Violencia Intrafamiliar

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1.1 Contextualización y Delimitación del problema

La sociedad no puede permanecer indiferente ante la violencia familiar que en los últimos tiempos se ha desencadenado con mayor fuerza. Un aspecto característico de esta situación son los malos tratos físicos y psíquicos que son denunciados a diario ante las autoridades policiales o que aparecen reseñados en los medios masivos de comunicación social.

Una evidencia de lo que se afirma en el párrafo anterior es que entre los datos que fueron presentados por la Comisión Bicameral para los Derechos de la Mujer, con el fin de que el Congreso aprobara la Ley contra la Violencia Doméstica, la Policía Técnica Judicial (hoy Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, CICPC) afirmó que en el último año (1999) se recibieron a nivel nacional 7.836 denuncias por diferentes delitos relacionados con alguna forma de violencia sexual, y se estima que esto representa apenas un 10% de lo que ocurre realmente en el país. Por otra parte, entre 1992 y 1997, al menos unas 591 mujeres fueron víctimas de homicidio, de ese total, 72% tenían edades entre 21 y 30 años, 8% de los homicidios fue por causas pasionales, 14% por riñas, 28% robo con violación y muerte, 11% por golpes.

Lo peculiar, en los datos relativos a la violencia en la pareja, de acuerdo a lo señalada por Serrat (2000), es que se observa que si bien es cierto que el binomio víctima-agresor puede ser ocupado por cualquier sexo en su doble posición, la realidad demuestra que se dan con mayor frecuencia los malos tratos en la mujer que en el varón, en una proporción 10/1 en mayores de 21 años.

Frente a esta dramática situación se esperaba que con este nuevo instrumento jurídico, tanto los Ministerios responsables como Prefecturas, Jefaturas Civiles y Municipios asumirían la atención de esta problemática con el carácter de responsabilidad que debe tener el Estado para con las ciudadanas.

Quizás, no sea que hoy hay más violencia, sino que, con el correr del tiempo las personas maltratadas han ido tomando conciencia y valor para denunciar dichos maltratos, y estas denuncias son informadas a través de los medios de comunicación social y la sociedad está en conocimiento de lo que sucede.

Estos casos no son simplemente cifras de hechos, de "sucesos sociales" se trata de seres humanos, que han llegado a situaciones tormentosas y desesperantes de vida y muerte, estos actos son claros indicadores del tipo de sociedad que se construye y que está legitimada por los individuos que la conforman, por supuesto, que no se trata de evadir la responsabilidad, circunstancial o patológica, que haya en la mayor parte de los casos, la cuestión es hasta donde esa "culpabilidad" es también provocada por las condiciones de vida.

En todo caso, haciendo referencia a la legislación de Venezuela, como bien lo afirma Magally (2001), aunque en el plano jurídico este país es una de las naciones de América Latina que cuenta con las mejores leyes sobre violencia hacia la mujer, este fenómeno se enmarca en un panorama difícil en aquella nación, caracterizado por una profunda crisis política, social y económica.

Para reafirmar lo que indica la misma autora Magally (2001) agrega que las últimas estadísticas señalan que la población venezolana cuenta con 24.2 millones de habitantes (de acuerdo al Censo 2001), de esa cantidad, 12 millones son mujeres, en la que casi la mitad de ellas se encuentran entre los 15 y 44 años y más de la tercera parte, entre 15 y 34 años, periodo en la que la población femenina sufre mayor violencia.

En torno a este fenómeno la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica hacia la Mujer (Fundamujer, 1995), en 1992 inició el estudio epidemiológico de ese fenómeno. De acuerdo con los resultados de estas investigaciones, el 26.33 por ciento de las mujeres víctimas de violencia son casadas y más del 50 por ciento, solteras. Por otro lado, las cifras de la Comisión Bicameral del Congreso de la República revelaron que en 1995 ocurrieron más de 75 mil casos de violencia sexual en Venezuela.

Todas las circunstancias descritas condujeron a la promulgación de un conjunto de leyes, algunas decretadas durante los años finales de la década de los 90 del pasado siglo XX y otras decretadas durante los primeros años del presente siglo XXI, con el propósito de ponerle coto a la violencia de género y en particular a los malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar.

Pasados ya algunos años de este proceso de emisión de leyes y de su vigencia se hace necesario revisar cuales son los aspectos que tipifican las leyes nacionales respecto a esta situación, en el contexto del Derecho Penal Venezolano.

1.2 Interrogantes de la Investigación

Derivadas del planteamiento anterior surgen las siguientes interrogantes:

¿Cuáles son los factores incidentes de los malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar?

¿Qué aplicaciones considera la justicia penal venezolana para reducir la violencia contra la mujer y la familia en el ámbito familiar?

¿Qué barreras enfrentan las leyes alusivas a los malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar en el Derecho penal venezolano para su plena aplicación?

1.3 Objetivos de la Investigación

1.3.1 Objetivo General

Analizar la tipificación del delito de malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar en el Derecho Penal Venezolano.

1.3.2 Objetivos Específicos

Identificar los factores incidentes de los malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar.

Determinar las aplicaciones que considera la justicia penal venezolana para reducir la violencia contra la mujer y la familia en el ámbito familiar.

Describir las barreras que enfrentan las leyes alusivas a los malos tratos físicos y psíquicos, en el ámbito familiar en el Derecho penal venezolano, para su plena aplicación.

1.4 Justificación

La realización de la presente investigación se justifica, en primer lugar, porque existe una situación objetiva de malos tratos físicos y psíquicos en el ámbito familiar venezolano que parece haber aumentado, de acuerdo con lo que señalan las autoridades del CICPC (2005) en sus

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