ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El quinto mandamiento “No mataras”


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2015  •  Tareas  •  1.332 Palabras (6 Páginas)  •  612 Visitas

Página 1 de 6

El Quinto Mandamiento “No mataras”

“No quites la vida del inocente y justo” (Ex 23, 7).

«Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal» (Mt 5, 21-22).

La vida humana tiene que ser tenida como sagrada, ya que esta es creación de Dios y siempre permanece en una relación con Nuestro Señor. Es sagrada desde su concepción hasta su muerte, porque ese ser humano ha sido amado por imagen y semejanza de Dios

Solo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término, y nadie en ninguna situación puede matar de manera directa a un ser humano inocente.

La legítima defensa

La defensa de sociedades no puede ser utilizando como excusa para la prohibición de la muerte de un inocente.

El amor a la vida propia es necesario tenerlo en cuenta en este mandamiento, el que defiende su vida no es culpable de homicidio. Esta defensa es un deber para el que es responsable de la vida de otro. Por eso la autoridad tiene el derecho y deber de aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, cuando el culpable acepta la pena voluntariamente adquiere un valor.  La pena tiene una finalidad medicinal ya que busca enmendar al culpable.

El homicidio voluntario

El quinto mandamiento condena como gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo (cf Gn 4, 10).

El homicidio involuntario no es imputable, pero no se está libre de pecado cuando se ha obrado sin razones proporcionadas de manera que se provoca la muerte.

El hombre se convirtió en enemigo de sus semejantes por la ira, la codicia, el odio y la venganza, y Dios siente repulsión hacia estos, y pide a sus discípulos que “den la otra mejilla”

El aborto

 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida

 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano..

Se puede  hacer intervenciones en el embrión pero siempre que tengan como fin su mejoría de salud o supervivencia pero no se debe exponerlo a riesgos desproporcionados

Es inmoral [...] producir embriones humanos destinados a ser explotados como “material biológico” disponible

La eutanasia

La eutanasia voluntaria más allá de sus motivos y formas, es considerada homicidio, va en contra a la dignidad y respeto de la persona humana. Es moralmente inaceptable.

Las personas con un estado de salud debilitada tienen derecho a un respeto especial y deben ser atendidas para llevar una vida tan normal como sea posible.

La interrupción de tratamientos médicos peligrosos o desproporcionados es el “encarnizamiento terapéutico” que no significa provocar la muerte, si no aceptar que no se puede impedirla.

El suicidio

El suicidio es contrario a la justicia, la esperanza y caridad. Por lo tanto está prohibido por este mandamiento. Contradice la inclinación natural del ser humano de vivir. Ofende al amor al prójimo, ya que rompe lazos de solidaridad con ellos.

Nosotros somos administradores de la vida que nos ha proporcionado Dios, pero no somos propietarios de la misma.

Si alguien comete suicidio para servir de ejemplo también estaría induciendo a otros a hacerlo.

No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.

El respeto del alma del prójimo: el escándalo

Hacer escándalo y así inducir a otro ser humano a pecar es una falta grave de amor.

El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo. Atenta contra la virtud y el derecho; puede ocasionar a su hermano la muerte espiritual. El escándalo constituye una falta grave si, por acción u omisión, arrastra deliberadamente a otro a una falta grave.

 El escándalo adquiere una gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (8 Kb)   pdf (100 Kb)   docx (14 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com