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La Virtud De La Fe


Enviado por   •  3 de Mayo de 2013  •  2.347 Palabras (10 Páginas)  •  610 Visitas

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La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma.

La palabra fe proviene del latín fides, que significa creer. Fe es aceptar la palabra de otro, entendiéndola y confiando que es honesto y por lo tanto que su palabra es veraz. El motivo básico de toda fe es la autoridad (el derecho de ser creído) de aquel a quien se cree.

Se trata de fe divina cuando es Dios a quien se cree. Se trata de fe humana cuando se cree a un ser humano. A Dios le debemos fe absoluta porque Él tiene absoluto conocimiento y es absolutamente veraz. La fe, más que creer en algo que no vemos es creer en alguien que nos ha hablado. La fe divina es una virtud teologal y procede de un don de Dios que nos capacita para reconocer que es Dios quien habla y enseña en las Sagradas Escrituras y en la Iglesia. Quien tiene fe sabe que por encima de toda duda y preocupaciones de este mundo las enseñanzas de la fe son las enseñanzas de Dios y por lo tanto son ciertas y buenas.

La fe personal en Jesucristo es la aceptación de su propio testimonio hasta la adhesión y la entrega total a su divina Persona. La Iglesia Católica enseña infaliblemente que la fe es esencialmente un asentimiento sobrenatural del entendimiento a las verdades reveladas por Dios; pero la fe no sólo es aceptar una verdad con el entendimiento, sino también con el corazón. Es el compromiso de nuestra propia persona con la persona de Cristo en una relación de intimidad que lleva consigo exigencias a las que jamás ideología alguna será capaz de llevar. Para que se dé fe auténtica y madura hay que pasar del frío concepto al calor de la amistad y del decidido compromiso. Por eso una fe así en Jesucristo es la que da fuerza y eficacia a una vida cristiana plenamente renovada, como la que quiere promover el Concilio Vaticano II.

Porque creo en Cristo, me fío de su palabra. Acepto a Cristo como norma suprema, y todo lo valoro como lo valora Él. Los hechos son la expresión del nivel de fe de una persona. No hay posible aceptación del programa de Jesús si no es mediante el lenguaje de los hechos. Seguir a Jesús quiere decir escuchar sus palabras, asimilar sus actitudes, comportarse como Él, identificarse plenamente con Él. Los que siguen a Jesús de verdad quieren parecerse a Él, se esfuerzan en pensar como Él, haciendo las cosas que le gustan a Él. Desean obrar bien, ayudar a los demás, perdonar, ser generosos y amar a todos. Tener fe lleva consigo un estilo de vida, un modo de ser.

La fe es esencialmente la respuesta de la persona humana al Dios personal, y por lo tanto el encuentro de dos personas. El hombre queda en ella totalmente comprometido. La transmisión de la fe se verifica por el testimonio. Un cristiano da testimonio en la medida en que se entrega totalmente a Dios y a su obra. El que no tiene fe no entiende al que la tiene, y sabe estimar los valores eternos. Es como hablarle a un ciego de colores.

Enseñanza bíblica sobre la fe

En su sentido bíblico la fe puede describirse como la plena adhesión del intelecto y de la voluntad a la palabra de Dios. Las dos facetas del verdadero creyente son: confianza en la persona que revela, y adhesión del intelecto a sus signos o palabras. En la literatura sapiencial la fe aparece necesaria e indispensable; la verdadera sabiduría incluye la fe. Las facultades intelectuales del hombre están encauzadas en una búsqueda de Dios.

En los Evangelios, la fe se desenvuelve con la revelación del Reino de Dios, cuyo fundamento es Jesús mismo. Este revela la doctrina de su Reino como quien tiene autoridad ( Mc 1,v.22;) y sus milagros la confirman. Sin embargo, Cristo deja claro que hace falta la gracia del Padre para tener esta fe en Él (Mt 11,v.27.) “. Esa gracia y correspondencia de la fe en Jesús, como Mesías, se refleja perfectamente en la confesión de San Pedro (Mt 16,v.16-18) “Pedro contestó: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.» Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer”. La fe del centurión está considerada por el mismo Jesús como maravillosa (Mt 8,v.10; Lc 7,v.1-10), " El modelo de la fe es la Virgen María: ella cree enseguida y deja obrar a Dios, según su palabra; Isabel le dirá "Dichosa la que ha creído en la palabra de su Señor" (Lc 1,v.45). Si la Encarnación fue el comienzo, el hecho central y raíz de la fe evangélica es la Resurrección de Cristo, que inspirará toda la presentación de Jesús en otros escritos neotestamentarios (Hechos, Epístolas, Apocalipsis).

El libro de los Hechos proclama aquella realidad de Cristo resucitado, tanto con obras como con palabras. En el discurso de San Pedro se manifiesta ese valor testimonial de la fe “Nosotros somos testigos de esto, y lo es también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen Act 5,v.32”. En repetidas ocasiones los Apóstoles aparecen como mártires, testigos apoyados en la verdad de Cristo y su Espíritu (Hec. 13,v 31). La fe que proponen a judíos y gentiles se confirma con signos y milagros (Hec. 2,v.22;), entre los cuales se nota en primer plano la curación de un cojo por Pedro "en nombre de Jesucristo Nazareno" (Hec. 3,v.6 ) . La fe en Jesús lleva a una transformación de la vida y una comunión entre creyentes, viviendo juntos y compartiendo todo (Hec. 2,v.44). En la epístola a los Hebreos (cap. 11) se da lo que podemos llamar una definición de la fe, junto con una interpretación de cómo la vivían los protagonistas del Antiguo Testamento. "La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de las cosas que no se ven" (Heb. 11,v.1). En este sentido la fe es lo que está debajo de toda nuestra esperanza; se refiere fundamentalmente a lo que no se posee, pero que se espera. Siendo el principio de nuestra esperanza, nos capacita para saber que el mundo ha sido creado por la Palabra de Dios ( Heb. 11,v.3) y que Dios remunera a quienes le buscan ( Heb.11,v.6 )

La fe, fundamento de la vida cristiana

Desde el comienzo de su ministerio, Jesús pedirá a sus oyentes creer en la Buena Nueva (Mc 1,v.15) y presenta siempre la fe como condición indispensable para entrar en el reino de los cielos. Ya se trate de la curación corporal (Mt 9,v.22; Mc 10,v.52; Io 11,v.25-27, etc.), ya se trate de los milagros que Cristo realiza (cfr. Mt 13,v.28), la fe es la que todo lo obtiene. Por eso, los Apóstoles ponen esta condición: "cree en el Señor y serás salvo" (Act 16,v.31).

La fe divide a los

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