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SURGIMIENTO Y EVOLUCIÓN DE PSICOLOGIA LATINOAMERICANA.


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  5.697 Palabras (23 Páginas)  •  567 Visitas

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SURGIMIENTO Y EVOLUCIÓN DE PSICOLOGIA LATINOAMERICANA.

ORÍGENES

El inicio académico de la Psicología Social en América Latina puede fijarse, para la mayor parte del continente en la década del 50, surgiendo conjuntamente con la creación de la mayor parte de las Escuelas de Psicología y con el reconocimiento de la necesidad social de la profesión. En efecto, en 1952 se funda la primera escuela de Psicología de Cuba (Universidad Católica de Sto. Tomás de Villanueva); en 1953 aparece la primera en Brasil; en 1954 la primera de Venezuela (Universidad Central) y ya para inicios de la década del 60 (en 1962 aparece la primera en Chile y poco tiempo después se funda la primera del Perú), la disciplina está firmemente implantada en la mayoría de las universidades latinoamericanas, si bien en algunos países (Costa Rica, por ejemplo), ello no ocurre sino hasta los años 70 (Dobles, 1989).

Como ya se ha dicho antes (Casañas y otras, 1984; Montero, 1989), esta Psicología se caracteriza mayormente por su carácter dependiente y meramente reproductor de teorías, métodos y temas de estudio en boga en los EE. UU. (principalmente) y Europa; si bien hay ya en los años 50 el principio de una línea de investigación que ha probado ser sumamente fructífera en América Latina: el estudio de los efectos de la cultura sobre el comportamiento y sobre la identidad social de los habitantes de estas regiones, y a su vez, la relación entre esa identidad, condiciones estructurales y conciencia social, que se transformará en los años 70 en una fuente de producción de conocimiento estrechamente ligada al propio desarrollo de la subdisciplina.

Pero aún antes de la creación de las escuelas de Psicología, ya algunas cátedras de Psicología Social existían como asignaturas en otras carreras universitarias: educación, periodismo en Cuba (Casañas y otras, Op. Cit.), economía en Brasil (Ribeíro de Almeida, S.f.). Y el interés por el nivel psicosocial de explicación de muchos fenómenos sociales y psicológicos está presente desde mediados del siglo pasado, en ese campo a veces un poco impreciso que luego se delimitó en diferentes ciencias sociales: antropología, sociología, politología, Psicología Social. Así, en 1841, en su Resumen de la Historia de Venezuela, Rafael María Baralt dedicaba un capitulo al tema del carácter nacional usando argumentos que volveremos a encontrar a fines del siglo XIX en Le Bon; igualmente en algunos de los positivistas latinoamericanos que escribieron a principios de siglo se puede encontrar capítulos referentes a la Psicología Social de los pueblos. Y en 1916 Arthur Ramos, en Brasil, publicaba una obra titulada Introducción a la Psicología Social, pionera de los libros de texto latinoamericanos en esta disciplina. Pero transcurrirán cincuenta y cuatro años antes de que aparezca otra obra equivalente, la de Rodrígues (1972, otro brasileño, seguida en 1976 por la de Salazar y otros en Venezuela).

Es decir, que se necesitaron veinte años de trabajo sistemático a partir de la creación de escuelas de Psicología y de departamentos de Psicología Social; más el establecimiento de líneas de investigación con la consiguiente producción ligada a ellas; la formación y egreso de varias promociones de psicólogos y el entrenamiento en la práctica docente e investigativa, para que la Psicología Social latinoamericana empezase a producir medios de estudio surgidos de su propio seno. Hasta ese momento (y todavía hoy la práctica se mantiene en muchos centros académicos), la formación psicosocial se hacía exclusivamente a través de textos producidos casi siempre en los EE. UU. La Psicología Social estudiada era fundamentalmente la que esos textos presentaban; desde su perspectiva se analizaban los problemas de estudio, muchas veces también determinados por la influencia teórica y metodológica que de esos manuales se desprendía, cuando no directamente tomados de ellos.

Una segunda característica que marca los inicios de la Psicología Social es que, y ello parece inevitable, quienes comienzan a desarrollar una práctica psicosocial sistemática en muchos casos se habían formado en centros académicos estadounidenses y europeos, o bien debían su entrenamiento básico a ciencias afines: Sociología, Antropología, Filosofía, incluso Medicina. Esto supone por una parte la importación, a veces acrítica (hay algunas excepciones) de modelos, teorías, métodos y áreas de interés, y, por otra parte, sesgos provenientes de esas disciplinas de origen, que si bien aportaban enfoques de interés, en lugar de complementar, durante algún tiempo ocuparon el puesto que debía corresponder a tendencias y perspectivas surgidas dentro de la propia Psicología Social.

Pero como ya he dicho, algunas excepciones hay a esta configuración ajena del objeto de estudio. Las investigaciones relativas a autoimágenes y heteroimágenes de los miembros de la propia cultura, así como de otras; los estudios sobre estereotipos nacionales, que luego darán lugar a trabajos sobre los aspectos psicosociales del nacionalismo y la identidad social y nacional en particular; que si bien se inician marcados por el uso de modelos teóricos y metodológicos provenientes de otros ámbitos, pasarán más tarde a desarrollar sus propios modelos y a un uso crítico y selectivo de teorías y métodos.

Que sea esa línea de investigación la que primero adquiera una definición y configuración propias no es casual. En efecto, si se toma en cuenta la cantidad de obras relativas a la definición identificatoria del «carácter nacional», de la «Psicología de los pueblos americanos», es comprensible este desarrollo. Una vasta literatura de carácter sociopolítico y antropológico sirve de marco a este tipo de estudios. Muchas de esas obras fueron los textos que para bien o para mal orientaron la educación básica en nuestros países. Desde México hasta Argentina puede decirse que cada país latinoamericano ha tenido en algún momento de su existencia como nación uno o varios momentos de reflexión sobre esa problemática, con la consiguiente producción de tratados al respecto.

Tal literatura configura una protopsicología social, en la medida en que nociones tales como las de actitud, valores, creencias, imágenes, mentalidades y patrones sociales de conducta son tratadas en ellas en un nivel eminentemente psicosocial, ora histórico, ora filosófico, y lo psicológico es presenta como una derivación natural de la fundamentación desarrollada en esas obras. Al mismo tiempo, esa literatura muchas veces constituyó la expresión ideológica con la que se pretendió explicar el desarrollo frustrado de las naciones latinoamericanas, por comparación con modelos europeos y con el paradigma

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