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DEVOCIONES MARIANAS EN GUARNE


Enviado por   •  7 de Octubre de 2020  •  Reseñas  •  2.028 Palabras (9 Páginas)  •  160 Visitas

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 DEVOCIONES MARIANAS EN GUARNE

Guarne ha sido un pueblo mariano, como lo es Antioquia, como lo es Colombia, como lo son todos los países conquistados por España. Su primera devoción y la presente es María de la Purificación, patraña desde cuando era viceparroquia de Rionegro. Mas ha tenido asimismo otras devociones, una centenaria, otra bicentenaria, reciente la de más acá, a saber: la de la Virgen de los Desamparados, la de la Cabeza y la de María Santificadora.

VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS.- Los hermanos Bibiano, Venancio y Juan José Castro (1) eran tan devotos de la Virgen, que resolvieron comprar la imagen de María para venerarla en su casa del norte de Guarne, en los límites con Copacabana, y por eso se llamó Alto de la Virgen. Pero no era sólo para su veneración privada sino también para abrir sus puertas al culto público. Determinaron que fuera Bibiano el encargado de adquirirla, y fue así como este buen hombre se hizo de una preciosa virgencita de bulto, que enjoyó con aretes y anillos de oro. Le hicieron altar de madera en el centro de la sala, frente a la entrada y arrancó la veneración de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia (España).

Los devotos eran de Guarne y las partes cercanas de Girardota y Copacabana. Subían cualquier día de la semana, principalmente los festivos, prendían velas y rezaban el rosario y otras oraciones. Terminada la promesa, salían a las mangas aledañas, desdoblaban los fiambres y se daban a un regocijado yantar. Cada año los hermanos le hacían una fiesta en mayo, de acuerdo con el señor cura, que consistía en bajarla al templo de La Candelaria, acompañados de los vecinos, en medio de cánticos y pólvora. Ese día era la víspera, y había salve y predicación. Al siguiente, misa y procesión por las naves laterales. La dejaban ocho días en el altar mayor, al cabo de los cuales tomaban a llevaría a su lugar.

Cuando faltaron los hermanos Castro la finca pasó a manos de don Luis Vásquez, pero el culto no tuvo solución de continuidad porque así lo determinó la familia. Mas cuando éste a su vez descansó en el Señor, los hijos vendieron la propiedad a don. Ricardo Cadavid, quien -previo entendimiento con el párroco- entregó la imagen al pastor porque le inquietaba ver gentes extrañas en su hogar. (2) La pequeña María estuvo un tiempo en la iglesia, después decidieron arrinconaría en la capilla de Santa Ana. Su devoción se acabó y de sus joyas no se volvió a saber. Hoy recibe culto privado en Medellín, en casa de una familiar de los Castro.

VIRGEN DE LA CABEZA.- Era un lienzo grueso y tenso, bien enmarcado. En el centro había un árbol con ramas frondosas. Por entre dos de éstas, en la parte superior central, asomaba la Virgen su cabeza. Su cuerpo se confundía con el tronco y llegaba casi a ras de tierra, mas no se le veían los pies. El color del traje era verde con bordadura dorada. A la altura de las extremidades anteriores también invisibles  aparecía el Niño, sosteniendo un sus manos el mundo coronado de una cruz. A cada lado había cinco ovejas, y un poco salido del centro, el pastor hincaba en el suelo la rodilla derecha, con el sombrero en la diestra y el cayado en la izquierda.

Dice la leyenda que al pastor se le perdieron un día las ovejas, las buscó por todas partes sin lograr encontrarlas; de pronto oyó que de un bosque salían tañidos de campana, se dirigió allá y las halló al pie de un árbol con tronco de virgen, la Virgen de la Cabeza. Allí empezó la devoción.

La imagen venerada en Guarne, primero en Mejía y después en Romeral, es tan antigua como el lienzo de La Candelaria que orna el altar mayor. Y la casa donde la honraban y que servía de santuario a los devotos, era la de don Lucas Ramón Gallego y doña Jacinta Ospina. Al pasar estos a mejor vida, siguieron la devoción sus hijos Andrés (Niño), María Máxima y María Eulogia.

Tenía fama de ser muy milagrosa. Casi todos los días acudían creyentes de otras veredas y de la población, y hasta de Girardota, aquejados de dolencias morales o de quebrantos físicos, principalmente de la cabeza, a implorar sus gracias y remedios, práctica que se acrecentaba por las fiestas de La Candelaria. Cuentan que un girardoteño coceado en la frente por una cabalgadura, salió sano y salvo de este oratorio campesino.

La veneración a la Virgen de la Cabeza se terminó hace unos 25 años, como se acabó la de la Virgen de los Desamparados. No por falta de peregrinos sino por falta o desaparición de las imágenes. El cuadro de la Virgen de la Cabeza se lo llevó un vivo con el cuento de que era para una exposición de arte religioso en Bogotá, durante un congreso eucarístico. LLegó saludándolos a todos por sus nombres, les dijo que era pariente de don Moisés Osorno, halagó a doña María Eulogia con quinientos pesos y con la promesa de devolver la tela cuando regresara de la capital, y se alzó con ella. Ya antes se había apoderado de un San Roque y una María del Perpetuo Socorro, que les sacó a dos familias de Guarne con la misma socaliña.

Queda hoy en casa de doña Carmen Gallego -nieta de don Lucas, en Romeral- una cabeza del tamaño de un puño de muchacha, que este buen señor modeló en cera de palma de muestra de la robada, y que hizo bendecir del padre Francisco Martín Henao. De cuando en cuando una que otra persona la visita y le impetra el alivio de todos sus dolores de cabeza.

MARÍA SANTIFICADORA.- En la cresta del Alto del Chuscal  jurisdicción de Copacabana- dicen que se apareció la Virgen al señor Luis Federico Rendon, cuñado del dueño de la finca. Este resolvió erigirle un monumento y divulgar la nueva por los medios de comunicación. La obra consta de una imagen de cemento de tamaño natural, con el Niño en los brazos, colocada sobre pedestal del mismo material. La ceremonia de la bendición estuvo presidida por un sacerdote de aquella población, y hubo numeroso concurso.

Pronto se extendió la noticia de que era muy milagrosa, por lo cual resolvieron construirle una capilla al lado de Guarne, en predio que perteneció a Mons. Manuel José Sierra. Contigua a la capilla hicieron habitación para religiosas, y no faltan tres monjas en forma permanente. Se estableció entonces la celebración de la eucaristía los primeros sábados de cada mes, a las doce del día, ante otra imagen semejante a la anterior. El celebrante no es ya de la parroquia de La Asunción sino de la parroquia de La Candelaria. Y los devotos que ocurren son poco menos de 300, procedentes de Guarne y otros pueblos de Oriente, así como del Valle de Aburra. Las vías de comunicación han facilitado el acceso, ya que de la carretera Medellín-Bogotá, a la altura de Las Carretas, deriva un camino vecinal que llega cerca del santuario, el cual (camino) se llena de vehículos el día indicado.[pic 1]

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