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La Paz Informe


Enviado por   •  6 de Octubre de 2014  •  2.050 Palabras (9 Páginas)  •  323 Visitas

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Índice

Introducción 2

La Paz y no el odio 3

Evitar la guerra 4

Como es la paz que Jesús nos dejo 5

Como disfrutar de la paz 6

Elementos para una doctrina justa para la paz 7

Disfrutar la paz 8

Bibliografía 9

Introducción

El siguiente informe habla sobre la paz, como la paz puede ayudarnos en nuestras vidas.

La paz es un valor muy importante para nuestras vidas y en nuestras sociedades, gracias a la paz nosotros podemos mantener el orden en nuestras vidas, en todos los aspectos ya sea en relación con las personas que nosotros conocemos.

Para qué haiga paz, es importante conocer otros valores como el respeto, la honestidad, la tolerancia, también es importante saber cómo tratar a las demás personas, tratar de mantener un orden en todo lo que hacemos, no juzgar a las personas para no generar conflictos.

Para qué haiga paz es necesario poner nuestro enojo a un lado, tratar de resolver las diferencias que tenemos con las demás personas, por lo tanta hay que ser respetuosos y ser solidarios con las demás personas para así poder generar un vínculo con esas personas.

La Paz significa justicia social, igualdad, bienestar, relaciones justas, cooperación, tranquilidad interior… Es un concepto que nos lleva a florecer, a afrontar y resolver conflictos de una manera no violenta. La finalidad consiste en conseguir una armonía de la persona en sí misma, con los demás y con la naturaleza.

En otras palabras, la paz significa sana convivencia.

“Cada uno de nosotros necesita paz en su vida. Hemos probado muchas cosas en este mundo, pero hay una a la que nunca le hemos dado una oportunidad: la paz. La paz que buscamos está dentro. Está en el corazón esperando a que la sintamos, y yo puedo ayudar a las personas a descubrirla. No es el mundo el que necesita paz, sino la gente. Cuando las personas de este mundo estén en paz en su interior, el mundo estará en paz."

La Paz y no el odio

Recordando el precepto: “No matarás” (Mt 5, 21), nuestro Señor pide la paz del corazón y denuncia la inmoralidad de la cólera homicida y del odio:

La ira es un deseo de venganza. “Desear la venganza para el mal de aquel a quien es preciso castigar, es ilícito”; pero es loable imponer una reparación “para la corrección de los vicios y el mantenimiento de la justicia” .

El odio a otra persona es pecado cuando se desea un mal. El odio a las demás personas es un pecado cuando se quiere herirlas o hacerles un daño, nosotros tenemos que fomentar el respeto a las demás personas, tener estimación a las demás personas.

El respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz. La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra, sin la guardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, ’’ el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. Es la “tranquilidad del orden” .

“2305 La paz terrenal es imagen y fruto de la paz de Cristo, el “Príncipe de la paz” mesiánica. Por la sangre de su cruz, “dio muerte al odio en su carne” (biblia, La biblia), reconcilió con Dios a los hombres e hizo de su Iglesia el sacramento de la unidad del género humano y de su unión con Dios. Los que renuncian a la acción violenta y sangrienta y recurren para la defensa de los derechos del hombre a medios que están al alcance de los más débiles, dan testimonio de caridad evangélica, siempre que esto se haga sin lesionar los derechos y obligaciones de los otros hombres y de las sociedades. Atestiguan legítimamente la gravedad de los riesgos físicos y morales del recurso a la violencia con sus ruinas y sus muertes’’

Evitar la guerra

El quinto mandamiento condena la destrucción voluntaria de la vida humana. A causa de los males y de las injusticias que ocasiona toda guerra, la Iglesia insta constantemente a todos a orar y actuar para que la Bondad divina nos libre de la antigua servidumbre de la guerra. (II, Enciclicas)

Sin embargo, “mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa”.

2309 Se han de considerar con rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:

— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.

— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.

— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.

— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

Como es la paz que Jesús nos dejo

La paz que Jesús ofrece es una paz espacial, no es la paz que el mundo nos da. El mundo ofrece un cierto sentimiento de paz el cual opera cuando todas las cosas en la vida ocurren como uno espera. Sin embargo cuando las cosas no ocurren como uno quiere esta paz es mundana, se esfuma rápidamente. (Meyer, 1998)

La paz de Jesús opera en los buenos y en los malos tiempos, cuando uno tiene abundancia o cuando está en abatimiento, esta paz permanece firme en medio de la tormenta.

Sería maravilloso si todas las cosas ocurrieran tal como uno los desea, pero las cosas no ocurren así.

Como creyentes hay que tratar de utilizar la

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