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Algo Que Puse Solo Para Poder Entrar A La Pagina


Enviado por   •  30 de Mayo de 2013  •  2.603 Palabras (11 Páginas)  •  398 Visitas

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puse fanfiction gasy e n google y fue lo primero que me salio haha eso les pasa por hacerme poner algo afuerza

Casi podía jurar que escuchaba su cadera golpear la de ese imbécil. Plop, plop. Un escalofrío recorrió su cuerpo antes de que lo pudiera evitar.

—Sí… Oh, sí… ¡Aaah, Dios! Mmmm…

¿Alguna vez podría traer a un sordomudo al piso? En serio, ¿sería mucho pedir?

"Oh, sí, oh. Qué bien lo haces, Malfoy. Eres el dios del sexo, Malfoy. Cásate conmigo mañana, Malfoy… La puta madre."

Paf, paf… ¿Alguna vez podría colocar la cabecera de su cama de modo que no hiciera tanto ruido?

Echó un vistazo hacia la puerta de la recámara de su amigo, mirándola con tanta furia que si la hoja de madera hubiese sido un ser consciente, se habría hecho pis encima. Harry palpó su varita escondida en sus pantalones, sabiendo que lo más sensato sería convocar un hechizo silenciador sobre la habitación.

Pero por alguna razón, no quería hacerlo. ¿Morbosa curiosidad? ¿Esperanza de escuchar que algo saliera mal? No lo sabía. Enfadado, intentó concentrarse en la televisión.

—… cuyo portavoz no ha querido dar a la prensa mayores datos acerca del secuestro de…

—¿Te gusta así? —preguntó la voz de Draco, la cual sonaba amortiguada a través de la puerta que los separaba. Pero que Harry sí alcanzó a percibir. Y tampoco pudo dejar de notar el dejo sensual y cargado de deseo con el que fueron dichas las palabras. Apretó los labios sin poder evitar una mueca de amargura.

—Oh, sí… por favor. Máaaaaaas… —gimió la otra voz en un tono mucho más alto, alargando con exageración la última palabra. Sonaba tan… suplicante-desesperado-excitado…

Harry empezó a sudar frío. Tomó el control remoto del televisor y subió el volumen aún más. No se dio cuenta de que las manos le estaban temblando.

—… los secuestradores palestinos se han justificado alegando que los franceses no portaban documento alguno y que…

Y como si Draco hubiera escuchado el sonido del noticiario nocturno y supiera las penurias que Harry estaba pasando (y Harry no dudaba que así era), aparentemente se aplicó aún más en su trabajo (como si eso pudiera ser posible, pensó Harry) y empezó a hacerle sólo Dios sabe qué cosas a su amante, el cual gimió desaforado y ahogó la voz del presentador de las noticias internacionales.

Harry apretó con tanta fuerza el puño con el que sostenía el control remoto, que no dudaba que todos los botones del mismo —desde el power on-off hasta el mute, pasando por los números del 1 al 0— se le quedarían marcados para siempre en la palma de su mano cual tatuaje. Haciendo esfuerzos sobrehumanos, intentó poner sus cinco sentidos en el hombre de traje que hablaba de conflictos en el Oriente Medio desde la pantalla de su televisor.

Harry entrecerró los ojos para verlo mejor y suspiró. ¿Por qué los de esa cadena de televisión no podían poner a un tipo mejor parecido? ¿Por qué ese estúpido no podía tener el pelo rubio platinado y desnudarse lentamente mientras Harry se metía la mano bajo los pantalones y…?

Pero no. De hecho, pensó que el presentador era un tipo bastante común y corriente como para merecer estar en la televisión. De cabello negro y peinado de niño bueno. Anteojos de media luna que le daban un aire de empollón. Harry torció la cabeza hacia un lado, pensando que ahora que lo veía bien, ese presentador era muy parecido a él.

"Demonios. Me veo como ese ñoño de la tele." Pero recordó que una vez Draco le había dicho que ese tipo no le parecía feo.

Sonrió.

Pero tan pronto como apareció, el breve gesto de felicidad fue remplazado por uno de genuina frustración.

Los quejidos del imbécil que estaba con Draco habían llegado a un punto francamente insoportable. Harry torció el gesto, haciendo muecas mientras imitaba la voz del amante en turno:

—Ay, ay… uy, sí. Mírenme. Estoy con el grandioso Draco Malfoy. Ajá, ajá.

Gran cosa.

Gilipollas, los dos. Draco y su Andrew, John, Eddie, Pepito o como se llamara el cretino de esa noche. No lo recordaba, y podía apostar la vida a que Draco tampoco.

"¿Alguna vez lo hará con alguien llamado Harry?"

El pensamiento le vino quién sabe de dónde. Y en cuanto le brotó del cerebro, rápidamente se llevó una mano a la frente y se la talló frenético, como si sus dedos fueran goma y deseara borrárselo antes de que Draco saliera y lo pudiera leer. Como si la cabeza de Harry fuera una gran pizarra en exposición con todos sus pensamientos escritos en ella.

"Pensamientos de Harry Potter la noche del 14 de febrero del presente año: número uno, estoy hecho una mierda porque Colin me ha dejado y tú no pareces darte cuenta de nada. Número dos, estoy harto de oír los ruidos de tus amantes cuando los traes al piso. Maldita la hora en que compartí apartamento con el soy-el-director-de-la-sinfónica-de-los gemidos. Y para terminar, número tres: de verdad desearía (en serio que sí) haber gemido así aunque fuera UNA SOLA VEZ en mi puta vida. Así como sólo tú logras que cualquiera se derrita en gemidos y jadeos cuando estás entre sus piernas."

Derrotado, se golpeó la cabeza hacia atrás contra el sillón en repetidas ocasiones. "Mierda, mierda, ¡MIERDA!" Sabía que no tenía ningún jodido caso estarse resistiendo.

Perdiendo la batalla por completo, se rindió al pensamiento que inundó su imaginación tan claramente como si lo estuviera mirando en la pantalla del televisor: a él mismo compartiendo el lecho con su amigo y compañero de apartamento. A él mismo, enloquecido de éxtasis y jadeando por el placer que las caricias y besos de Draco provocarían en su cuerpo. A él mismo, en vez del otro tipo, siendo follado por el mismísimo Draco Malfoy en ese preciso lugar y momento.

Harry empezó a respirar con agitación sintiendo que el corazón se le desbocaba. Una gota de sudor le resbaló por la frente al mismo tiempo que la excitación que sentía se hacía evidente debajo sus pantalones.

—¡Demonios!

...

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