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Introduccion A La Lectio Divina (Lectura Orante De La Biblia)

Legnaarl13 de Agosto de 2014

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INTRODUCCIÓN A LA LECTIO DIVINA

P. Angel Antonio Recinos Lemus

Para uso interno de la Parroquia Santiago Apóstol

Mataquescuintla, Diócesis de Jalapa. Agosto 2014.

La Iglesia "recomienda insistentemente a todos sus fieles... la lectura asidua de la Escritura para que adquieran 'la ciencia suprema de Jesucristo' (Flp 3, 8)... Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues 'a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras' (San Ambrosio, off. 1, 88)" (DV 25).

Catecismo de la Iglesia Católica 2653

Introducción a la Lectio Divina

Contenido

¿Qué es la Lectio Divina?

Pasos de la Lectio Divina

1. Preparación La Palabra esperada.

2. Lectura La Palabra escuchada.

3. Meditación La Palabra comprendida.

4. Oración Mi palabra responde a la Palabra.

5. Contemplación La Palabra encarnada. Epifanía.

6. Acción La Palabra en acción.

¿Qué es la Lectio Divina?

La lectura orante de la Biblia o Lectio Divina es una lectura, individual o comunitaria, de un pasaje bíblico, recibido como Palabra de Dios, que se desarrolla bajo la moción del Espíritu en meditación, oración y contemplación. Es el Espíritu Santo quien hace de guía en la lectura. El Padre envía el Espíritu y enseña todas las cosas y recuerda todo lo que el Hijo ha dicho (ver Jn 14,26). Jesús quiere abrir nuestra inteligencia para que comprendamos las Escrituras (Lc 24,45), Él nos da su Espíritu. Nosotros ofrecemos un oído y un corazón atentos a su Palabra.

La lectio divina es el ejercicio de un corazón dispuesto para el encuentro con Dios a través de la Palabra. Es un ejercicio de lectura y de oración. La Lectio es el proceso por medio del cual la Escritura pasa de la letra al Espíritu que da vida (ver 2 Cor 3,6).

• Lectio divina quiere decir lectura divina. Otros traducen lectura orante. Indica la práctica de la lectura de la Biblia, que los cristianos hacen para alimentar su fe, su esperanza, su amor y su compromiso.

• La LECTIO DIVINA es la lectura creyente y orante de la palabra de Dios, hecha a partir de la fe en Jesús, que dijo: El Espíritu les recordará todo lo que les dije y los introducirá en la verdad plena (Jn 14,26; 16,13).

• La expresión LECTIO DIVINA procede de Orígenes: es absolutamente necesario orar para comprender las cosas divinas.

• En torno a la palabra de Dios escuchada, meditada y rezada surgió y se organizó la vida monástica del desierto. Las reglas monásticas de Pacomio, Agustín, Basilio y Benito hacen de la lectura de la Biblia, del trabajo manual y de la liturgia la triple base de la vida religiosa.

La sistematización de la LECTIO DIVINA en cuatro gradas se realizó en el siglo XII. Hacia el 1150, Guigo, un monje cartujo, escribió un librito llamado La Escalera de los Monjes:

La lectura es el estudio asiduo de las Escrituras, hecho con espíritu atento. La meditación es una diligente actividad de la mente que, con ayuda de la propia razón, busca el conocimiento de la verdad oculta. La oración es el impulso fervoroso del corazón hacia Dios, pidiéndole que aparte los males y conceda las cosas buenas. La contemplación es una elevación de la mente sobre sí misma que suspendida en Dios, saborea las alegrías de la dulzura eterna.

• Guigo:

Resolvimos compartir con ustedes algunas de nuestras reflexiones sobre la vida espiritual. Pues ustedes conocen esta vida por experiencia, mientras que nosotros la conocemos más por el estudio teórico. Así, ustedes podrán ser jueces y correctores de nuestras consideraciones.

• Mediante la LECTIO DIVINA procuramos alcanzar lo que dice la Biblia: La palabra de Dios está muy cerca de ti: en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica (Dt 30,14). En la boca, por la lectura; en el corazón, por la meditación y la oración; en la práctica, por la contemplación.

• El objetivo de la LECTIO DIVINA es el mismo de la Biblia: Comunicar la sabiduría que lleva a la salvación por la fe en Jesucristo (2 Tim 3,15); instruir, refutar, corregir, formar en la justicia y, así, preparar al hombre de Dios para toda obra buena (2 Tim 3,16-17); proporcionar perseverancia, consuelo y esperanza (Rom 15,4); ayudarnos a aprender de los errores de los antepasados (cf. 1 Cor 10,6-10).

