RESUMEN HISTORIAL HOMBRE DE LAS RATAS

A propósito de un caso de neurosis obsesiva (1909)

“Hombre de las ratas”

Introducción:

Contenido: En 1er lugar comunicaciones fragmentarias del historial clínico de un caso de neurosis obsesiva que pudo incluirse entre los de considerable gravedad por su dura°, sus dañinas consecuencias y su aprecia° subjetiva. Su trata/ que abarcó cerca de un año, alcanzó el restableci/ total de la personalidad y la cancela° de sus inhibiciones.

En 2do lugar algunas indicaciones aforísticas sobre la génesis y el mecanismo más fino de los procesos anímicos obsesivos, destinadas a servir de continuación a las 1eras exposiciones sobre el tema, publicadas en 1896.

No sé puede comunicar el historial completo de trata/ porque ello exigiría penetrar en el detalle de las circunstancias de vida del paciente.

I.- Del historial clínico

Un joven de forma° universitaria se presenta indicando que padece de representaciones obsesivas ya desde su infancia, pero con particular intensidad dsd hace 4 años. Contenido ppal de su padecer son 1s temores de que les suceda algo a 2 personas a quienes ama mucho: su padre y 1 dama a quien admira. Ade+ dice sentir impulsos obsesivos (p.e, a cortarse el cuello con una navaja de afeitar), y producir prohibiciones referidas aún a cosas indiferentes. Manifiesta que la lucha contra esas ideas le ha hecho perder años, y x eso se ha rezagado en su carrera en la vida.

De las curas intentadas, la única provechosa fue un trata/ de aguas en un instituto de X; pero se debió sólo a haber trabado allí 1 vinculo con una mujer que desembocó en un comercio sexual regular.

Sus relaciones sexuales son raras y a intervalos irregulares.

Su vida sexual ha sido en general pobre, el onanismo desempeñó sólo 1 ínfimo papel a los 16 o 17 años. Afirma que su potencia es normal; primer coito a los 26 años.

Impresiona como una mente clara, perspicaz. Al preguntarle qué lo movió a situar en el 1er plano las noticias sobre su vida sexual, responde que es aquello que él sabe sobre sus doctrinas.

A.- La introducción del trata/

Después que al día siguiente lo compromete a la única condi° de la cura –la de decir todo cuanto se le pase x la cabeza aunque le resulte desagradable, aunque le parece nimio, o que no viene al caso o es disparatado– y que le deja librado escoger el tema con el cual quiere inaugurar sus comunicaciones.

Tiene 1 amigo a quien respeta extraordinaria//. Acude a él siempre que lo asedia un impulso criminal, y le pregunta si no lo desprecia como delincuente. Él lo apoya, aseverándole que es 1 h’ intachable que probablemente dsd su juventud se ha habituado a considerar su vida bajo esos puntos de vista.

Antes, dice, otra persona ejerció sobre él parecido influjo, un estudiante que tenía 19 años cuando él mismo andaba x los 14 o 15; este estudiante le había cobrado afecto, y había elevado tan extraordinaria// su sentí/ de sí que podía creerse 1 genio. Este estudiante fue luego su preceptor hogareño, y de pronto modificó su comporta/ rebajándolo como a un idiota.

Por último, reparó en que se interesaba por 1 de sus hermanas y sólo había trabado rela° con él para conseguir el acceso a la casa. Esta fue la 1era gran conmo° de su vida.

B.- La sexualidad infantil

“Mi vida sexual empezó muy temprano. Me acuerdo de una escena de mi 4to a 5to año (dsd mi 6to año poseo recuerdo completo), que años dsp me afloró con claridad. Teníamos 1 gobernanta joven, muy bella, la señorita Peter. Cierta velada yacía ella, ligera// vestida, sobre el sofá, leyendo; yo yacía junto a ella y le pedí permiso para deslizarme bajo su falda. Lo permitió, siempre que yo no dijera nada a nadie. Tenía poca ropa encima, y yo le toque los genitales y el vientre, que se me antojó curioso. Dsd entonces me quedó una curiosidad ardiente, atormentadora, por ver el cuerpo femenino. Todavía sé con qué tensión aguardaba en los baños, adonde aún me permitían ir con la señorita y mis hermanas, que ella entrara desvestida en el agua.

Tengo más recuerdo de mi 6to año.

Había entonces en casa otra señorita, tb joven y bella, que tenía abscesos en las nalgas y al anochecer solía estrujárselos. Yo acechaba ese momento para saciar mi curiosidad. Tb en el baño, aunque la srita Lina era más recatada que la 1era.

Respuesta a una pregunta que se le hace: Yo no dormía regular// en la habitación de ella, casi siempre en la de mis padres.

Recuerdo una escena: Yo debo de haber tenido 7 años. Estábamos sentados juntos, al anochecer, la srita, la cocinera, otra muchacha, yo y mi hermano, menor que yo en 1 ½ año. De repente escuché, de la conversación de las muchachas, que la srita Lina decía: “Con el pequeño es claro que 1 lo podría hacer, pero Paul” (yo) “es demasiado torpe, seguro que no acertaría {danebenfabren }”. No entendí con claridad a qué se referían, pero si entendí el menosprecio y empecé a llorar. Lina me consoló y me contó que 1 muchacha que había hecho algo parecido con 1 niño que le habían confiado fue encarcelada por varios meses. No creo que haya hecho algo incorrecto conmigo, pero yo me tomaba libertades con ella. Cuando me metía en su cama, la destapaba y la tocaba, lo cual ella consentía, quieta. No era muy inteligente y evidente// sentía una gran necesidad sexual. Con 23 años de edad, ya había tenido un hijo, cuyo padre se casó dsp con ella, de suerte que hoy se titula “sra Hofrat”. Suelo verla todavía x la calle.

Ya a los 6 años padecía de erecciones y sé que 1 vez acudí a mi madre para quejarme, (…) y por entonces tuve durante algún tiempo la idea enfermiza de que los padres sabrían mis pensamientos, lo cual me explicaba por haberlos yo declarado sin oírlos yo mismo. Veo en eso el comienzo de mi enfermedad. Había personas, muchachas, que me gustaban mucho y x quienes yo sentía 1 urgentísimo deseo de verlas desnudas. Pero a raíz de ese desear tenía un sentí/ ominoso, como si x fuerza habría de suceder algo si yo lo pensaba, y debía hacer toda clase de cosas para impedirlo

Preguntado, indica, como ejemplo de esos temores: “Mi padre moriría”. Pensa/ sobre la muerte del padre me han ocupado dsd temprano y x largo tiempo, dándome gran tristeza.

En esta oportunidad escucho asombrado que su padre,

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