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Educando Creativamente

alsus3 de Abril de 2014

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Introducción

Siendo éste título, el más utilizado en el Nuevo Testamento, por Jesús mismo, de todos los títulos cristológicos posibles, es por eso reseñable su estudio, y la comprensión de su significado. Casi 80 veces aparece la expresión "hijo del hombre" en la Biblia, más que ningún otro término mesiánico. Trataremos de acercarnos brevemente a sus implicaciones.[1]

Apasionante y de gran interés, los históricos escépticos han utilizado éste argumento, esto es, el que Jesús no se llamara a sí mismo "hijo de Dios" sino "hijo de hombre" según sostienen ellos, para enfatizar el hecho de que, la divinidad que le atribuye el cristianismo, fue "impuesta" por sus seguidores y no por Jesús mismo, por eso, nuestro interés para aclarar el título "hijo del hombre" considerando su conexión mesiánica, tan importante para el Cristianismo.[2]

En resumen, la expresión, «el Hijo del Hombre» es un título cristológico que identifica al Mesías con la humanidad. El Mesías, como el Hijo del Hombre, nace, convive con los hombres, sufre, muere y resucita. ¿Alude también a su divinidad?

Abstract

Being this title, most often used in the New Testament, by Jesus himself, of all possible Christological titles, that's noteworthy study, and understanding of its meaning. Very few times, Jesus refers to its status as "son of God", as Messiah, but on the other hand, does with the name "son of man"being this title also a clear reference to his divinity. Exciting and interesting, historical skeptics have used this argument, namely, that Jesus does not call itself "son of God" but "son of man" to emphasize the fact that divinity which credited with Christianity, was "imposed" by his followers, not Jesus himself, that, our interest to clarify the title "son of man" whereas its messianic implication.

La expresión "Hijo del Hombre"

Un término hebreo y arameo, a menudo utilizado para describir a un ser humano.[3] En los evangelios, Jesucristo lo utiliza durante su ministerio terrenal para referirse a su muerte, exaltación y segunda venida como juez y salvador [Del heb. Ben Adam; del gr. Huios tou Antropou] Expresión que indica que el Señor Jesucristo ha participado plenamente, aun siendo Él Dios, de la naturaleza humana (Hebreos 4:14–16). En el Antiguo Testamento, observamos que a Ezequiel se le trata igualmente como hijo del hombre (Ezequiel 4:1). ¿Cómo podemos distinguir el título del profeta del de Cristo? Toda la diferencia se halla en el artículo que precede al título de Nuestro Señor. En el original hebreo, a Ezequiel se le llama sencillamente "hijo del hombre", mientras que al Señor Jesús se le destaca siempre como "El Hijo del Hombre".[4] (Lleva artículo)[5]

Este título es el más usado por Jesús para sí, quizás porque no tenía relación con ideas de poder político o militar. A menudo en el Antiguo Testamento la frase «hijo de hombre» es simplemente otra manera de referirse a un ser humano. Sin embargo, Daniel 7 describe una escena en que uno «como un hijo de hombre» viene entre nubes y es presentado ante Dios, quien tiene un esplendor terrible. Dios lo inviste con poder y autoridad ilimitados. Jesús cita este pasaje como referido a sí mismo, durante su juicio ante el Sanedrín. Al darse este título, Jesús pone de relieve su genuina humanidad, sin dejar de afirmar su lugar de poder y honor, procedente de Dios.[6]

Los eruditos modernos han debatido a fondo el significado de esta expresión y fundamentan los diferentes significados posibles en un estudio cuidadoso de varios pasajes del Antiguo Testamento (especialmente Dan 7.13–14), en varios escritos judíos no canónicos de la época de Jesús (4 Esdras y Las similitudes de Enoc)[7], y en un análisis de lo que estas palabras pudieron haber significado en el arameo del primer siglo, que es el idioma que utilizó Jesús. El problema es demasiado complicado como para presentarlo aquí en detalle, pero con frecuencia se proponen básicamente tres soluciones: (1) es una forma indirecta de referirse a uno mismo, y sólo significa «yo»; (2) se usa en un sentido semita para referirse a un «ser humano», a «alguien», o a «cualquiera» en general; (3) es un título para referirse al ser celestial que al final de los tiempos vendrá a juzgar a los seres humanos, como en Daniel 7.

