Reporte de Lectura Al encuentro con el Padre
GEMEMA0412Resumen25 de Octubre de 2015
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MAESTRÍA EN EVALUACIÓN Y TERAPIA INFANTIL
REPORTE DE LECTURA
AL ENCUENTRO CON EL PADRE
OSHERSON SAMUEL
Editorial Cuatro Vientos
Santiago de Chile, 1993
TEMAS IMPORTANTES QUE ABORDA EL AUTOR
En el Capítulo I, la lucha de los hombres para separarse del padre, veo cuatro puntos importantes a considerar:
1.- Los padres permanecen psicológicamente como figuras altamente significativas para los hombres en la edad adulta; conocer al padre y comprender quién es él realmente, sin las distorsiones de la infancia, es la clave de la habilidad que permite a todo hombre lograr esa identidad que emerge con los años.
2.- Frecuentemente, los hombres parecen por un lado, querer el amor de su padre, y por el otro, no quererlo y probar que se pueden arreglar sin él, lo cual se debe a las dificultades que tienen los hijos en la infancia para comprender al padre, a la desesperanza de poder solucionar las cosas o a expectativas muy altas entre ellos.
3.- Los hombres muestran su amor simbólicamente a través de su conducta y no de sus palabras, lo cual los despoja de la posibilidad de expresarlo verbal y emocionalmente, convirtiéndose en iracundos cautivos de opciones que no son satisfactorias para ellos, pero que constituyen la única forma de demostrar su cariño a sus padres y después a su familia que forman ya como adultos.
4.- El rol de padre depende de las circunstancias de cada hombre, del ambiente familiar y de la sociedad en la que se desenvuelve; de esta forma se puede hablar de algunos estereotipos como: el padre herido (cuando un hombre dice que no puede querer a sus hijos porque a él no lo quisieron lo suficiente); el padre sufrido (para quien el sacrificio personal y el trabajo son los principales componentes de la identidad masculina); el padre santo o heroico (que es algo así como “el caballero de la armadura brillante”, el padre secretamente vulnerable, glorificado tradicionalmente, pero también degradado y socavado); el padre enojado (el que refleja la tensión entre padres e hijos mayores que se sienten rivales y con pocas posibilidades de sanar su relación).
5.- No se puede comprender la relación rota entre padres e hijos, sin considerar a la madre ya que comúnmente es quien dirige las comunicaciones familiares y en los primeros 5 años de vida el rol de la madre es fundamental y lo es también, a lo largo de nuestra existencia.
En el capítulo II, trabajando la autoridad, mentores y padres, destaco lo siguiente:
1.- Un mentor o tutor es una persona mayor en el mundo laboral, que ayuda a alguien más joven en su transición al mundo adulto del trabajo, traspasándose también valores y creencias personales.
2.- Muchos hombres han descubierto que el trabajo como mentores les ha permitido corar algunas de las heridas relacionadas con la paternidad: la sensación de frustración con los propios hijos, ya que ven a sus colegas más jóvenes como “hijos sustitutos”.
3.- La tutoría es una de las relaciones más complejas e importantes para el desarrollo de un joven adulto y se comprende mejor como una relación de amor en la que se representan los conflictos inconclusos con sus propios padres y familias; inseguros de sus progenitores, algunos hombres buscan personas mayores que les ayudan a solidificar una identidad masculina frágil, la cual generalmente, es de tipo práctico, enfatizando los logros profesionales y las demostraciones públicas de poder y fuerza.
4.- Los aspectos más cruciales para que el tutor y el aprendiz puedan crecer en esta relación tutorial, son los detalles básicos de la vida emocional e intimidad de los hombres. Para muchos hombres, la experiencia de tratar de desligarse de los asuntos inconclusos con sus padres, tiñe la relación son sus tutores, convirtiendo la separación y el rechazo en componentes críticos de la dinámica desarrollada: la sensación de sentirse “asfixiado” en una relación, refleja el temor de que nuestra personalidad desaparezca bajo el peso de otra.
5.- Los hijos varones necesitan figuras masculinas para consolidar su identidad como hombres: el precio que se paga es que la dinámica padre-hijo puede reaparecer cuando menos se espera. Más que tratar de eliminar la vulnerabilidad de la relación, viejos y jóvenes deberían aprender a tolerarla mejor.
