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TERAPIA RACIONAL EMOTIVA-CONDUCTUAL (RET) Y DESORDENES EMOCIONALES FRECUENTES ENTRE LAS MUJERES


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  6.097 Palabras (25 Páginas)  •  498 Visitas

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TERAPIA RACIONAL EMOTIVA-CONDUCTUAL (RET) Y DESORDENES EMOCIONALES FRECUENTES ENTRE LAS MUJERES

1.Depresión y Baja Confianza

Las mujeres tienen dos veces más desórdenes depresivos que los hombres (Weissman y Klerman, 1977), Seligman (!979) señala que la proporción entre depresión masculina y femenina puede ser tan alta como de 1 a 10. Se incrementan los números de investigadores que han encontrado que la depresión está asociada con el estrés que las mujeres experimentan de bajo estatus social, discriminación legal y económica, e indefensión aprendida (Guttentag y Salasin, 1976; Hare-Mustin, 1983).

Las estadísticas NIMH (Organización Nacional de Salud Mental) (Radloff, 1975) indican que la depresión es más alta entre las mujeres casadas (Franks, 1982). En un intento para evaluar las altas tasas de depresión, los investigadores se han centrado en el rol de las mujeres casadas. Las amas de casa hacen un trabajo considerablemente duro pero raramente se les reconoce o recompensa por su trabajo. Cuando las amas de casa también trabajan fuera de ella, todavía obtienen menos refuerzos en cada área.

Aunque el proceso cognitivo es el mismo tanto para las mujeres como para los hombres deprimidos, la sociedad tiende en especial a reforzar los mensajes negativos que las mujeres se dicen a sí mismos. Entender la ecología de la depresión en términos de roles sexuales es importante al tratar la depresión (Franks, 1982). Con su entrenamiento de ser sumisas, dependientes y pasivas, las mujeres pueden encontrar que tienen menos control sobre su ambiente, de tal modo que la percepción de la relación entre sus esfuerzos y cualquier resultado significativo en sus vidas podría desembocar en aprender sentimientos de indefensión (Seligman, 1975). Al creerse ellas mismas indefensas, fracasan en el intento de las cosas que podrían ayudarlas a lograr algún éxito y dominio sobre su ambiente. Entonces se mandan todavía más mensajes acerca de su indefensión e inutilidad, de este modo se perpetúa el círculo vicioso (Ellis, 1962, 1974). Estos temas tempranos de indefensión consiguen expresar más y más creencias de las clientes de que son estúpidas, inútiles, inadecuadas, e incompetentes, y en su habilidad limitada de centrarse en lo que pueden hacer debido a su sobrefocalización en lo que no pueden hacer.

La meta del terapeuta racional-emotivo es ayudar a una mujer a escoger las cogniciones de desesperanza/indefensión y la consecuencia de auto-condena para debatirlas vigorosamente, aunque en un mundo donde ella tiene de hecho un bajo estatus y donde las personas que logran más que ella refuerzan vigorosamente la .... de su indefensión .... . Es por lo tanto, especialmente .... que las raíces sociales de las prescripciones de los roles de las mujeres sean descubiertos y analizados. Al ayudar a una madre depresiva de familia monoparental a debatir sus ideas de que « soy una madre despreciable» y « soy una persona rechazada porque no tengo un marido» , el terapeuta le ayuda a desafiar no sólo su propia visión, sino la de la sociedad.

El entrenamiento en el dominio ambiental llega a ser un importante accesorio para la RET al trabajar con las mujeres depresivas. El terapeuta puede informar a la cliente de los recursos de la comunidad y de otros lugares, incluyendo formación vocacional, organizaciones de negocios de mujeres, ayuda financiera y centros de acogida de día (Grieger, 1982).

2.Fobias

La investigación teórica reciente y los escritos clínicos han caracterizado las fobias clínicas como desórdenes fundamentalmente femeninos (Brehony, 1983; Fdor, 1974). A pesar de la preponderancia de las mujeres en la literatura de las fobias, ha habido pocos intentos de explorar las variables relevantes a esta diferencia sexual.

La ansiedad es un producto natural de las personas cuyo sentido del valor depende en gran medida de agradar a otros (Ellis, 1962, 1974, 1979). La agorafobia, generalmente la más incapacitante de las fobias, se caracteriza por el miedo y pánico extremo en situaciones abiertas que requieren una conducta independiente. Esto lleva generalmente a un estilo de vida dentro de los límites de la casa, sentimientos de indenfensión, y sentimientos de estar atrapado. La agorafobia es mucho más común entre las mujeres (Fodor, 1982); más de un millón de Americanas encuentran sus vidas restringidas por síndromes agorafóbicos (Agras, Sylvester y Oliveau, 1969). Como Fodor (1974) sugiere, las mujeres agorafóbicas son, a menudo, mujeres tradicionales y de rígidos estereotipos sexuales. Con pocas metas en sí mismas, esperan pasivamente que otros las cuiden o las dirijan. Frecuentemente se sigue el resentimiento, la depresión, la actividad restringida, no asertividad y baja auto-estima (Jasin, 1983). Estas conductas temerosas son después reforzadas por otros significativos en la vida de la mujer (por ejemplo, sus maridos) como consonante con su rol sexual (Goldstein y Chambles, 1980).

El miedo del mundo exterior tiene sentido cuando comprendemos que las mujeres han tenido sistemáticamente negada la entrada (y se han negado el acceso a sí mismas) a habilidades que les permitirían enfrentarse con situaciones adultas comunes; viajar solas, comprar un coche, solicitar un crédito, o presentarse a un trabajo (Heriot, 1983). Ellas carecen especialmente de habilidades de asertividad adecuadas, un déficit conductual que se correlaciona y está significativamente incluido en la agorafobia.

Otras fobias también tienden a reflejar al tendencia de las mujeres a verse a sí mismas como incapaces e impotentes. Su mitigación puede significar la eliminación de los bloqueos importantes para el crecimiento personal y el éxito educacional o vocacional. La ansiedad ante los exámenes, por ejemplo, más alta en las mujeres que en los hombres. Si se requiere la evaluación para entrar en una profesión, para cambiar de carrera, o subir a un nivel más alto en un trabajo, la ambición de una mujer puede estar minada por el miedo. La ansiedad a hablar en público ha sido también mostrada por ser más alta entre las mujeres (Moulton, 1977) y puede ser uno de los factores más importantes que limita el ascenso profesional de las mujeres.

Las mujeres también exceden a los hombres en las fobias sociales, las cuales les preserva de metas tales como encontrar nuevos hombres, mezclarse en negocios, y tener nuevas amigas. Su tarea llega a ser entonces más difícil que la de su oponente masculino. Además de los miedos generales de rechazo, las mujeres se enfrentan con el prejuicio social de que una mujer es anormal o « necesitada» si inicia un contacto social con un hombre. En términos de mezclarse en negocios, puede ser más

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