INTRODUCCION A LOS EVANGELIOS SINOPTICOS

DIOCESIS DE SINCELEJO

ESCUELA DE DIACONADO PERMANENTE

INTRODUCCION A LOS EVANGELIOS SINOPTICOS

V. LA ÉTICA DE JESÚS

Ensayo

Por: José David Gómez Rosales.

Para hablar de la ética de nuestro Señor Jesucristo se debe tomar como base la doctrina de sus enseñanzas, a las que se consagró durante toda su vida, desde el momento de su vida pública, movido por el Espíritu Santo, recibido en su bautismo, y nosotros como cristianos tratamos de descubrir en los evangelios y en todas las Escrituras la forma cómo vivir acorde a esas exigencias.  

Jesús presenta un modo nuevo de ver las cosas y tanto para la gente de su época como para la de hoy en día, su lenguaje y enseñanzas nos resultan duros y difíciles de entender y mucho más de ponerlos en práctica.

Pero en medio de todo esto, existe una problemática que los estudiosos de los evangelios sinópticos han pretendido solucionar y podría enunciarse de la siguiente manera: ¿hasta qué punto los evangelistas sinópticos nos han transmitido originalmente la doctrina del Señor, si a lo largo de todos ellos se ven reflejados patrones literarios, paralelismo y la espiritualidad de la ley judía del Antiguo Testamento? o ¿son verdaderamente originales o es simplemente una acomodación de tipo literaria de parte de los evangelistas? Al responder afirmativamente estos interrogantes no representaría para el pueblo judío de su tiempo ni para nosotros ninguna innovación, pues serían vestigios de la tradición veterotestamentaria.

¿Hacia dónde debemos entonces enfocar nuestra mirada para descubrir el verdadero sentido y la intención teológica de los evangelistas sinópticos al transmitirnos las enseñanzas de Jesús y que nosotros podamos encontrar respuesta adecuada a interrogantes referentes a nuestra fe cristiana y a la doctrina ética predicada por Jesús? Uno de los referentes con mayor peso que se debe considerar es el sermón de la montaña (Mt 5-7), que es donde nuestro Señor expone exigencias concretas y en forma catequética los principios normativos éticos y morales fundamentales que deben regir nuestra vida cristiana.  

Lo primero que tendríamos que reconocer en cuanto a las exigencias nuevas del sermón de la montaña es que es una ley nueva que rebasa en todo al espíritu legalista de la Torá. Su esencia no es primordialmente moralizante, como lo argumentan muchos críticos. Tampoco se trata de una nueva ley porque la ley de Moisés resulte anacrónica. Es mucho más que eso, se trata del cumplimiento de unas exigencias del Señor que deben nacer de nuestra actitud de fe y de orientar de forma correcta nuestra voluntad, antes que pretender fomentar un puro espíritu de fe.

Un segundo aspecto a destacar es que las exigencias éticas del sermón de la montaña no son preceptos imposibles de cumplir. Jesús no pone en duda que sus discípulos logren cumplirlas. Para muchos críticos y personas del común al realizar una simple lectura del sermón, han considerado que lo ahí consignado son preceptos imposibles de cumplir, llegando a hacer creer que los cristianos son incapaces de hacerlo por sus propias fuerzas, generándoles angustia, obligándolos a lanzarse a los brazos de Dios y encontrar en el amparo y refugio seguro.

Y como tercero, descubrir en la predicación del reino como tema central, la instauración de una nueva era, en donde el hombre es invitado a confiar en la presencia salvífica de Dios, más que en sus propias fuerzas, con lo que las normas y preceptos de vida predicados en el sermón se convierten en exigencias únicas de perfección. Contrario a estas consideraciones, los críticos han desviado su interpretación dándole un tinte netamente escatológico, una ética ajustada a fin de hacer entrar a los hombres en razón antes de que fuera demasiado tarde, ofreciéndole al hombre la oportunidad de aceptar la buena nueva y garantizar con ello su salvación, haciendo ver a Dios como un ser capaz de generar angustia en la humanidad con tal de hacer volver a los hombres hacia Él.  

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