El Hombre Mediocre Resumen
mariantmartinez24 de Septiembre de 2011
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ANALISIS “EL HOMBRE MEDIOCRE”
EL HOMBRE MEDIOCRE
CAPITULO I.
I. ¿AUREA MEDIOCRITAS?
Su admiración primitiva es simple estupor. La poesía natural que le rodea al reflejarse en su imaginación, no se convierte en poema.
Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual. Sin ellos puede tenerse fanatismos y supersticiones; ideales, jamás!
El estrecho horizonte de su experiencia constituye el límite forzoso de su mente, no puede formarse un ideal.
Hay hombres mentalmente inferiores al término medio de su raza, de su tiempo y de su clase social; también los hay superiores.Entre unos y otros fluctúan una gran masa imposible de caracterizan por inferioridades o excelencias.
Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad, en la escala de la inteligencia humana ella representa el claros curo entre el talento y la estulticia.
Otro fue el placer del poeta: poniendo en la tranquilidad y en la independencia el mayor bienestar del hombre, enalteció los goces de un vivir sencillo que dista por igual de la opulencia y la miseria, llamando Áurea a esa mediocridad material. En cierto sentido epicúreo, su sentencia es verdadera y confirma el remoto proverbio árabe:”Un mediano bienestar tranquilo es preferible a la opulencia llena de preocupaciones”.
No concebimos el perfeccionismo social como un productote la uniformidad de todos los individuos, sino como la combinación armónica de originalidades incesantemente multiplicadas. El sentido común es colectivo, eminentemente retrogrado y dogmatista; el buen sentido es individual, siempre innovador y libertario .Las costumbres y las leyes pueden establecer derechos y deberes comunes a todos los hombres; pero estos serán siempre tan desiguales como las olas que erizan la superficie de un océano.
II. LOS HOMBRES SIN PERSONALIDAD:
La personalidad individual comienza en el punto preciso donde cada uno se diferencia de los demás; en muchos hombres ese punto es imaginario. Por ese motivo, al clasificar los caracteres humanos se ha comprendido la necesidad de separar a los que carecen de rasgos característicos: productos adventicios del medio, de las circunstancias, de la educación que se les suministra, de las personas que los tutelan, de las cosas que los rodean.”Indiferentes” ha llamado a ribot a los que viven sin que se advierta su existencia.
Aunque los hombres carecemos de misión trascendental sobre la tierra, en cuya superficie vivimos tan naturalmente como la rosa y el gusano, nuestra vida no es digna de ser vivida sino cuando la ennoblece algún ideal: los más altos placeres son inherentes a proponerse una perfección y perseguirla. El poder que se maneja, los favores que se mendigan, el dinero que se amasa, las dignidades que se consiguen, tienen cierto valor efímero que puede satisfacer los apetitos del que no lleva en si mismo, en sus virtudes intrínsecas, las fuerzas morales que embellecen y califican la vida; la afirmación de la propia personalidad y la cantidad de hombría puesta en la significación de nuestro yo.
Muchos nacen; pocos viven. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, la falta de personalidad hace a estos, incapaces de iniciativa y de resistencia.
III. ENTORNO DEL HOMBRE MEDIOCRE:
Si pudiéramos medir los valores individuales, graduarían se ellos en escala continua, de lo bajo a lo alto. Entre los tipos extremos y escasos, observaríamos una masa abundante de sujetos, más o menos equivalentes, acumulados en los grados centrales de la serie. El hombre decimos ahora es un animal que evoluciona en las mas recientes edades geológicas del planeta; no fue perfecto en su origen, ni consiste su perfección en volver a las formas ancestrales, surgidas de la animalidad simiesca.
El concepto de la normalidad humana solo podría ser relativo a determinado ambiente social ¿serian normales los que mejor “marcan el paso”, los que alinean con mas exactitud en las filas de un convencionalismo social? En este sentido el hombre normal no seria sinónimo de hombre equilibrado, ¿será entonces lo que en la filosofía, en literatura o en la política, se llama un ecléctico, un justo-medio? de ninguna manera, contesta. El que es justo medio lo sabe tiene la intención de serlo; el hombre mediocre es justo medio sin sospecharlo lo es por naturaleza, no por opinión; por carácter, no por accidente. Pero fuerza es reconocerlo, tales definiciones son inseguras desde el punto de vista de la psicología social; conviene buscar una mas exacta e inequívoca, abordando el problema por otros caminos.
