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TP Psicomotricidad -personal-


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2014  •  1.625 Palabras (7 Páginas)  •  274 Visitas

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1. El objeto Cuerpo que construí en la clase Nº3, tiene nombre propio y se llama "El cuerpo atraído por el suelo". Este cuerpo aparenta demostrar tristeza, desgano o aburrimiento, ya que está cruzada de piernas, con los brazos al costado, la espalda un poco inclinada hacia adelante y la vista hacia abajo. Pero la realidad es que, lejos de ser alguno de esos adjetivos, "El cuerpo atraído por el suelo" estaba muy a gusto con su posición. Se olvidó de las miradas ajenas, pensó solamente en seguir su instinto, a su necesidad de buscar la calma y permanecer en ella. Sentía sus brazos algo pesados, sus piernas por momentos le pedían estirarse y su espalda reclamaba también ser atraída por el piso. Por momentos sentía en él a los ojos de sus compañeros, que lo miraban convencidos de que no podría estar cómodo en esa posición, pero no le importaba, ya que era una conexión con él mismo, con su interior. Y lo que sé sobre este Cuerpo, es que le creo todas esas sensaciones, porque fueron las que yo sentí al estar en su lugar.

A pesar de haber sido al principio solamente una pelota de arcilla color marrón, que al tacto resultaba suave y maleable, era fácil percibir la incomodidad que existía entre la masa y yo, ya que nunca había hecho ninguna figura con ese material (Aunque vale aclarar que jugar con plastilina era algo habitual en mi infancia, pero jamás lo sentí con seriedad) y no me sentía confiada para hacer algo que realmente valga la pena o me salga bien. Fue un momento donde no sabía si abrir o no los ojos, si de verdad moldear arcilla era tan serio como lo describían los profesores o esperaban que así fuera. Me sentía insegura porque no sabía si todos mis compañeros estaban haciendo lo mismo, pero con el correr de los minutos y la paciencia que requería el concentrarme, entendí que era una experiencia personal y que cada uno de nosotros la estaba viviendo a su manera.

Comencé tocando esa especie de barro y la primera imagen que surgió en mi cabeza fue un episodio que tuve este año en el curso de Acompañante Terapéutico que hice, donde nos cubrieron los ojos a la mitad del grupo con pañuelos, y la otra mitad debía guiar a esta persona por el salón. Esa clase me pasó algo parecido, aunque sabía que tenía el control de la arcilla y podía ser modelada, no la conocía, y hasta incluso tenía miedo de que me saliera mal, como en el Curso que tenía miedo de chocarme con alguna pared. Luego de conocerla, aplastarla, verificar su maleabilidad y crear formas con ella, nos dijeron que teníamos que elaborar una postura con ella.

Lentamente abrí los ojos, siempre mirando a mí alrededor para confirmar que todos estemos haciendo lo mismo. Al principio dudé. No sabía si elegir la postura parada, o acostada. Entonces comenzaron a llover imágenes sobre las posturas que habíamos hecho en la clase: Sentada, acostada, en cuclillas, parada, acostada y dada vuelta, hecha un ovillo o con las manos queriendo tocar el cielo. Y elegí una en especial porque me caracterizaba con mi personalidad: Sentada. Me caracteriza ya que aparento ser aburrida, calculadora, pensante, misteriosa y fría, y en realidad al contrario. O por lo menos estoy a gusto así.

Comencé dándole forma en las piernas. Me imaginé a mí misma sentada, y cómo estarían mis piernas: Cruzadas. Y así lo hice. Elaboré una forma aplastada triangular, y a esto le agregué los detalles como la forma de los pies, las rodillas. Luego con otro pedazo de masa formé un cilindro para que simulara ser el torso, este lo hice inclinado hacia delante con los hombros caídos, ya que esa es la postura en la que me encontraba. Aquí me surgió una idea, y era hacerle la forma de los pechos, y pensé en hacer a la figura desnuda, porque me había dado cuenta que al fin y al cabo me gustaba moldear y ensuciarme. Entre medio de diversos pensamientos y ese debate interno que se me generó, decidí hacer a la figura vestida. Además de que me daba vergüenza luego tener que mostrarlo, también recapacité sobre que yo en la clase estaba vestida, y si esa iba a ser yo, tenía que hacerme tal cual. Así que seguí moldeando, cubriendo las grietas con agua para perfeccionarlo.

Cuando creí que lo había terminado, empecé a ver que había hecho un cuerpo sin muchos detalles. Tenía la necesidad de hacerle con un lápiz los ojos, una pequeña nariz, los dedos de las manos, la capucha del buzo, las uñas de las manos, el pelo alrededor de la cara; pero claramente era imposible. También me di cuenta de que me había hecho al principio de un tamaño muy grande, o por lo menos eso sentí cuando lo vi comparado con el de mis compañeros. Ahí sentí que eso me pasa muy seguido en clase, en mi casa, con mis amigos o familiares, yo misma me siento el doble de

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