Vivencias durante la cuarentena. Análisis de entrevista
JisuscEnsayo8 de Agosto de 2021
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Vivencias durante la cuarentena.
Análisis de entrevista.
La entrevista sobre la que trabajaré aborda la situación particular de una mamá y su hijo bajo el contexto actual que es la pandemia, y la posterior cuarentena derivada de esto. Legendre (2008) expone que el ser humano siempre ha hecho en falta una razón para vivir, la cual ha aprendido de los emblemas, las imágenes y los espejos[1] y estos a su vez, evocan lo inasequible, y el hombre se pregunta por lo inasequible. Estando en contacto con esto que es inasequible, el ser humano usa “El catalejo” y descubre lo que hay detrás de los emblemas, las imágenes, los espejos: un vacío, el precipicio, el Abismo de la existencia humana. Lo que debemos habitar es ese Abismo. La razón para vivir empieza ahí.
Al apropiarse de lo desconocido, de ese “Abismo”, de habitarlo y darle un lugar, es nombrado, a través de la cultura[2], dando así una distinción a aquello de lo que ahí se encuentra, de si mismo y de los otros, encontrando en el mismo la razón de vivir. Esto, creo yo puede encontrarse en lo que Adriana menciona al principio de la entrevista, que debido a esta situación de emergencia sanitaria que vivimos [3], en la que se apropia de la situación o “el abismo” mediante los Otros (Legendre, 2008): “Yo en realidad a lo que me dedico, lo que estudié y de lo que he vivido los últimos 35 años de mi vida ha sido el diseño gráfico, la publicidad y la impresión, a eso me dedico. Pero con el COVID, todos mis clientes dejaron de mandarme trabajo. En algún momento alguien me mostró una gorra con careta y me dijo ’¿ya viste esto?’. Como el tema de las ventas es algo que siempre me ha apasionado, pensé que está buenísimo y yo siendo impresor lo puedo armar; entonces las empecé a hacer” (Ximena, 2021).
Añadiendo a lo anterior encontramos también un poco del goce freudiano[4] (Zapata, 2013) dentro de lo acontecido en este relato, puesto que no solo es la pérdida del trabajo (como diseñadora gráfica), además del “duelo” que afronta por perder clientes de dicha profesión, sino que encuentra una manera de acercase a su hijo, además de un bienestar para el mismo (Zapata, 2013): “Claudio mi hijo, fue de los que se quedó sin escuela. Él tiene síndrome de Down y autismo (...) Al estar los dos solos en la casa dije, pues que me ayude (...) Yo estoy muy contenta porque Claudio se siente útil, porque está contento (…) También le hice una imagen gráfica. Claudio llega y se ve en el logo, y dice ‘Yayo, yayo’, y yo le respondo, sí mi amor, esta es tu empresa, y esto es para ti y siempre va a ser para ti; y vas a ver cómo vamos a crecer” (Ximena, 2021).
Esto también podría verse, por un lado, con lo que Freud (Alcaide, 2010) llamaba castración (como ya mencionamos anteriormente) una perdida, en este caso su trabajo y los clientes de este, lo que lleva posteriormente a esta el duelo que vive, esto según Freud (Alcaide, 2010) ya que Ximena encuentra una ocupación nueva[5] aceptando así la “perdida” (temporal) de su trabajo y la de sus clientes, y por otra parte, el goce se hace presente según lo que (Zapata, 2013) nos da entender como el desear con ansia eso[6] o amar en exceso[7], lo que para este caso me interesa esto último, amar en exceso, Según este mismo autor, expresa que el Otro es capaz de modificar el cuerpo del sujeto, y puede verse algo de esto en cuanto a que por la responsabilidad que supone su hijo, Ximena tiene que cambiar su trabajo, haciendo algo completamente diferente, y no solo eso, sino que en relación con esto y con su hijo, al estar trabajando en el armado de las gorras con caretas y que su hijo esté contribuyendo, ella se “transforma” de alguna manera y hace lo posible para proteger a ese Otro que supone su hijo: “como mamá de una persona especial, de una persona con discapacidad, sobre todo con discapacidad intelectual, uno de los principales miedos es morirte primero. Entonces pensé que, si hago la tiendita, está padre porque puede crecer (…) Él está participando y está bien contento, se despierta y me dice ‘vamos a trabajar’ (…) Claudio llega y se ve en el logo, y dice “Yayo, yayo”, y yo le respondo, sí mi amor, esta es tu empresa, y esto es para ti y siempre va a ser para ti; y vas a ver cómo vamos a crecer” (Ximena, 2021).
Otro punto que aparece constantemente es el de la condición de Claudio, su hijo, y como es que Ximena va más allá de si como sujeto, como individuo, separándose de sí misma, como Legendre (2008) expone cuando habla del mundo[8] y como está genealógicamente organizado y que esta genealogía es un saber de conversación de especie, un saber que permite al hombre habitar el Abismo, constituyéndose como parte de un grupo, tal vez no tanto de una “especie” en sí, sino de un “grupo”, específicamente al que pertenece su hijo: “Todas las personas con algún tipo de discapacidad se las regalamos porque es un tema de Claudio, porque están en el mismo barco, estamos en el mismo barco” (Ximena, 2021), aquí el lenguaje transforma su realidad como sujeto, enajenándolo y volviéndolo parte de ese grupo, tal vez por ese sentido de pertenencia y responsabilidad sobre Claudio. No estrictamente en el sentido en el que el lenguaje nos separa de las cosas, separa al hombre de su semejante y de si mismo[9], sino mas bien de la conjunción e incluso la apropiación de ciertos estatutos, podría decir incluso de un “sentimiento impuesto”[10], una sumisión de la voluntad al servicio de una causa o de un ser que se ha convertido en la meta y guía de los sentimientos y las acciones que son guiadas en favor del grupo (Le Bon, 2005) y que incluso pueda esto entenderse como una manera o suerte de satisfacción sustitutiva que reduzcan el “sufrimiento” acontecido por la emergencia sanitaria (Freud, 1976).