• La LECTIO DIVINA supone algunos principios, siempre presentes en la lectura cristiana de la Biblia:

• La unidad de la Escritura. La Biblia tiene una gran unidad, donde cada libro, cada frase, tiene su lugar y función para revelarnos el proyecto de Dios. Sus diversas partes son como ladrillos de una pared inmensa: juntos forman el dibujo del proyecto de Dios. El principio de la unidad de la Escritura prohibe aislar los textos, arrancarlos de su contexto y repetirlos como verdades aisladas y absolutas. Un ladrillo solo no hace la pared. Un solo trazo no hace el dibujo. La Biblia no es un camión de ladrillos, sino una casa donde se puede vivir.

• La actualidad o encarnación de la palabra de Dios. La Biblia es el reflejo de aquello que nosotros mismos estamos viviendo, es el espejo de lo que nos pasa en la vida y en el corazón de todos. La Biblia se encarna en el pasado y también en el hoy para poder estar con nosotros y ayudarnos a enfrentar los problemas y a realizar las esperanzas: Ojalá oyésemos hoy su voz (Sal 95,7).

• La fe en Jesucristo, vivo en la comunidad. Jesús es la clave de lectura que hacemos. La lectura hecha en comunidad hace que la Biblia, tradición y vida formen una unidad viva.

• La LECTIO DIVINA tuvo un principio sencillo:

a) leer y releer hasta conocer bien lo que está escrito;

b) repetir de memoria, en voz alta, lo que fue leído y comprendido, y rumiarlo hasta que de la boca y la cabeza pase al corazón y entre en el ritmo de la propia vida;

c) responder a Dios en la oración y pedir que nos ayude a practicar lo que su palabra nos pide;

d) el resultado es una nueva luz en los ojos que permite saborear la palabra y observar el mundo de manera nueva. Con esa luz en los ojos, se comienza, nuevamente, a leer, a repetir, a responder a Dios, y así sucesivamente… Un proceso que no termina nunca, retorna siempre, pero nunca se repite tal cual.

Hay tres preguntas sencillas y claves que orientan el proceso de la Palabra que inicialmente es oída, luego apropiada y finalmente se expresa nuevamente:

¿Qué dice el texto?

¿Qué me (nos) dice el texto?

¿Qué me (nos) hace decir el texto?

La Palabra de Dios Mi propia palabra

La lectura es el estudio atento de la Escritura hecho con un espíritu totalmente orientado a su comprensión.

La meditación es una operación de la inteligencia, que se concentra con la ayuda de la razón en la investigación de las verdades escondidas.

La oración es volver con fervor el propio corazón a Dios para evitar el mal y llegar al bien.

La contemplación es una elevación del alma que se levanta por encima de sí misma hacia Dios, saboreando los gozos de la eterna dulzura.

La lectura lleva alimento sólido a la boca, la meditación lo parte y lo mastica, la oración lo saborea, la contemplación es la misma dulzura que da gozo y recrea.

PASOS DE LA LECTIO DIVINA

1. STATIO(Preparación) La Palabra esperada.

Estoy a la espera. Me pongo a la escucha. Disposición interior. Silencio.

Para poder escuchar a otro, primero hay que bajar el tono de la voz, hacer silencio, concentrarse, callar el ruido de tantas voces que nos invaden para captar el dulce silbido del Espíritu en la Palabra de Dios. Esto a veces es difícil en aquellos días en que tenemos muchos compromisos o tenemos algún problema o estamos cansados o venimos de alguna actividad agitada.

Como en la parábola de la semilla se necesita un terreno preparado: las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias ahogan la Palabra,, y ésta queda sin fruto (Mc 4,19). El Señor nos invita como lo hizo con Marta: Marta, Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas, cuando una sola es necesaria (Lc 10, 41s).

 Entra en tu cuarto. Busca el silencio, la soledad.

 Delimita tu tiempo. No muestres las mezquindad de tus afanes, sé generoso porque tu tiempo es de Dios.

 Ayúdate de algo. Una imagen, una vela, una cruz, o música. Es apenas una ayuda.

 Interroga tu corazón. Cómo estás ahora y a qué estás dispuesto. Entra en oración con tu propia realidad, con todo lo que eres. Acuérdate de tu pueblo, por amor a él buscas al Señor.

 Suplica. Dame un corazón que sepa escuchar para discernir (ver 1 Reyes 3,9).

Invocación del Espíritu. El Espíritu Santo nos conduce a la verdad completa (ver Jn 16,13); la letra mata pero el Espíritu da vida (2 Cor 3,6). Lo importante es llegar a ser biblias vivientes: Ustedes son una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones (2 Cor 3,3)

2. LECTIO (Lectura) La Palabra escuchada.

Leo el texto con

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