esto queda confirmado con los planteamiento de Rosenthal, quien ha demostrado que las expectativas positivas o negativas de un médico pueden transmitirse espontáneamente a su paciente a través de las comunicaciones verbales y no verbales. De ello depende su efecto placebo que se ha dado en llamar “El efecto Rosenthal”
El tratante debe sacar a relucir los valores positivos del usuario y apoyar sus
aspiraciones. La entrevista es directiva si el profesional pregunta lo que es de interés, y es cooperativa cuando ambos colaboran para esclarecer el cuadro, dejándose buena parte de la iniciativa al paciente, con cierta dirección subyacente del profesional; quizás
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