Referencias
Aalcaide, I. (2010). Duelo y Melancolía, Complemento del Narcisismo. RevistadePsicología GEPU, 1(1), 25-31.
Freud, S. (1976). Psicología de las masas y análisis del Yo. En Obras Completas, T XVIII. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Le Bon, G. (2005). Psicología de las masas. Madrid: Morata.
Legendre, P. (2008). La fabrica del hombre occidental. Seguido de El hombre homicida. Buenos Aires: Amorrortu.
Ximena. (15 de Abril de 2021). Entrevista a Ximena. (J. Guzmán, Entrevistador)
Zapata, J. (2013). El goce: eso que hay que saber. Errancia Litorales, 1 -5. Obtenido de http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v7/litorales_7.html
Anexo 1
Entrevista a Ximena
Ximena, 49 años y Esteban, 21 años
Yo en realidad a lo que me dedico, lo que estudié y de lo que he vivido los últimos 35 años de mi vida ha sido el diseño gráfico, la publicidad y la impresión, a eso me dedico. Pero con el COVID, todos mis clientes dejaron de mandarme trabajo. En algún momento alguien me mostró una gorra con careta y me dijo “¿ya viste esto?”. Como el tema de las ventas es algo que siempre me ha apasionado, pensé que está buenísimo y yo siendo impresor lo puedo armar; entonces las empecé a hacer. Claudio mi hijo, fue de los que se quedó sin escuela. Él tiene síndrome de Down y autismo. Le daban clases en línea, pero la verdad es que no eran suficientes, y lo veía que estaba desesperado. Al estar los dos solos en la casa dije, pues que me ayude. Compré todo lo necesario y le enseñé a colocar los broches, entonces en lo que yo hacía una cosa, él me ayudaba con otra. Los dos íbamos a entregar las caretas, pero pensé, ¿quién se va a enterar que las hacemos? Yo necesitaba vender más porque el dinero que tenía ahorrado me lo estaba acabando, entre inversión del material y los gastos normales. Entonces hice un imán para pegarlo en el coche y la gente me empezó a llamar para las gorras y caretas. Cuando íbamos a entregar lo que se vendía, me di cuenta que la gente más vulnerable las necesitaba también. Por eso dije, por cada tres que vendamos, yo voy a regalar una. Y la realidad es que, al principio, regalábamos más de lo que vendíamos, pero pues, nos daba gusto y la gente comenzó a reaccionar muy bonito cuando se las dabamos. Después, yo creo que los fabricantes de las gorras se dieron cuenta que era un buen negocio y las empezaron a fabricar, pero a precios increíblemente bajos contra los que no había manera de competir. La ventaja que teníamos Claudio y yo es que él me empezaba a decir que, si Woody y no sé qué, y en su bajo lenguaje, porque la realidad es que Claudio tiene bajo lenguaje, pero como mamá, yo digo que él habla cetáceo y que yo soy una excelente traductora de cetáceo. Entonces se nos ocurrió hacer una más mona, o un modelo que es gorra y visera, que ese nadie lo tenía. Sacamos una versión súper económica y a los niños, les trazaba el personaje que ellos quisieran, lo imprimíamos y se lo pegábamos en la careta. Luego Claudio me decía de los personajes que le gustaban y empezamos a hacerlo. Claudio embolsa o a veces también me ayuda a poner los broches y las etiquetas. Le hice un logotipo y también estoy por abrir su página de Facebook, yo creo que ya no le voy a llamar “Las caretas de Claudio” sino “La Tiendita de Claudio” porque, como mamá de una persona especial, de una persona con discapacidad, sobre todo con discapacidad intelectual, uno de los principales miedos es morirte primero. Entonces pensé que, si hago la tiendita, está padre porque puede crecer. Esto fue una oportunidad que nos dio la vida. Siempre he creído que todo pasa por algo y para algo. Yo lo veo así, el COVID nos ha enseñado a ver lo que realmente es necesario en nuestra vida y lo que no es tan necesario. Él está participando y está bien contento, se despierta y me dice “vamos a trabajar”. Por las noches le digo, “como vas a querer que te pague hoy” y generalmente me dice que, con uvas, porque ama las uvas. Trabaja tres días a la semana y los jueves se va con su papá y regresa el domingo. Cuando acaba temprano, le pongo una alberquita y ya es como el patrón. Seguimos regalando caretas. Hemos regalado a hospitales también. Todas las personas con algún tipo de discapacidad se las regalamos porque es un tema de Claudio, porque están en el mismo barco, estamos en el mismo barco. A ellos siempre se las regalo y como las quieran. Muchas veces terminamos regalando más, pero, hoy en día puedo decir que los gastos están saliendo únicamente de esto y es una maravilla. También, como Claudio no puede comer gluten ni mucho carbohidrato, desarrollé un pan que casualmente funciona para las dietas keto, y ese también se está vendiendo súper bien y de eso estamos viviendo ahora. Yo estoy muy contenta porque Claudio se siente útil, porque está contento. Hoy nuestros productos, antes de embolsarlos, él los sanitiza con alcohol, cerramos la bolsa y entregamos con una etiqueta. También le hice una imagen gráfica. Claudio llega y se ve en el logo, y dice “Yayo, yayo”, y yo le respondo, sí mi amor, esta es tu empresa, y esto es para ti y siempre va a ser para ti; y vas a ver cómo vamos a crecer.
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