El Origen De La Iglesia
alerica20 de Agosto de 2014
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ORIGEN DE LA IGLESIA
(JOSEP RATZINGER)
La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era. La iglesia Católica se proclama a sí misma como la Iglesia por la que murió Jesucristo, la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese realmente el origen de la Iglesia Católica? Por el contrario. Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o Sus apóstoles. En el Nuevo Testamento, no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si el origen de la Iglesia Católica no se encuentra en las enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como están registradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia Católica?
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió después de la “conversión” del emperador romano Constantino. Constantino “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313. Después en el 325 d.C. Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad. Constantino visualizó el cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse. Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el resultado fue todo menos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana, sino que continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia cristiana que Constantino promovió era una mezcla del verdadero cristianismo con el paganismo romano.
¿Dónde se originó la iglesia? Si uno pudiera creerles a los libres pensadores modernos, podría concluir que la iglesia llegó a la existencia a través de un grupo de hombres que eran demasiado perezosos para trabajar y sostenerse a sí mismos. Consecuentemente, ellos inventaron la iglesia, el parásito en la sociedad, para sostenerlos. Otros que declaran ser cristianos estarán de acuerdo que la iglesia llegó a existir como resultado del planeamiento y obra de simples hombres, no guiados por la inspiración divina. Consideran que la iglesia tuvo su comienzo en Jerusalén pero para estar por siempre en necesidad de cambio para ajustarla a las necesidades de los hombres en toda era del tiempo. Otro renuevo de esta clase de pensamiento es que una iglesia es tan buena como otra porque lo que un grupo de hombres piensa que es lo mejor para suplir las necesidades de nuestros días, es tan bueno como eso que otro grupo de hombres piensa que es lo mejor para ajustarse a las necesidades de nuestros días.
Estas ideas nos obligan a regresar a descubrir si la iglesia es el producto de la revelación divina o de la sabiduría de los hombres. La Biblia afirma que la iglesia es la revelación de Dios. Aquellos que creen y aceptan la Biblia como la revelación divina de Dios deben creer que la iglesia tuvo un origen divino. Aquí están algunas verdades declaradas en la Biblia con respecto al origen divino de la iglesia:
1. Fue planeada por Dios desde toda la eternidad. Pablo escribió: «Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor» (Efesios 3:10-11). El envío de Cristo para redimir al hombre del pecado era parte del propósito eterno de Dios. Que la multiforme sabiduría de Dios pudiera ser vista en la iglesia era también parte del plan divino de Dios a través de Jesucristo.
*Cuando Jesús vino a esta tierra, el establecimiento del reino de Dios, un reino espiritual (Juan 18:36) que es la iglesia (Mateo 16:18-19), era una parte de Su misión divina. A medida que empezó a predicar, dijo: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos, y creed en el evangelio» (Marcos 1:15). Por tanto, la iglesia no llegó a existir a causa de algún accidente o una simple invención del hombre; vino a la existencia a causa de que el Dios del cielo lo planeó desde la eternidad.
2. Fue profetizada por los profetas. Para una demostración adicional de que el establecimiento de la iglesia fue divinamente planeado por Dios, uno solamente necesita considerar lo que los profetas que hablaron bajo la inspiración divina profetizaron la venida y naturaleza de la iglesia, el reino de Dios. El profeta Isaías profetizó que el monte de la casa de Jehová sería exaltado por encima de los montes en los postreros días (Isaías 2:1-5); profetizó que el Mesías tendría el gobierno del reino sobre Sus hombros (Isaías 11:10) y sería «...luz de las naciones» (Isaías 42:6=. Por tanto, el profeta profetizó que la exaltación y establecimiento del reino de Dios estaría inesperadamente ligado a la venida del Mesías.
*Daniel profetizó que el Dios del cielo establecería Su reino en los días del cuarto reino (el reino Romano); escribió: «Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.
*En consecuencia, otra razón para creer que la iglesia es de origen divino, en lugar de invención humana, son las profecías que los profetas inspirados hablaron, profetizando su establecimiento y naturaleza.
3. Fue edificada por Cristo. Una tercera razón para creer en el origen divino de la iglesia es que fue edificada por Cristo. Después de Pedro haber confesado que Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente, Jesús dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:17-18). Si uno admite que la plenitud de Dios mora en Jesús (Colosenses 2:9) y que Jesús edificó la iglesia, ha admitido el origen divino de la iglesia.
4. Es la plenitud de Dios. Pablo describió la iglesia como la «plenitud» de Dios. Dijo: «Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo» (Efesios 1:22-23). La iglesia es la plenitud de Dios. Dios ha sintetizado todas las cosas en Cristo; todas las bendiciones espirituales están en Cristo (Efesios 1:3). Esta relación espiritual con Cristo es nuestro medio de obtener la reconciliación con Dios; no obstante, la reconciliación para Dios, ocurre en la iglesia. El continuó: «Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos (Judíos y Gentiles) en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades» (Efesios 2:16).
*La iglesia, no algún reino futuro, terrenal, pre milenario, es la plenitud de Dios. La idea pre milenario de que la iglesia es una idea que se le ocurrió más tarde a Dios, una simple eventualidad espiritual, debilita la revelación de Dios con respecto a la iglesia. La iglesia es la plenitud del plan de Dios para reconciliar a los hombres consigo mismo a través de Jesucristo.
5. Permanecerá para siempre. Otra evidencia del origen divino de la iglesia es su permanencia. Daniel profetizó que el reino de Dios «permanecerá para siempre» (Daniel 2:44). Jesús declaró que las puertas del Hades no prevalecerían contra (Mateo 16:18). La muerte no podría prevenir a Jesús de establecer el reino, ni puede hacer que el reino deje de existir por la muerte de los santos, y ni puede la gloria futura del reino de Dios. La semilla del reino (Lucas 8:11), la palabra de Dios, permanecerá para siempre (1 Pedro 1:23-25). Por tanto, la iglesia existirá por siempre mientras los hombres escuchen, crean y obedezcan la palabra de Dios. El reino es un reino que no puede ser removido (Hebreos 12:28). Será entregado a Dios cuando Jesús regrese (1 Corintios 15:24).
*Estos hechos me convencen que la iglesia de Jesucristo es de origen divino. No llegó a existir en el primer siglo porque los apóstoles lo planearon; llegó a existir porque el Dios del cielo lo planeó. Es el resultado de la revelación divina de la mente de Dios.
Consecuencias de Estos Hechos
Varias ideas denominacionales modernas son destruidas por estas verdades Bíblicas. Estas doctrinas son populares. Son propagadas por casi todo predicador denominacional en nuestro país. No obstante, estas siguientes doctrinas son falsas.
1. «Usted puede ser salvo sin ser jamás miembro de una iglesia». Mientras es verdad que uno puede ser salvo sin ser jamás miembro de la iglesia Bautista, Metodista, Presbiteriana, y alguna otra denominación humana, uno no puede ser salvo sin ser parte del cuerpo de Cristo comprado con Su sangre. Pablo reveló que Jesús había comprado la iglesia con Su propia sangre (Hechos 20:28) y que Jesús es el «salvador del cuerpo» (Efesios 5:23). Añadió al que es reconciliado con Dios en este cuerpo (Efesios
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