CRISTO O BUDA
alanchenko7 de Agosto de 2013
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CRISTO O BUDA
por ANNET C. RICH
Prologo por M A X H E I N D E L
Copyright, 1914,
The Rosicrucian Fellowship, Oceanside, California, U.S.A.
Prologo
EL SIGUIENTE tratado fue escrito por la autora a solicitud mía con el propósito
mencionado en los primeros dos párrafos, y estando bien capacitan por años de
estudio tanto de los sistemas religiosos Orientales como de los Occidentales para
llevar a cabo tal comisión, ella ha dado, en ni¡ opinión, un punto de vista muy
comprensivo del tema. Ella ha adoptado una actitud muy simpática hacia la
enseñanza oriental como corresponde a un alma iluminada. Así es que el espíritu de
este pequeño libro no es de ninguna manera polemístico, porque nosotros no
creemos en tratar de edificar nuestra propia religión arrojando calumnias sobre la de
otras gentes. Estamos tan seguros de que la religión de Oriente está perfectamente
adaptada a las gentes que viven allá, como de que la religión Cristiana es la religión
para la gente occidental. Si el Buda estuviese enseñando hoy día y un estudiante del
Oeste lo preguntase su opinión acerca de si le seguía a él o al Cristo, estoy seguro
de que él enviaría al preguntante a la Luz del Mundo,. Este pequeño libro se envía,
por lo tanto, con la esperanza de que pueda demostrar a los estudiantes
occidentales que su religión es la Religión Cristiana, y que deben dejar la religión
oriental a los orientales, abrazando al mismo tiempo con todo su corazón y con toda
su alma la religión del Cristo.
Por Max Heindel.
INTRODUCCION
CUANDO la Enseñanza Oculta Oriental presentada al Mundo Occidental hace
alrededor de cuarenta años, sus explicaciones del universo fueron aceptadas como
razonables por muchos estudiantes. El Concepto Rosacruz del Cosmos, publicado
en 1909, era parecido en ciertos respectos concernientes a las leyes que gobiernan
el universo. Surge entonces, naturalmente, la pregunta respecto a su alcance y
propósitos, por qué fue dado, y si sus enseñanzas y métodos de desarrollo están
mejor adaptados a una civilización moderna y avanzada.
Este tratado se escribe en respuesta a esta interrogación y para corregir la errónea
conclusión, basada en un examen superficial, de que ambas enseñanzas son la
mismas, El octavo capítulo de Hebreos habla de un tiempo futuro, en el que no será
necesario enseñar a los hombres a conocer a Dios, porque entonces todos, desde el
menor hasta el mayor, tendrán Sus leyes escritas en sus corazones y en sus
mentes, y todos Le conocerán. En la actualidad la percepción espiritual está
oscurecida en grados variables por el velo de la carne y de la sangre, los cuales "no
pueden heredar el Reino de Dios". Ahora caminamos a tientas en busca de la
verdad que nos hará libres de los grilletes de la carne y nos dotará con la facultades
espirituales necesarias para conocer a Dios. La promesa de. Cristo es que si
buscamos, encontraremos. El no hizo excepciones; no necesitamos temer que nadie
" se pierda". Sin embargo, puede ser ahorrado mucho esfuerzo investigando en la
dirección correcta, y por lo tanto nos sentimos impelidos a colocar ante los
estudiantes occidentales algunas de las diferencias existentes entre las enseñanzas
de Oriente y las de Occidente, con especial énfasis sobre el método occidental de
desarrollo del alma, método que está adaptado naturalmente a los pueblos
occidentales y que toma en consideración las diferencias raciales y mentales entre
las civilizaciones (o pueblos) occidental y oriental.
1. Creemos que todas las religiones han sido divinamente dadas, y que
cada una está perfectamente adaptada a la nación que fué dada,
habiendo sido fundada por uno de los mensajeros de Dios.
2. Sabemos que el sendero de la civilización ha sido de Oriente a
Occidente, y que los pueblos más avanzados viven ahora en Occidente.
3. Pensamos que es una razonable suposición que la religión más
avanzada haya sido dada a los pueblos más avanzados, y que por lo
tanto nuestra religión Cristiana es al presente la más sublime forma de
adoración.
3. Sabemos que cada una de las más antiguas religiones tuvo Escuelas
de Misterios para las almas avanzadas; también que Cristo dio a sus
escogidos discípulos el conocimiento relativo a "los misterios del Reino de
los Cielos ", pero al público le habló en parábolas.
