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LA IGLESIA CRISTIANA CATÓLICA HA LLEGADO A UNA ERA DIGITAL


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  2.473 Palabras (10 Páginas)  •  391 Visitas

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LA IGLESIA CRISTIANA CATÓLICA HA LLEGADO A UNA ERA DIGITAL”

YESID LOZANO ALVARADO

LIC. FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN RELIGIOSA Y MORAL

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE

El último mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales : “El sacerdote la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra” nos ha lanzado en medio de un mundo nuevo, o por lo menos a una cultura que hasta hace poco aún se perfilaba como tal. Los medios de comunicación han generado un hombre con una forma de ser y de actuar muy concreta. Y es precisamente a este hombre al que deben ir dirigidos los esfuerzos de la evangelización.

Algo nuevo, pero también algo que ya se sabía desde hace más de 45 años. El Concilio Vaticano II abrió precisamente las puertas para entender y evangelizar la nueva cultura que estaba surgiendo a mediados del siglo pasado. No eran los cambios los que generarían una cultura nueva, sino la velocidad con la que tales cambios estaban influenciando el modo de ser y de vivir del hombre. Providencialmente el Concilio Vaticano II pretendía abrir nuevos horizontes a la evangelización.

“La Iglesia católica, fundada por Cristo el Señor para llevar la salvación a todos los hombres y, en consecuencia, urgida por la necesidad de evangelizar, considera que forma parte de su misión predicar el mensaje de salvación, con la ayuda, también, de los medios de comunicación social, y enseñar a los hombres su recto uso.” Es por tanto la salvación de los hombres el primer requisito, la primera condición en la utilización de los medios de comunicación.

El uso de los medios de comunicación a los que nos invita El Papa Benedicto XVI, no se trata de una cuestión de moda, o de quedarnos desfasados. Se trata más bien de la expresión de un impulso evangelizador que debe mover a todos los cristianos en el piso jerárquico que se encuentre, y en especial a los consagrados a buscar los medios más adecuados para lograr que la Palabra llegue a todos los sitios.

Es por tanto necesario que las congregaciones religiosas que quieran poner en práctica los consejos que el Magisterio de la Iglesia ha dado a lo largo de estos 45 años sobre el uso de los medios de comunicación hagan una revisión, en primer lugar, no tanto del uso que han hecho o que pueden hacer de los medios de comunicación que la técnica pone a su servicio, sino del empuje evangelizador que tienen en la congregación.

Sin un fuerte impulso evangelizador, el uso de los medios de comunicación social corre el peligro de convertirse en un arma letal para la vivencia del espíritu de la vida consagrada. Según menciona el Papa Benedicto XVI: “El sacerdote podrá dar a conocer la vida de la Iglesia mediante estos modernos medios de comunicación, y ayudar a las personas de hoy a descubrir el rostro de Cristo. Para ello, ha de unir el uso oportuno y competente de tales medios adquiridos también en el período de formación con una sólida preparación teológica y una honda espiritualidad sacerdotal, alimentada por su constante diálogo con el Señor.

En el contacto con el mundo digital, el presbítero debe trasparentar, más que la mano de un simple usuario de los medios, su corazón de consagrado que da alma no sólo al compromiso pastoral que le es propio, sino al continuo flujo comunicativo de la «red».” No basta por tanto ser un experto en el uso de los medios de comunicación, sino que, antes que nada, ser un experto en la vida de Dios, esto es, un experto en la vivencia de la propia espiritualidad y en el diálogo con el Señor.

El evangelizar la cultura mediática requiere antes que nada estar evangelizado y sentir como propias las necesidades de todos aquellos que navegan por la red del mundo del internet y todas sus esferas. La evangelización de los medios de la cultura digital parte de un conocimiento adecuado de esta cultura. No es lo mismo dialogar en la red que dialogar cara a cara. No es lo mismo un mensaje impersonal que un gesto no verbal transmitido a través de una sonrisa, un asentimiento del rostro, una señal de asombro en las cejas. Quien quiera evangelizar el mundo de la red debe ser consciente que se verá inmerso en una nueva cultura muy distinta a la cultura del mundo real. El estudio del fenómeno mediático de la era digital deberá ser parte de su preparación antes de lanzarse a la evangelización de este medio.

No se debe olvidar tampoco el peligro de las adicciones que pueden darse en el uso de estos medios, especialmente del Internet. Una fuga de la vida de comunidad con el pretexto de no descuidar los contactos que se han hecho en la red respondiendo mensajes a horas en las que la comunidad se reúne para rezar, para comer o para convivir en fraternidad, puede llevar a deterioros en la vocación que pueden ser irreversibles o causar daños y heridas muy difíciles de curar. El tener el uso de estos medios como algo exclusivo, casi de propiedad privada en dónde nadie tiene derecho a inmiscuirse es otro digno de una adicción que puede relativizar la vida de una persona llámese quien se llame sacerdotes o laicos y hacerle olvidar realmente su identidad personal.

Por ello, quien se dedique a la evangelización de estos medios tendrá que ser no sólo una experta en el manejo de estos medios, sino una persona que viva una fuerte vida espiritual, con una clara conciencia de su consagración y unas sanas relaciones interpersonales en la comunidad.

«La historia de la salvación narra y documenta la comunicación de Dios con el hombre, comunicación que utiliza todas las formas y modalidades del comunicar.

El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios para acoger la revelación divina y para entablar un diálogo de amor con Él»

Desde esta perspectiva, señala el Papa Benedicto XVI, «los medios de comunicación social se revelan como una oportunidad providencial para llegar a los hombres en cualquier latitud, superando las barreras de tiempo, de espacio y de lengua, formulando en las más diversas modalidades los contenidos de la fe y ofreciendo a quien busca lugares seguros que permitan entrar en diálogo con el misterio de Dios revelado plenamente en Cristo Jesús»

«La comunicación penetra las dimensiones esenciales de la Iglesia, llamada a anunciar a todos el gozoso mensaje de la salvación. Por esto, ella asume las oportunidades ofrecidas por los instrumentos de la comunicación social como caminos ofrecidos providencialmente por Dios en nuestros días para acrecentar la comunión y hacer

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