En el Capítulo III, acerca de las esposas que trabajan y de la soledad de los esposos, el autor nos dice que:
1.- El sentimiento de descuido es un problema no sólo para los hombres que han formado matrimonios tradicionales cuyas esposas vuelven al trabajo después de que los hijos han crecido. Incluso hombres que esperan que sus mujeres sean más independientes por sus logros profesionales, han expresado un sentido de pérdida y abandono cuando la esposa tiene que salir de casa para cumplir con algún compromiso social o laboral.
2.- La impresión que causa en un hombre el hecho de que la esposa trabaje y las vulnerabilidades y presiones que pueden convertirlo en un padre herido, enojado y aislado a medida que los hijos crecen y la familia se va reorganizando, representan un conflicto emocional que puede afectarlo seriamente en sus relaciones familiares; a medida que una mujer presiona por tener autonomía y entra al mundo laboral, cambia el equilibrio afectivo del matrimonio, convirtiéndose en una persona diferente por el marido.
3.- El diálogo debe ser la alternativa para evitar o resolver problemas ya que para los hombres pueden aprender de sus esposas, nuevas estrategias para enfrentar situaciones comunes en el ámbito laboral como la motivación, la competitividad y el poder, entre otros.
El Capítulo 4, que el autor titula como “lo que la imposibilidad de tener hijos nos dice acerca de todos los hombres”, me parecieron importantes los siguientes puntos:
1.- Sin duda, el tema de la infertilidad en una pareja, es escabroso y muy delicado ya que para ambos representan un periodo de mucha tensión y vulnerabilidad emocional. Hasta hoy, se sabe de las angustias e inquietudes que esta situación provoca en la mujer pero poco se conoce acerca de “el secreto subterráneo” (estress psíquico, desesperanza e impotencia entre otros problemas emocionales) que provocan las dificultades reproductivas en el hombre.
2.- Algo similar a lo que ocurre en algunas crisis familiares pasa también con esos sentimientos que producen en el hombre las experiencias non gratas de la infertilidad y es así como los asuntos inconclusos resaltan haciendo retroceder al hombre que, en edad temprana, sintió a su padre, lejano del as experiencias afectivas de la familia o que quizá, lo vio abrumado por ellas, por lo que recibió muy pocos elementos que le permitieran comprender esta problemática.
Según el Dr. Mac NAb “los roles tradicionales de cada sexo están vivos y funcionando en nuestra sociedad”; los hombres reconocen sentirse atrapados al interior de esta imagen de invulnerabilidad cuando se dan cuenta de la imposibilidad de tener hijos y a través del tiempo ese mecanismo psicológico se torna disfuncional para su bienestar, por lo que se pueden convertir en personas aisladas socialmente, lo cual provoca, en gran medida, el distanciamiento con sus esposas.
4.- La mayor dificultad a la que se enfrentan los hombres con problemas de infertilidad, es el temor a que sus esposas no se recuperen del dolor psicológico y de la tristeza que sienten ya que se consideran culpables de haber metido a la mujer en problemas; se sienten extremadamente responsables por dañar a quien aman.
5.- El reto de la pareja ante el problema de la infertilidad, es poder desarrollar nuevos patrones de preocupación o más bien de ocupación mutua para que ambos puedan apoyarse y reconfortarse durante este difícil periodo, sintiéndose acompañados uno al otro, frente al temor y al desamparo que ambos sienten.
En el Capítulo V, La urna vacía: ¿se embarazan también los hombres?, lo que consideré importante fue lo siguiente:
1.- En muchos hombres, el embarazo de sus esposas genera fuertes sentimientos ambivalentes que pueden intensificarse al pasar a integrar el mundo femenino de la gineceo-obstetricia. Durante el embarazo vivencian una renovada lucha por sus partes masculina y femenina, así como también un sentido de pérdida por sus partes masculina y femenina, así como también un sentido de pérdida y de alegría al imaginar y anticipar lo que será su rol como padres.
La vulnerabilidad que surge al tener que enfrentarse a esos sentimientos tan confusos de coraje y de tristeza, los empuja a alejarse de su familia o bien, con la misma intensidad, los puede acercar.
2.- Crecer pensando que los hombres son fuertes y las mujeres débiles; que el poder masculino conquista; que la fuerza sólo reside en el mundo externo, puede llevar a una verdadera crisis existencial al confrontarse con el poder del embarazo. En cambio, cuando los hombres se involucran y se comprometen en los embarazos de sus esposas, surgen sentimientos acerca de su propia creatividad y de su habilidad para apoyar la vida.
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