Parte del debate entre los eruditos de la Biblia gira en torno a si Jesús y los escritores de los evangelios quisieron decir lo mismo al usar «el hijo del hombre». Es decir, quizá Jesús usó estas palabras con el primer significado o con el segundo, pero los escritores de los evangelios aludieron al tercero.[8] Los traductores, claro está, deben traducir las palabras tal como los escritores de los evangelios pretendieron que se entendieran, hasta donde algo así se pueda determinar. La mayoría de los intérpretes coincide en que los escritores de los evangelios comprendían la frase «el hijo del hombre» como referencia a un ser celestial asociado con juicio, sin importar lo que Jesús hubiera querido decir. Es decir, en los evangelios, «el hijo del hombre» es un título. Por esa razón, si los lectores de la lengua receptora creen que estas palabras sólo significan «ser humano», sin ningún sentido especial, tal vez lo mejor sea decir algo como: «el que es llamado el hijo del hombre».[9]«El Hijo del Hombre» (ho houios tou anthropou) tiene sus raíces en la cultura semita.

En cuanto al origen, la expresión «el Hijo del Hombre» aparece en tres contextos de la literatura apocalíptica judaica: en el libro canónico de Daniel 7:13 y en literatura pseudoepigráfica (Esdras 13; 1 Enoc 37–71). Además, aparece en el libro de Ezequiel como una referencia al profeta. El uso de la frase en el libro de Ezequiel es distinto al que aparece en el Nuevo Testamento.

Objeciones a la expresión "Hijo del Hombre"

Como es de esperarse, los teólogos de la escuela liberal[10]no escatiman esfuerzos con tal de negar la autenticidad de la expresión «el Hijo del Hombre» y el significado de su uso. Para algunos, el uso de la mencionada expresión es totalmente obra de la iglesia primitiva, aunque admiten la posibilidad de que Jesús usase la frase en algunas de Sus enseñanzas. En años recientes, se ha sugerido que Jesús usó la frase «el Hijo del Hombre» como una referencia a otro personaje diferente de sí mismo que haría su aparición en un futuro y ante quien los hombres tendrían que dar cuenta en el día del juicio. La crítica pretende, por un lado, negar que la expresión «el Hijo del Hombre» sea un título usado por Jesús para referirse a sí mismo como el personaje divino que aparece en Daniel 7:13[11]

Hay, sin embargo, varias objeciones al punto de vista de la crítica liberal. Primeramente, si la expresión «el Hijo del Hombre» fue producto de la imaginación de la iglesia primitiva, ¿por qué es que sólo aparece en labios de Jesús en los evangelios? ¿Por qué es que dicha frase no aparece en las epístolas doctrinales? Si la mencionada frase fue inventada por la iglesia primitiva, lógicamente debió ser usada como una fórmula confesional y usada ampliamente a través de los libros del Nuevo Testamento. Lo cierto es, sin embargo, que con la excepción de Hechos 7:56; Apocalipsis 1:13 y 14:14 la expresión no se usa con referencia a Cristo en el resto del Nuevo Testamento. Lo cierto es, sin embargo, que con la excepción de Hechos 7:56; Apocalipsis 1:13 y 14:14 la expresión no se usa con referencia a Cristo en el resto del Nuevo Testamento.

En segundo lugar, no existe ninguna evidencia de que Cristo hubiese enseñado que otro personaje distinto de El vendría al final de los tiempos. Jesús habló de Su segunda venida (Jn. 14:3). Los ángeles que hablaron a los apóstoles en Hechos 1, específicamente dijeron «este mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo» (Hch. 1:11). Finalmente, debe notarse que la crítica se esfuerza en pasar por alto la importancia del pasaje de Daniel 7 y sus implicaciones mesiánicas. El personaje de Daniel 7:13–14 que aparece junto al Anciano de días (figura del Padre); «viene con las nubes del cielo»; «le fue dado dominio, gloria y reino»; «será servido por todos los pueblos, naciones y lenguas»; «su dominio eterno, que nunca pasará, y su reino que no será destruido jamás». «El Hijo del Hombre» es presentado aquí como alguien que tiene una autoridad que sobrepasa la de cualquier ser humano, rey o emperador. De modo que debe de entenderse que una de las características que distingue al Hijo del Hombre es Su autoridad sobrenatural.

La expresión "Hijo del Hombre" en los Evangelios

La expresión «el Hijo del Hombre» ha sido clasificada en tres categorías distintas, según aparece en los evangelios sinópticos:[12]

A) Referencias relacionadas con las actividades del ministerio terrenal del Hijo del Hombre (Mr. 2:8, 28; Lc. 7:34; 9:58; 19:10).

B) Referencias tocante a los sufrimientos, muerte y resurrección del Hijo del Hombre (Mr. 8:31; 10:45; 14:21, 41).

C) Referencias relacionadas con la venida futura, la exaltación y los juicios del Hijo del Hombre (Mr. 8:38; 13:26; 14:62; Lc. 12:8–12, 35–40; 17:22–30, 18:8; Mt. 10:23; 19:28).

Aunque la referida clasificación no es del todo satisfactoria ya que no toma en consideración todos los usos y las aplicaciones de la frase ni toma en cuenta el hecho de que algunos de los usos pertenecen

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