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GRUPOS RELIGIOSOS EN TIEMPOS DE JESUS


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2013  •  1.998 Palabras (8 Páginas)  •  967 Visitas

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Introducción

Nunca debemos olvidar que Jesús era judío. La iglesia cristiana comenzó su vida en la actual Palestina y sus primeros miembros eran judíos convertidos al cristianismo. Por esta razón el elemento más importante en el trasfondo religioso del Nuevo Testamento es la religión judía misma. Por ello el objetivo del presente estudio es el de describir en lo posible la composición religiosa judía de aquel tiempo, con el fin de comprender mejor el entorno religioso en el que se desenvolvió Jesús.

El último de los profetas del Antiguo Testamento, Nehemías, vivió alrededor de 400 años antes de la aparición de Juan el Bautista. Desde aquel tiempo la religión judía no había permanecido estática, ya que la religión clásica del Antiguo Testamento había evolucionado hacia el judaísmo.

Y con la aparición del judaísmo se originaron también partidos, sectas y movimientos dentro de la religión judía, así como algunas instituciones importantes de dicha religión, las cuales pretendo identificar y describir seguidamente.

1- Los Fariseos:

La palabra “Fariseo” quiere decir “Separado”. Se les dio dicho nombre porque la estricta observancia que sus miembros hacían de La Ley los llevó a una separación; una distancia, radical del pueblo en general a quien consideraban impuro. Entre ellos se llamaban “compañeros” Los Fariseos constituían una secta religiosa floreciente en tiempo de Cristo.

Se dedicaban al estudio de “La Ley” (Torá) y las tradiciones de los mayores que habían sido transmitidas oralmente de generación en generación y que luego en el s. II d.C. fueron puesto por escrito. Cumplían estrictamente La Ley con sus interpretaciones y exigían lo mismo al pueblo. Insistían sobremanera en relación al cumplimiento del descanso del sábado; la pureza ritual y los diezmos. Eran laicos y se oponían a la aristocracia sacerdotal de los saduceos. Su única fuerza, como dijimos, estaba en el conocimiento, a través del estudio, tanto de La Ley, y en general todo el A.T. y de Las Tradiciones de los mayores.

Eran considerados como líderes del pueblo; de hecho, gozaban de una gran autoridad en el pueblo, siendo sus verdaderos guías espirituales. En el plano doctrinal, se oponían a los saduceos (ver infra), quienes negaban la existencia de los ángeles y espíritus, la resurrección y la inmortalidad del alma. Su celo exagerado por la Ley y la pureza ritual los llevó a un desprecio hacia los demás y generó en ellos un sentimiento de superioridad considerando a los otros como ignorantes e impuros.

Así; la Palabra de Dios mal interpretada, en lugar de unir en comunión al pueblo, sirvió para dividirlo; hecho que precisamente ocurre en la actualidad con ciertas sectas surgidas del protestantismo norteamericano. Su orgullo los llevó a buscar la salvación en sus méritos personales, sin la misericordia y el perdón de Dios.

Es por esta razón que multiplicaron sus obras exteriores, tergiversando el sentido auténtico, profundo y esencial de la Palabra de Dios; quedándose en las palabras y olvidando la esencia de su sentido; actitudes estas que miran más bien a las apariencias que al corazón.

No tenían verdaderas aspiraciones políticas, solo religiosas. En el campo de lo político, tomaban una posición moderada y equilibrada; a diferencia de los Zelotas que eran extremistas.

2- Los Escribas:

Desde el regreso de Babilonia, se llamó “Escriba” al experto en la Palabra de Dios. También se lo llamó “Doctor” o “Maestro de la Ley” (véase Mt. 22, 35; Lc. 5,17). Su título honorífico fue “Rabí”.

Cuando empezaron a mermar los profetas, los sabios se ocuparon de la interpretación de las Sagradas Escrituras. Así se fue conformando esta categoría de “Doctores de la Ley” quienes, haciendo las salvedades del caso, hoy corresponderían a los actuales teólogos; catequistas preparados y Maestros de religión. Algunos de los Escribas pertenecían al “Sanedrín” o “Gran Consejo del Pueblo Judío”. Jesús les reprochó superficialidad en las enseñanzas al fijarse más en los detalles y descuidar lo más importante, lo verdaderamente esencial. La gran mayoría, pero no todos, pertenecían a la secta de los Fariseos.

Jesús condenó a los escribas judíos, principalmente a los fariseos, porque habían hecho añadiduras a la Ley de Moisés y también habían ideado subterfugios para burlarla convirtiéndola en una carga para la gente al saturarla con sus añadiduras. Además, como clase, no le tenían ningún respeto a la gente ni deseos de ayudarla. Amaban los aplausos de los hombres y los títulos altisonantes. Su religión era sólo una fachada, un ritual que cubría su hipocresía. Jesús mostró lo difícil que sería para ellos el poder obtener el favor de Dios debido a su actitud y a sus prácticas, al decirles: "Serpientes, raza de víboras, ¿cómo vais a escapar de la condenación de la Gehena?" (Mateo 23:1-33).

Los escribas no solo eran responsables como rabinos de las aplicaciones teóricas de la Ley y de la enseñanza de ésta, sino que también poseían autoridad judicial para dictar sentencias en tribunales de justicia y en el Sanedrín (Mateo 26:57, Marcos 15:1). No recibían ningún pago por juzgar y la Ley prohibía los regalos o sobornos, por lo que es posible que fueran remunerados únicamente por enseñar la Ley. Esto puede interferirse de las palabras que dijo Jesús cuando advirtió a la gente sobre la avaricia de los escribas, comparándolos con el asalariado a quien no le importaban las ovejas (Marcos 12:38-40, Juan 10:12-13).

3- Los Saduceos:

Constituían un partido político en el Judaísmo que data desde el s. II a.C. hasta la destrucción del segundo Templo de Jerusalén en el año 70. Pertenecían en general a la “clase sacerdotal”, en el N.T. son citados frecuentemente (Mt. 3,7; 16, 1. 6. 11ss.; 22,23-24; Mc. 12, 18; Lc. 20,27; Hechos. 4,1; 5,17; 23,6; etc.).

Ejercieron una gran influencia en los destinos de la Nación Judía, ya que formaban un poderoso partido en el Sanedrín. En épocas anteriores a Cristo, Fariseos y Saduceos se habían alternado en el poder, ya en tiempos de Cristo fueron los primeros quienes ejercieron el mayor influjo sobre el pueblo. El poder de los Saduceos radicaba en el hecho de que la mayoría de los sumos sacerdotes

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