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Teorias Grupales

fanichurris4 de Enero de 2012

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UNIVERSIDAD POPULAR DE LA CHONTALPA

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

ASIGNATURA

“TEORIAS GRUPALES”

TEMA

“FREUD Y LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS”

CATEDRÁTICO

L.E.E. RUBICEL HERNANDEZ CASTILLO.

ALUMNOS

NANCY JASMIN GARCIA LUCIO

STEFANI LEÓN AVALOS

CONCEPCIÓN SANTIAGO HERNANDEZ

JAVIER ALVAREZ ZURITA

IRMA FABIOLA MENDEZ MAGAÑA

ARIANA ISELA TRINIDAD TORRES

ADELA YADIRA GALLEGOS REYES

4TO. SEMESTRE

GRUP O “A”

INTRODUCCIÓN

Psicología de las masas y análisis del yo establece como una de sus ideas centrales que no es posible concebir al ser humano sin relacionarse con sus semejantes ni se puede prescindir de la individualidad de cada persona en una masa. Sin embargo, es necesario analizar estas dos formas de existencia humana de forma separada y bajo perspectivas metodológicas diferentes. Para poder satisfacer dicha necesidad se divide a la psicología en psicología individual y psicología social o colectiva.

Se han realizado extensos trabajos que intentan señalar las causas y las características más importantes de la colectividad. Freud dedica un gran número de líneas a sentar un precedente de trabajos realizados sobre el tema, menciona ampliamente el trabajo realizado por Gustavo Le Bon en su libro “Psicología de las multitudes”. Hace mención también del trabajo realizado por Mc. Dougall en el libro “The Group Mind”.

SIGMUND FREUD

Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en una pequeña localidad de Moravia llamada Freiberg. Su padre fue un comerciante de lana con una mente muy aguda y un buen sentido del humor. Su madre era una mujer activa, vivaz, segunda esposa del padre de Sigmund y 20 años menor que su marido. Tenía 21 años cuando tuvo a su primer hijo, su apreciado Sigmund. Este tuvo dos medio-hermanos y otros seis hermanos. Cuando tenía 4 o 5 años (él no recuerda bien), su familia se trasladó a Viena, donde viviría casi toda su vida.

Freud, un niño brillante, siempre a la cabeza de su clase, ingresó en la escuela de medicina; una de las pocas opciones para un joven judío en Viena en esos días. Allí, se embarcó en la investigación bajo la dirección de un profesor de fisiología llamado Ernst Brücke. El maestro creía en nociones comunes o, si se quiere, radicales de aquella época y que hoy conoceríamos como reduccionismo: “no existen otras fuerzas que las comunes físico-químicas para explicar el funcionamiento del organismo”. Freud pasó muchos años intentando “reducir” la personalidad a la neurología, causa que más tarde abandonaría.

Freud era muy bueno en el campo de sus investigaciones, concentrándose sobre todo en neurofisiología e incluso llegó a crear una técnica especial de tinción celular. Pero, solo existía un número limitado de puestos y había otros por encima de él. Brücke le ayudó a conseguir una beca de estudios, primero con el gran psiquiatra Charcot en París y posteriormente en Nancy con el que más tarde sería su rival: Bernheim. Ambos científicos estaban investigando el uso de la hipnosis en los pacientes histéricos.

Después de pasar un breve período de tiempo como residente de neurología y como director de una guardería infantil en Berlín, Freud se volvió a Viena y se casó con su prometida de años Martha Bernays. Allí abrió su consulta de neuropsiquiatría, con la ayuda de Joseph Breuer.

Las lecturas y obras de Freud le proporcionaron tanto fama como ostracismo dentro de la comunidad médica. Se rodeó de un buen número de seguidores que más tarde se convertirían en el núcleo del movimiento psicoanalítico.

Desafortunadamente, Freud tenía una gran propensión a rechazar a aquellos que no estaban de acuerdo con sus teorías; algunos se separaron de él de manera amistosa, otros no, estableciendo entonces escuelas de pensamiento competidoras.

Freud emigró a Inglaterra justo antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Viena ya no era un sitio seguro para un judío y más aún de la talla del famoso Freud. Poco más tarde murió de un cáncer maxilobucal del que había sufrido desde hacía 20 años.

PSICOLOGIA DE LAS MASAS

La psicología de las masas se refiere al individuo que forma parte de un pueblo de una masa por un determinado tiempo y con un determinado fin; y que está influido por un gran número de personas a las que está ligado por algo aunque también pueden serle ajenas por otros aspectos.

