La Fe Católica
andres_933 de Noviembre de 2014
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LA FE CATÓLICA
Para poder entender la Fe católica, primero debemos estudiar y entender sus elementos y principios;
ELEMENTOS DE LA FE CATOLICA
I- MANDAMIENTOS;
1- Amarás a Dios sobre todas las cosas
2- No tomarás el nombre de Dios en vano
3- Santificarás el día del Señor
4- Honrarás a tu padre y a tu madre
5- No matarás
6- No cometerás actos impuros
7- No robarás de relación con el prójimo y de acción.
8- No levantarás falsos testimonios ni mentirás
9- No consentirás pensamientos ni deseos impuros
10-No codiciarás los bienes ajenos
DE PENSAMIENTOS Y DESEOS.
II- SACRAMENTOS;
SIGNOS SAGRADOS POR MEDIO DE LOS CUALES JESÚS NOS DA SU ESPÍRITU SANTO Y NOS HACE SANTOS Y AGRADABLES A ÉL POR LA GRACIA.
a) EL BAUTISMO, Celebración de la vida
b) LA CONFIRMACIÓN, Responsabilidad y fortaleza ( DONES EN SU PLENITUD)
c) LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA, Unión y transformación( EMPIEZAS A RECIBIR EL CUERPO DE CRISTO).
d) LA PENITENCIA, Celebración de la reconciliación
g) LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS, Consuelo y ternura
e) EL MATRIMONIO, Bendición para la vida en común
f) EL ORDEN SACERDOTAL, Vida sacerdotal
SON DE INICIACIÓN
DE CURACIÓN
DE SERVICIO.
III- OBRAS DE MISERICORDIA (CORPORALES Y ESPIRITUALES)
OBRAS ESPIRITUALES:
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Consolar al triste.
5. Perdonar las injurias.
6. Soportar los defectos del prójimo.
7. Rezar por los vivos y los muertos.
OBRAS CORPORALES:
1. Dar de comer al hambriento.
2. Dar de beber al sediento.
3. Vestir al desnudo.
4. Recibir al peregrino.
5. Libertar al cautivo.
6. Visitar enfermos y presos.
7. Enterrar a los muertos.
IV- BIENAVENTURANZAS;
Las solemnes bienaventuranzas que marcan el inicio del Sermón de la Montaña, el primero de los sermones de Nuestro Señor en el Evangelio de San Mateo (5, 3-10). Cuatro de ellas reaparecen en una forma ligeramente diferente en el Evangelio de San Lucas (6, 22), de igual modo al comienzo de un sermón, y que discurren paralelamente a Mateo, 5-7, si no a otra versión del mismo.
Y aquí se ilustran con la oposición de las cuatro maldiciones (24-26). El relato más completo y el lugar más destacado que se da a las Bienaventuranzas en San Mateo están bastante de acuerdo con el alcance y la tendencia del Primer Evangelio, en el que el carácter espiritual del reino mesiánico, la idea suprema de las Bienaventuranzas es continuamente destacado, en agudo contraste con los prejuicios judíos. La peculiarísima forma en la que Nuestro Señor manifestó sus bienaventuranzas las convierte, quizás, en el único ejemplo de sus dichos que puede ser calificado de poético al ser inequívocamente claro el paralelismo de pensamiento y expresión, que es la característica más notable de la poesía bíblica.
EL TEXTO DE SAN MATEO DICE LO SIGUIENTE:
1) Bienaventurados los pobres de espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. (Versículo 3)
2) Bienaventurados los mansos: porque ellos poseerán la tierra. (Versículo 4)
3) Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán consolados. (Versículo 5)
4) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados (Versículo 6)
5) Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos obtendrán misericordia. (Versículo 7)
6) Bienaventurados los limpios de corazón: porque ellos verán a Dios. (Versículo 8)
7) Bienaventurados los pacíficos: porque ellos serán llamados hijos de Dios. (Versículo 9)
8) Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
(Versículo 10)
V- MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la Santa Madre Iglesia son cinco:
- El primer mandamiento (oír misa entera los domingos y fiestas de precepto) exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.
- El segundo mandamiento (confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.
- El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección( obligación.) garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.
- El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia, abstinencia todos los viernes del año) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.
- El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia. (diezmo son dos días de tu salario anual.)
VI- VIRTUDES TEOLOGALES Y CARDINALES
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien.
Hay dos clases de virtudes: las virtudes teologales y las virtudes humanas o morales.
Las Virtudes Teologales, “SON DONES QUE DIOS NOS DA!!!
1. FE.- La fe es la virtud teologal por la cual creemos en Dios, en todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos enseña como objeto de fe -
2. ESPERANZA.- La esperanza es la virtud teologal por la cual deseamos y esperamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna y las gracias para merecerla, porque Dios nos lo ha prometido.
3. CARIDAD.- La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios, con el amor filial y fraterno que Cristo nos ha mandado.
Las Virtudes Cardinales, “todos tenemos la capacidad de ejercer!!!
Virtud es una propensión, facilidad y prontitud para conocer y obrar el bien. Se llaman cardinales las que son el principio y el fundamento de las demás virtudes.
LAS CUATRO VIRTUDES CARDINALES SON:
1. PRUDENCIA.- Nos hace conocer y practicar los medios mas conducentes para obrar el bien.
2. JUSTICIA.- Hace que demos a cada uno lo suyo y lo que le corresponde.
3. FORTALEZA.- Nos da valor para amar y servir a Dios con fidelidad.
4. TEMPLANZA.- Hace que frenemos las pasiones bajas.
VII- CREDO NORMAL:
1.- Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
2.- Creo en un Solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fué hecho;
que por nosotros los hombres, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de maría la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fué sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
3.- Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
4.- Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
5.- Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
6.- Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
LA SEGUNDA VENIDA ES LA PARUSÍA
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
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