Rodrigo Arguello Psicólogo “La estructura del Edipo”

Rodrigo Arguello Psicólogo

“La estructura del Edipo”

Edipo.

Maldito el arte de la astrología

que forja el crimen que no hubiera sido,

y fuerza al hombre al acto establecido,

tratando de evitar la profecía.

¡Qué fatídico y lúgubre aquel día

en que el siervo salvó, compadecido,

la frágil vida del recién nacido,

iniciando tragedia tan sombría.

Sin conocerle, asesiné a mi padre,

dando así cumplimiento a la amenaza

que nunca comprendí que iba conmigo.

Y sin saberlo, mancillé a mi madre...

¿Por qué no lo evitasteis, ciega raza

de incompetentes dioses? ¡Yo os maldigo!

Me resulta asombroso creer que a las personas que se les suele indagar si alguna vez han tenido la oportunidad de leer El Edipo nos respondan que sí y más aun, que todos hallan adquirido la idea como ese cuento que desde Sófocles hasta hoy, enseña que en un determinado momento de la vida el niño elige a la madre como objeto amoroso y odia al padre y tiene deseos de matarlo (inconsciente claro) por ser este un obstáculo para la realización de sus intenciones amorosas. Pero, sinceramente me gustaría que nuestros lectores pudieran apreciar y conocer más profundamente la importancia que se le atribuye a la estructura del Edipo, no sólo pensando en éste como un cuento (mitología griega) sino como algo real, algo existente, que explica la estructura de nuestra personalidad, la orientación de nuestro deseo y el origen de nuestra verdadera identidad sexual y que justo cuando comenzamos a formar parte del mundo adulto comienzan a surgir nuestros sufrimientos neuróticos.

Por otro lado, me parece apropiado mencionar que todo ser humano está expuesto a vivir el Edipo, ya que nadie puede escapar ni huir a él, por mucho que el niño se encuentre viviendo en una familia clásica, en un orfanato, en un albergue o en una familia disfuncional, no podrá escapar, ahí estará presente el Edipo durante su desarrollo psicosexual en las primeras tres etapas: la oral, la anal y la fálica siendo ésta la ultima: el periodo de manifestación del complejo de Edipo. Por lo que ningún niño y niña que esté transitando la fase fálica, podrá desaparecer dichas pulsiones eróticas que viven en su interior y porque ningún adulto de su mundo cercano podrá evitar convertirse en su principal agente materno o en el blanco de sus pulsiones ni contenerlas.

Debido al proceso tan doloroso por el cual el niño(a), atraviesan durante la fase fálica, me resulta apropiado e interesante plasmar la diferencia que se produce en la forma de vivenciar el Edipo en el varón o en la niña, conociendo también cuales son sus principales miedos, angustias, dolores y privaciones correspondientes a cada caso. Entre estas y otras cuestiones más respecto a la estructura del Edipo son las que abordaremos durante el presente ensayo; en donde se pretende trasmitir al lector un conocimiento más amplio, claro y especifico sobre “El Edipo”.

Actualmente en el mundo donde nos encontramos viviendo la diferencia notable que se marca o se rige entre un sexo y otro no podía ser la excepción en el Edipo, al considerar que tanto en la niña como en el niño se representan de diferente manera. Pero en sí, ¿Qué es el Edipo? a decir verdad, sería muy complicado definir con exactitud el concepto de Edipo ya que éste adquiere diversas vertientes de donde puede partirse. Pero podríamos dar una definición en la cual no basaremos, entendamos por complejo de Edipo, a veces denominado conflicto edípico, a “una llamarada de sexualidad vivida por un niño de cuatro años en el corazón de la relación de los padres” . Si bien es cierto que algunas personas les resulta difícil aceptar la idea de que un niño siente placer por medio de la acción de chupar, mamar o morder es decir, que ame todo lo que se mete en su boca (etapa oral), agreguémosle una segunda, la etapa anal; caracterizado por un apoderamiento que ejerce el niño

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