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Cinco Principios Dinamicos


Enviado por   •  14 de Agosto de 2013  •  1.431 Palabras (6 Páginas)  •  303 Visitas

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Cinco principios dinámicos para el crecimiento de la Iglesia

El crecimiento de la Iglesia: el propósito de Dios

Desde el momento en el que se estableció la Iglesia, de la que usted y yo somos parte activa, el propósito de Dios ha sido su crecimiento. Es el medio a través del cual se extiende el Reino. El problema estriba en la existencia de congregaciones raquíticas, que se conforman con el paso de los años sin que ganen una nueva alma para el Evangelio. Y cuando eso ocurre, cuando una sola persona llega a los pies de Cristo, hacen fiesta como si fuera algo extraordinario.

Por el contrario, lo más natural es que a la congregación llegaran más y más hombres y mujeres anhelando la transformación que produce el mensaje de Jesucristo. ¿Por qué no ocurre? ¿Cuál es la razón por la que existen iglesias en un estado de estancamiento permanente? Estos dos interrogantes deben llevarle a reflexionar qué está pasando con su vida y ministerio.

¿Desea un cambio? Sin duda que sí. Por ese motivo le invito a considerar cinco principios dinámicos para el crecimiento de la Iglesia que encontramos en los primeros tres capítulos del libro de los Hechos de los Apóstoles.

1. La unidad de los creyentes

¿Cuál es el propósito de una iglesia? No es mostrar las enormes potencialidades del pastor o el liderazgo, el completísimo currículo de formación para los nuevos creyentes, lo hermoso del templo ni las novedades en las celebraciones. Somos ustedes y yo, como ovejas, como ese conjunto de creyentes, quienes marcamos la diferencia, y uno de los principales distintivos, es la unidad.

La unidad es fundamental. Nadie es más importante que otro al interior de la congregación. Todos estamos enfocados a un solo propósito: alcanzar las Naciones para Cristo. Por ese motivo, no podemos decir que aquella denominación es más importante que la nuestra debido a que su membrecía es mayor. Todos—absolutamente todos—somos valiosos en el Reino, aun cuando nuestra congregación tenga unos cuantos hermanos en la fe reuniéndose.

2. Obediencia a los mandatos de Dios

¿Cuándo una iglesia sienta las bases para su crecimiento? Cuando a la unidad de los creyentes, sumamos un segundo elemento de trascendencia: la obediencia a los mandatos de Dios. ¿La razón? Hoy día es fácil escuchar doctrinas sin fundamento bíblico, que atrae millares de personas pero –por falta de solidez—tales creyentes terminan yéndose.

Obediencia. Una sola palabra, pero ¡tan difícil de aplicar! ¿Por qué? Porque todos queremos hacer las cosas a nuestra manera. Gobernarnos solos. Eso lo puede apreciar en su relación de familia pero también en la Iglesia. Hay líderes que no se someten al pastor porque sienten que la “unción” sobre ellos y no deben seguir sus orientaciones. En una congregación así, jamás se producirá un avivamiento.

3. Búsqueda sincera en oración

Las actividades en la iglesia son muy importantes. Dinamizan la predicación de la Palabra, el discipulado y la consolidación de los cristianos; no obstante, el activismo sí es perjudicial. Es esencial que los creyentes tomen tiempo para una sincera búsqueda de Dios. Está por encima de todo lo demás.

¿Qué fue lo primero que hicieron los discípulos tras despedirse del Señor Jesús? Reunirse, como Él les instruyó—obediencia–, y volcar nuestros esfuerzos a buscar el rostro del Señor en oración, meditación de Su Palabra y escucha de Su voz:

“Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban

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