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Ensayo reflexivo sobre la importancia del Nuevo Testamento en la vida del creyente


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2022  •  Ensayos  •  1.175 Palabras (5 Páginas)  •  169 Visitas

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Instituto Bíblico IBICIEN

Estudiante: Jorge Núñez F.

Docente: Ingris Llanquín Q.

Asignatura: Panorámica del Nuevo Testamento

Fecha: 03 de septiembre de 2022

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Cuando Dios se revela, un nuevo nacimiento

Ensayo reflexivo sobre la importancia del Nuevo Testamento en la vida del creyente.

Introducción

A través de la Palabra, Dios va revelando a su pueblo su carácter redentor de una manera progresiva dando a conocer sus verdades paulatinamente a aquellos quienes escogió y le aceptaron como su Señor haciendo avanzar su obra con un propósito que no ha cambiado, el que nosotros, su creación, seamos alabanza para su gloria y que logremos el recibir la vida eterna juntamente con él.

Dios se revela de manera general dándonos a conocer su existencia mediante lo majestuoso de su creación (Rom. 1:20); nuestra conciencia (Rom. 2:14-16), capaz de discernir entre lo bueno y lo malo y que aún sin quizás haber recibido el evangelio el Espíritu Santo coloca en nuestros corazones requerimientos morales de Dios; y los hechos históricos que reafirman la presencia de un Dios vivo gracias a eventos comprobados por registros no solo religiosos sino también de historia.

Y aunque quizás ya con solo esta revelación general nos debería bastar, El Señor en su misericordia de igual modo se revela de forma especial por medio de su Palabra y de la imagen de Jesucristo, su Unigénito Hijo. Todo esto es muy importante ya que esta revelación especial nos da entender de nuestra naturaleza pecaminosa y de la necesidad de redención en nuestras vidas.

La revelación de Dios es esencial para el creyente y el Nuevo Testamento cumple una función de gran importancia, ya que en él se concreta y se da cumplimiento esta obra redentora por intermedio de la muerte y resurrección de Jesús.

I. Nacer de nuevo

La Palabra y Jesús en el Nuevo Testamento revelan al cristiano que no solo basta con creer, sino que también debe haber un cambio profundo en nuestra forma de vivir para que el sacrificio de Jesucristo se consuma en nosotros.

Esto Jesús se lo hace saber a un maestro de la ley prestigioso, aún principal entre los judíos (Juan 3:1) llamado Nicodemo. Recordemos que Nicodemo era un fariseo, que eran la secta más numerosa y respetada en los días de Jesús. Ellos creían que la salvación era ganada por obras respetando rigurosamente la Ley, pero en sí todo esto era superficial ya que habían reemplazado la Palabra con sus tradiciones.

Nicodemo quería conocer la manera de poder entrar al Reino de Dios, interrogante que nosotros también nos hicimos. Y aquí es donde Jesús manifiesta una enseñanza primordial para la vida de un convertido, es que el hombre en su actual estado no puede salvarse por sí solo, sino que le es preciso una nueva naturaleza, Juan 3:3 …”el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

Sin esta transformación profunda es imposible que podamos disfrutar de los beneficios del reino de Cristo. Solo podremos estar preparados para entrar al reino por medio de una nueva vida.

II. Nueva Criatura

El seguir a Cristo es algo especial, único, sin comparación, no es algo que podamos tomar a la ligera.

Implica para quien lo experimenta una revolución total en su ser. Podemos identificar con claridad un antes y un después, es un cambio completo y drástico en nuestro vivir. Es un volver a empezar, iniciar una nueva historia, dejar atrás el pasado.

La Palabra nos revela que al aceptar a Cristo de manera real hemos comenzado una nueva vida.

El Nuevo Testamento nos dice en 2da Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Este texto expresa al cristiano algo trascendental para su vida, que no solo debemos ser nuevas criaturas, sino que da por hecho que estando en Cristo ya lo somos. De la misma manera que una criatura se va formando en el vientre de una madre, así el creyente va creciendo y va experimentando un nuevo nacimiento. Cabe señalar de igual manera que este crecimiento es algo paulatino y para todos y cada uno de nosotros Dios tiene su tiempo, asi como el Señor se fue revelando a su pueblo, de manera progresiva, Dios va dándose a conocer a nuestras vidas de la misma manera.

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