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Stress Y Setressores


Enviado por   •  29 de Junio de 2014  •  4.340 Palabras (18 Páginas)  •  880 Visitas

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Stress y Stressores

Cuando escuchamos la palabra Stress lo más probable es que nos traiga ideas de algo desagradable y potencialmente nocivo, que sería lo mejor tratar de evitar. Muchísimas personas consideran el stress como una amenaza directa a su equilibrio físico, psicológico, su felicidad, y al éxito en el plano personal y profesional. Asociamos al stress con angustia, sobrecarga de tensiones y muchas otras cosas malas que puedan sucedernos.

Comentarios que las personas hacen sobre esta experiencia humana es:

a. El stress es preocupación por el dinero

b. El stress es vivir en un ambiente peligroso, ruídoso y/o insalubre.

c. El stress es enfermarse y ponerse viejo.

d. El stress es tener demasiado trabajo.

Cotidianamente hablamos del stress como la “enfermedad de nuestro tiempo”, las consecuencias del avance industrial y tecnológico. Técnicamente el concepto de stress es un término usado mayormente en el campo de la física para significar tensión/tirantez/presión o fuerza sobre un sistema. Cuando se usa en relación a las células de un organismo, este término describe los efectos de las reacciones del organismo, es decir, el aumento de presión y/o la tensión que experimentan los músculos del cuerpo.

También, la palabra stress se usa para significar una excitación predecible de los sistemas psicofisiológicos, que si es prolongada puede fatigar o dañar el sistema hasta el punto de una mal función o la enfermedad. Hay al presente numerosos estudios que demuestran que el stress puede ser un elemento importante presente en las causas de diferentes enfermedades físicas, lo cual les añade un claro componente psicológico o emocional.

Una definición muy práctica del stress es que este es cualquier estímulo o circunstancia real y/o imaginaria, que requiere que la persona haga algo diferente en su forma de actuar o pensar en dicha circunstancia o por un tiempo prolongado.

Diferencia entre stress y stressores

Aclarando aún más lo que es el stress, entonces, contrario a la creencia común, el stress no son las diversas experiencias o circunstancias de la vida diaria a las cuales estamos expuestos, el stress no son las presiones de la vida diaria, el divorcio, el trabajo con estudiantes difíciles, las tareas escolares, los planes que salen mal, los embotellamientos de autos, etc.

Todos estos son stressores. Nuestra respuesta a esas situaciones, nuevamente, en términos de los recursos que tenemos para enfrentarlas, nuestras interpretaciones y nuestra autoeficacia; es lo que se constituye en stress. Esta distinción es importante. Los estresores son una multitud de ocurrencias de circunstancias diarias que reclaman y requieren nuestra adaptación. El stress es nuestra respuesta en la forma en que intentamos resolver y ajustarnos a la situación. Es decir, que por lo general los estresores nos afectan y nos sobrecargan de tensión porque exigen que nos ajustemos al responder a ellos; y si nuestros recursos son inadecuados, nuestras interpretaciones de la situación es inadecuada y nuestra autoconfianza es inadecuada, mayor stress y por más tiempo es lo que vamos a experimentar.

Manifestaciones del stress

Tensión es la primera respuesta de nuestro organismo frente al stress. La tensión es el resultado de la diferencia que hay entre la manera en que interpretamos una situación y el nivel de comodidad que sentimos respecto de nuestros recursos para enfrentar la situación. Claramente, entre menos comodidad, mayor tensión experimentaremos. Por consiguiente, la tensión que procede de una situación está basada mayormente en la manera en que interpretamos la situación. La tensión no es ansiedad (aunque puede acompañar a la tensión). La ansiedad es una emoción cercana al miedo y produce efectos similares a la tensión. La tensión tampoco es únicamente contracción muscular, aunque la tensión puede causarla. Por último, la tensión no es solamente algo malo. Un nivel moderado de tensión es saludable y motivacional.

Enfermedades psicosomáticas

La relación de la mente sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las enfermedades físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo o preocupación, muchos problemas psicológicos provocan síntomas físicos.

Las enfermedades psicosomáticas son muy frecuentes; casi un 12% de la población sufre estas molestias y se considera que una cuarta parte de las personas que acuden médico de atención primaria presentan este tipo de enfermedades.

Pero ¿qué son las enfermedades psicosomáticas? En términos generales se entiende que una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo ello causa a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.

Debido a la falta de tiempo en las consultas y al difícil diagnóstico de las enfermedades somáticas, la Medicina tradicional tiende a centrarse casi exclusivamente en los síntomas físicos de la enfermedad, olvidando la verdadera causa del problema o aquello que lo puede estar manteniendo. Es corriente encontrar personas que se quejan de haber recorrido varios médicos sin que les encuentran nada; sin embargo, continúan sintiéndose mal y presentando algunos de los síntomas antes comentados. En muchas de estas ocasiones estamos ante problemas psicosomáticos.

A menudo los médicos tratan con fármacos a estos pacientes administrándoles ansiolíticos, pero al cabo de un tiempo éstos vuelven con el mismo problema sin resolver o con otros síntomas diferentes. Así pues, al final el médico deriva a este tipo de pacientes al psicólogo alegando que todo es una cuestión de “nervios”. Sin embargo, desde el punto de vista del paciente, el no encontrar una causa física, le hace pensar que puede tener una enfermedad psicológica y consecuentemente teme por su salud mental. De éste modo, las personas que padecen estas dolencias no entienden muy bien qué les pasa y se muestran reticentes a acudir a un psicólogo porque no comprenden cómo éste profesional les puede ayudar. Tal vez, por este motivo, cada vez hay más gente que busca una primera respuesta en

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