IV. CONCEPTO SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD:
No obstante las infinitas diferencias individuales, existen grupos de hombres que pueden englobarse dentro de tipos comunes; tales clasificaciones, simplemente aproximativas, constituyen la ciencia de los caracteres humanos, la teología, que reconoce en Teofrasto su legítimo progenitor. Esas clasificaciones, admisibles desde algún punto de vista especial, son insuficientes para el nuestro.
Cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación. La primera tiende a proveerle de los órganos y las funciones mentalmente que le trasmiten las generaciones precedentes; la segunda es el resultado de las múltiples influencias del medio social en el que el individuo esta obligado a vivir. Esta acción educativa es, por consiguiente, una adaptación de las tendencias hereditarias a la mentalidad colectiva: una continúa aclimatación del individuo en la sociedad, el niño desarrollándose como un animal de la especie humana, hasta que empieza a distinguir las cosas inertes de los eres vivos y a reconocer entre estos a sus semejantes.
El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativo y esta perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad.Asi como el inferior hereda “el alma de la especie”, el mediocre adquiere “el alma de la sociedad”.Es original e imaginativo, desadaptandose del medio social en la medida de propia variación.
V. EL ESPIRITU CONSERVADOR:
Todos los hombres de personalidad firme y de mente creadora, sea cual fuere su escuela filosófica o su credo literario, son hostiles a la mediocridad.Toda creación es un esfuerzo original; toda creación es un esfuerzo original; la historia conserva el nombre de pocos iniciadores y olvida a innumeros secuaces que los limitan.
Los mediocres encuentran una justificación, como todo lo que existe por necesidad.El eterno contraste de las fuerzas que pujan en las sociedades humanas, se traduce por la lucha entre dos grandes actitudes, que agitan la mentalidad colectiva: el espíritu conservador o rutinario y el espíritu original y de rebeldía.La originalidad necesita un contrapeso robusto que prevenga sus excesos; habría ligereza en fustigar a los hombres metódicos y de paso tardío, si ellos constituyeran los tejidos sociales mas resistentes,soporte de los otros.Los mismo que en los organismos, los distintos elementos sociales que surgen mutuamente de sostén; en ves de mirarse como enemigos debieran considerarse cooperadores de una obra única, pero complicada, si tuvieran igual razón de ser los imitadores y los originales, como arguye el pensador español su justificación estaría hecha.Ser mediocre no es una culpa ;siéndolo, su conducta es legitima.Su acción seria nula sin el esfuerzo fecundo de los originales, su acción seria nula sin el esfuerzo fecundo de los originales, que inventan lo ilimitado después por ellos. Sin los mediocres no habría estabilidad en las sociedades; pero sin las superiores no puede concebirse el progreso, pues la civilización seria inexplicable en una raza constituida por hombres sin iniciativa. Evolucionar es variar; solamente se varía mediante la invención.la evolución de una sociedad, espoleada por el afán de perfección y contenida por tradiciones difícilmente removibles.
VI. PELIGROS SOCIALES DE LA MEDIOCRIDAD:
El error de lo desconocido los ata a mis prejuicios, tornandolos timoratos e indecisos: nada aguijonea su curiosidad; carece de iniciativa y miran siempre al pasado, como si tuviera los ojos en la nuca, troncan su honor por una prebenda y echan llave a su dignidad por evitarse un peligro; renunciarían a vivir antes que gritar la verdad frente al error de muchos.su cerebro y su corazón están entorpecidos por igual como los polos de un imán gastado.El ambiente tornase refractario a todo afán de perfeccion;los ideales se agostan y la dignidad se ausenta:los hombres acomodaticios tienen su primavera florida.Los estados convirtiese en mediocracias;la falta de aspiraciones que mantengan el alto nivel de moral y de cultura, ahonda la Cienaga constantemente.
La dignidad es irreverencia, es lirismo la justicia, la sinceridad es tontera, la admiración es imprudencia, la pasión ingenuidad, la virtud es una estupidez.En la lucha de las conveniencias presentes contra los ideales futuros.Ningun idealismo es respetado,si un filosofo estudia la verdad, tiene que luchar contra los dogmatistas momificados; si un santo persigue la virtud se astilla contra los perjuicios morales del hombre acomodaticio; si el artista sueña nuevas formas, ritmos o armonia,cierranle el paso las reglamentaciones oficiales
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