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LA RECREACION(HELENA G. WHITE)


Enviado por   •  9 de Enero de 2014  •  2.620 Palabras (11 Páginas)  •  414 Visitas

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SECCIÓN IX La Recreación

"Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús". 305

43. COMO LUCES EN EL MUNDO

Es el propósito de Dios manifestar por su pueblo los principios del reino. A fin de que en su vida y carácter se revelen estos principios, él desea separarlos de las costumbres, hábitos y prácticas del mundo. Procura acercarlos más a sí, a fin de hacerles conocer su voluntad. Su propósito hacia su pueblo de hoy es el mismo que tuvo para con Israel cuando lo sacó de Egipto. Contemplando la bondad, la misericordia y el amor de Dios revelados en su iglesia, el mundo ha de tener una representación de su carácter. Cuando la ley de Dios quede así ejemplificada en la vida, el mundo mismo reconocerá la superioridad de los que aman, temen y sirven a Dios, con respecto a cualquier otro pueblo del mundo.

Los adventistas del séptimo día, por sobre todos los pueblos, deben ser modelos de piedad, santos en su corazón y conversación. A ellos han sido confiadas las verdades más solemnes que se hayan dado alguna vez a los mortales. Toda dotación de gracia, poder y eficiencia ha sido provista liberalmente. Ellos esperan el pronto regreso de Cristo en las nubes de los cielos. El que den al mundo la impresión de que su fe no es una fuerza dominante en sus vidas, deshonra grandemente al Señor.

Debido al creciente poder de las tentaciones de Satanás, los tiempos en los cuales vivimos están llenos de peligros para los hijos de Dios, y necesitamos aprender constantemente del gran Maestro, a fin de que podamos dar todo paso con seguridad y justicia. Nos esperan escenas maravillosas; y en este tiempo debe manifestarse en la vida del 306 profeso pueblo de Dios un testimonio vivo, a fin de que el mundo pueda ver que en estos tiempos en que el mal reina por todos lados, hay todavía un pueblo que pone a un lado su voluntad y procura hacer la de Dios, un pueblo en cuyo corazón y vida está escrita la ley divina.

Representantes de Cristo

Dios espera de los que llevan el nombre de Cristo, que lo representen. Sus pensamientos han de ser puros, sus palabras nobles y elevadoras. La religión de Cristo se ha de entretejer con todo lo que hagan y digan. Han de ser un pueblo santificado, purificado, santo, que comunique la luz a todos aquellos con quienes lleguen a tratar. Es propósito de Dios, que ejemplificando la verdad en sus vidas, sean una alabanza en la tierra. La gracia de Cristo basta para producir esto. Pero recuerde el pueblo de Dios, que únicamente en la medida en que crea y ponga por obra los principios del Evangelio, podrá cumplir su propósito. Únicamente en la medida en que entregue al servicio de Dios las capacidades que él le ha dado, gozará de la plenitud y del poder de la promesa en la cual la iglesia ha sido invitada a confiar.

Antes que Cristo entrase en su conflicto final con las potestades de las tinieblas, levantó los ojos al cielo y oró por sus discípulos. Dijo: "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (Juan 17: 15-17).

Los seguidores de Cristo han de estar separados del mundo en sus principios e intereses; pero no deben aislarse del mundo. El Salvador trataba constantemente con los hombres, no para alentarlos en cosa alguna que no estuviese de acuerdo con la voluntad de Dios, sino para elevarlos y ennoblecerlos. "Me santifico... -declaró- para que también ellos sean santificados" ( Juan 17: 19). Así también el cristiano ha de morar entre los hombres, a fin 307 de que el sabor del amor divino pueda ser como la sal para preservar el mundo de la corrupción.

Fuerza en la oración

Asediado diariamente por la tentación, constantemente frente a la oposición de los dirigentes del pueblo, Cristo sabía que debía fortalecer su humanidad por la oración.

A fin de ser una bendición para los hombres, debía estar en comunión con Dios, rogando por energía, perseverancia y firmeza. Así demostró a sus discípulos dónde se hallaba su fuerza. Sin esta comunión diaria con Dios, ningún ser humano puede recibir poder para servir. Cristo solo puede dirigir correctamente los pensamientos. Él solo puede dar nobles aspiraciones y amoldar el carácter de acuerdo con la semejanza divina. Si nos acercamos a él en oración ferviente, llenará nuestro corazón de propósitos elevados y santos, y con hondos anhelos de pureza y justicia. Los peligros que se acumulan en derredor nuestro, exigen que los que tienen experiencia en las cosas de Dios ejerzan vigilante supervisión. Los que anden humildemente delante de Dios, desconfiando de su propia sabiduría, comprenderán su peligro y conocerán el cuidado custodio de Dios.

Lo que mucho necesitamos es el poder de una vida más elevada, más pura y más noble. El mundo está observando para ver qué frutos llevan los que profesan ser cristianos. Tiene derecho a esperar abnegación y sacrificio de los que creen en la verdad avanzada. Está observando, listo para criticar aguda y severamente nuestras palabras y acciones. Cada persona que desempeñe una parte en la obra de Dios, es pesada en las balanzas del discernimiento humano. En la mente de todos aquellos con quienes debemos tratar, se están haciendo constantemente impresiones favorables o no de la religión de la Biblia.

Y Dios y los ángeles están observando. Él desea que sus hijos demuestren por su vida la ventaja que sobre la 308 mundanalidad tiene el cristianismo; que demuestren que están trabajando en un plano elevado y santo. Él anhela verlos manifestar que la verdad recibida los ha hechos hijos del Rey celestial. Anhela hacerlos conductos por los cuales pueda derramar su ilimitado amor y misericordia.

Cristo está aguardando con deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo se reproduzca perfectamente en su pueblo, entonces vendrá a buscar a los suyos. Es un privilegio de todo cristiano, no solamente esperar la venida de nuestro Señor, sino también apresurarla. Si todos los que profesan su nombre estuviesen llevando frutos para su gloria, ¡cuán prestamente se sembrarían en todo el mundo las semillas del Evangelio! ¡Con cuánta presteza maduraría la última gran mies, y vendría Cristo! 309

44. DIVERSIONES PELIGROSAS PARA LOS JÓVENES

EL DESEO de excitación y agradable entretenimiento es una tentación y una trampa para el pueblo de Dios y especialmente para los jóvenes. Satanás está preparando constantemente seducciones que distraigan las mentes de la obra solemne de preparación que

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