Terapia para la frustración y el trastorno adaptativo debido a la crisis económica actual

Terapia para la frustración y el trastorno adaptativo debido a la crisis económica actual

Una crisis económica es una fase depresiva repentina y brusca de la actividad económica y de sus perspectivas. Es la causante de un periodo de relentimiento económico e incluso de una recesión económica.

Conlleva a menudo una caída de los precios bursátiles y, además, puede tener repercusiones sobre el nivel de los sueldos, debido a los recortes, provocar quiebras e incrementar las tensiones sociales.

Al perder el estatus económico las personas pueden sufrir un trastorno adaptativo o una frustración. Para hacer frente a las adversidades es indispensable desarrollar actitudes y perspectivas constructivas.

Un trastorno adaptativo se da por una reacción de desajuste a una o más situaciones psicosociales estresantes vividas por la persona. Aparecen unos síntomas emocionales y de comportamiento durante los tres meses siguientes al inicio del suceso, que generan un malestar superior al esperado por el mismo. Este malestar comporta un grave deterioro en áreas del individuo como la laboral o la social.

La frustración es un estado emocional que surge cuando no se obtiene o no se cumple un objetivo esperado, por lo cual resulta insatisfecho. Cuando mayor, o más necesitado es el objetivo no obtenido, mayor y más grande puede llegar a ser la frustración. Esta puede estar relacionada con la ira, la rabia, el miedo, la decepción, la depresión, entre otros.

La frustración que se puede padecer a causa de la crisis actual seria causada por una situación externa al individuo, pero depende de cómo se trate y como afecte puede llegar a ser en consecuencia un conflicto interno de la persona y sus necesidades.

Los pacientes que sienten frustración o el trastorno adaptativo muchas veces pueden sentir rabia y asociarla con el miedo, ya que no saben cómo afrontar y solucionar su problema.

En estos casos primero se tendrá que trabajar la rabia del momento, potenciando una elaboración cognitiva del paciente, para después trabajar el miedo existencial, que para ello es imprescindible una buena relación terapéutica, haciendo resistir sus provocaciones y alentarles a que confíen en ellos y que podrán conseguir sus objetivos o cambiarlos, les ayudará a ir resolviendo poco a poco su baja tolerancia a la frustración.

Es necesario hacer un cambio en los esquemas distorsionados del paciente, ya que lo que está ocurriendo es lo siguiente: Hechos externos (efectos de la crisis) -> pensamientos negativos (no voy a poder superarlo) -> efectos emocionales (frustración / trastorno adaptativo).

Con esto estaremos realizando, por tanto, un replanteamiento a nivel emocional, cognitivo y conductual.

Es importante que durante el proceso terapéutico el paciente obtenga fuerza emocional, para conseguir una buena estabilidad emocional, con esto no quiere decir que no sienta emociones negativas, sino que no sienta emociones negativas exageradas. La estabilidad emocional es una característica de nuestra personalidad, depende del equilibrio de nuestros sentimientos y se trata de una circunstancia muy personal que es producto de nuestro equilibrio interior y de lo que consideremos positivo o negativo en nuestra cotidianidad.

Hay distintas formas de afrontar la situación desde la psicoterapia:

• Centrándose en el problema: Se trata de intentar resolver el problema. Buscar, elegir y poner en práctica soluciones. Los pacientes que reciben este tipo de terapia experimentan menos miedo durante y después de las situaciones estresantes. Sería válida para pacientes que tienen mucha presión en el trabajo o que les han bajado de categoría profesional.

• Centrándose en las emociones: En según qué situación, si el problema es irreparable, como perder el trabajo, sería el único modo disponible de terapia. Puede hacerse desde estrategias conductuales, que pueden consistir

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