La masa tiene por características que es impulsiva, voluble y excitable. Para Freud la masa es guiada casi con exclusividad por el inconsciente. Conjuntamente abriga un sentimiento de omnipotencia haciendo desaparecer lo imposible por lo que desconoce la certeza y la duda. Como mencione, la masa carece de moralidad puesto que al reunirse todos los individuos desaparecen todas las inhibiciones y son llamados a una “libre satisfacción pulsional”. Todos los instintos crueles, brutales y destructivos están a flor de piel y no es posible controlarlos.

Freud asume qué en la masa, el individuo es influenciado en su conducta por los otros al menos en dos direcciones, una hacia el aumento de la afectividad y la otra hacia la disminución del rendimiento intelectual.

Freud comprende los fenómenos de masa desmarcándose del paradigma clásico

Que ve en la masa solo una pérdida de la individualidad, a partir del

Desplazamiento de las nociones de sugestión, empatía e instinto precario por los de libido e identificación.

Freud se apoya en dos ideas:

La primera es donde la masa tiene que estar en alguna cohesión por algún líder o poder.

La segunda es cuándo el individuo renuncia a lo personal y se deja sugestionar por los otros, experimentando la necesidad de hallarse de acuerdo y profesar la misma idea. <<Amor a los demás>>

Psicología Individual. Se concreta, ciertamente, al hombre aislado e investiga los caminos por los que el mismo intenta alcanzar la satisfacción de sus instintos

Psicología social o colectiva. Considera al individuo como miembro de una tribu, de un pueblo, de una casa, de una clase social o de una institución, o como elemento de una multitud humana que en un momento dado, se organiza en una masa o colectividad.

ANALIZA POR QUE LAS SOCIEDADES SE MANTIENEN UNIDAS RECURRIENDO A LOS ASPECTOS DEL

La gente permanece unida por lazos de amor inhibidos en su fin de sexualidad o subliminado y por qué han elegido el mismo líder como ideal del yo, se identificaron con él y por lo tanto se identificaron entre sí.

DOS MASAS ARTIFICIALES

LA IGLESIA Y EL EJÉRCITO

Por lo que respecta a la morfología de las masas, recordaremos que podemos distinguir muy diversas variedades, y direcciones muy divergentes e incluso opuestas en su formación y constitución. Existen, en efecto, multitudes efímeras y otras muy duraderas; homogéneas, esto es, compuestas de individuos semejantes, y no homogéneas; naturales y artificiales o necesitadas de unas coerciones exteriores; primitivas y diferenciadas, con un alto grado de organización. Mas por razones que luego irán apareciendo, insistiremos aquí particularmente en una diferenciación a la que los autores no han concedido aún atención suficiente. Me refiero a la de aquellas masas que carecen de directores y las que, por el contrario, los poseen. Y en completa oposición con la general costumbre adoptada, no elegiremos como punto de partida de nuestras investigaciones una formación colectiva y relativamente simple, sino masas artificiales, duraderas y altamente organizadas.

La Iglesia y el Ejército son masas artificiales, esto es, masas sobre las que actúa una coerción exterior encaminada a preservarlas de la disolución y a evitar modificaciones de su estructura. En general, no depende de la voluntad del individuo entrar o no a formar parte de ellas, y una vez dentro, la separación se halla sujeta a determinadas condiciones cuyo incumplimiento es rigurosamente castigado. La cuestión de saber por qué estas asociaciones precisan de semejantes garantías no nos interesa por el momento, y sí, en cambio, la circunstancia de que estas multitudes, altamente organizadas y protegidas en la forma indicada, contra la disgregación, nos revelan determinadas particularidades que en otras se mantienen ocultas o disimuladas.

En la Iglesia -y habrá de sernos muy ventajoso tomar como nuestra la Iglesia católica- y en el Ejército, reina, cualesquiera que sean sus diferencias en otros aspectos, una misma ilusión: la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe (Cristo, en la iglesia católica, y el general en jefe en el Ejército), que ama con igual amor a todos los miembros de la colectividad. De esta ilusión depende todo, y su desvanecimiento traería consigo la disgregación de la Iglesia o del Ejército, en la medida en que la coerción exterior lo permitiese. El igual amor de Cristo por sus fieles todos, aparece claramente expresado en las palabras: «De cierto os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis». Para cada uno de los individuos

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