4. En la Enseñanza Oriental la Fraternidad Universal es considerada el
gran ideal. En la Enseñanza Occidental de Misterios Cristianos la Amistad
Universal es el ideal. El Cristianismo llegará a ser una religión universal, y
no solamente una religión de raza, y sus enseñanzas esotéricas están
destinadas también a llegar a ser universa". De acuerdo con la enseñanza
occidental Cristo será el líder de la próxima Gran Epoca, y vendrá otra
vez, no en un cuerpo físico sino en un " cuerpo-alma " (Soma psuchicon),
como lo enseñó Pablo en 1 Cor. 15:45. Este vehículo está formado de
éter, y cuando el hombre haya desarrollado la consciencia etérica de
modo de poder encontrar a Cristo "cara a cara", El aparecerá.
5. Si la religión Cristiana es la más avanzada, sus enseñanzas internas
deben ser necesariamente más profundas y de mucho más alcance que
ninguna otra. La Enseñanza de la Sabiduría Occidental incluye métodos
para desarrollar el cuerpo alma de modo que podamos funcionar
conscientemente en los mundos invisibles estando todavía viviendo en el
cuerpo denso. Estos métodos están particularmente adaptados a las
necesidades de los occidentales; de aquí que produzcan resultados sin
los peligros inherentes al uso de los métodos orientales.
Podemos agregar que después de muchos años de estudio de las religiones
antiguas hablamos sin prejuicios, y con gratitud por la luz recibida a través de ellas.
Así es que nos sentimos libres de proclamar nuestra convicción de que la religión
Cristiana es mas elevada que cualquiera de sus predecesoras; que las Enseñanzas
de los Misterios Cristianos, ahora promulgadas por la Orden de los Rosacruces a
través de la Fraternidad Cruz, son tanto científicas como especialmente adaptadas a
nuestra avanzada civilización; y que repudiar la Religión Cristiana por cualquiera de
los sistemas más antiguos es análogo a preferir los más antiguos libros de texto
científicos a las nuevas ediciones que abarcan los últimos descubrimientos.
MIRADA RETROSPECTIVA A LA HISTORIA
Ya no necesitamos que se nos recuerde que estamos viviendo en tiempos fecundos
en innovaciones. En cada departamento de nuestra civilización ha surgido el invasor
espíritu intrépido de la indagación, del análisis y de la investigación. Ni tampoco
podemos dejar de observar que estamos viviendo en una era en que el intelecto
está alcanzando su más práctica o intensa expresión; que se está arrasando con
real y auto-suficiente confianza el derecho a desafiar cualquier código de ética,
cualquier religión o teoría de la vida, cualesquiera linderos de civilización, y cualquier
hipótesis científica, y a exigir pruebas de su derecho a existir. Nada en el universo es
demasiado,? colosal para su investigación, ni demasiado infinitas¡" anal para su
análisis. La sociedad ha cesado de temblar ante los revolucionarios ataques de los
descubrimientos científicos que durante muchos años han hecho retroceder a la
ignorancia, al prejuicio y al dogmatismo con fuerza irresistible. Estos han tenido su
día, y ahora son impotentes para retardar el progreso; la humanidad está
avanzando, quiérase o no.
En ningún departamento de la vida está más íntimamente manifestado el espíritu de
escudriñamiento, de examinación y de investigación, que en la religión. El implacable
espíritu de investigación ha entrado en este dominio del misterio y de la tradición, en
las profundidades de su origen, al reino de su autoridad, y no se ha detenido ni se ha
acobardado, ni ha retrocedido, aunque todos los sacros baluartes de los credos
amenacen desmoronarse ante su intrusión. El intelecto está exigiendo un derecho a
interpretar la verdad de la religión, más grande que el del sacerdote, afirmando
confiadamente que si no puede descubrir la verdad o penetrar más allá de las
fronteras de lo invisible a un conocimiento de Dios, ninguna otra facultad existe que
pueda conocer la Deidad.
Si miramos retrospectivamente los siglos de historia, notamos que la presente era
intelectual y material es el fruto de un largo y significativo pasado; la cresta de una
ola de progreso que ha seguido a un impulso enviado desde el principio mismo de la
raza. Vago e incierto como puede ser nuestro vistazo a las civilizaciones de la India,
Egipto, Persia, o Grecía, podemos notar, sin embargo, que desde el nacimiento de la
raza Aria la dirección del progreso ha sido hacia la invitadora magnificencia del sol
poniente.
Cuando
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