La afiliación religiosa católica del Ecuador inculca la idea de que el hombre tiene que tener como prioridad el trabajo y la mujer la familia, limitándose a permanecer en la esfera privada.

Tema:

La afiliación religiosa católica del Ecuador  inculca la idea de que el hombre tiene que tener como prioridad el trabajo y la mujer la familia, limitándose a permanecer en la esfera privada.

Problemática:

“Cuando se formó la República de Ecuador (1830), la ciudadanía a la que se remitía el Estado tuvo como contrapartida, de manera permanente, lo no-ciudadano ya que solo incluyó a los varones blanco-mestizos, alfabetos, en ciertos momentos propietarios y excluyó a las mujeres al igual que a indígenas, afroamericanos y otros sectores sociales subalternos, aunque no de la misma forma.”(Coronel, V, Prieto, M, 2010). Desde este momento se puede presenciar cómo la mujer dentro del estado Ecuatoriano no era considerada parte de la ciudadanía, ya que la mujer estaba relacionada únicamente con la esfera familiar, esto se dio a cabo a partir de la creación de la primera constitución Ecuatoriana, en la cual sus bases constitucionales estaban estrictamente formuladas a partir de ideales católicos. Por otro lado, el hombre sí era considerado como miembro activo de la sociedad, donde se desvinculaban de la esfera familiar, para ser parte de la esfera laboral. Como incluso se puede ver reflejado en el artículo 12 de la primera constitución, donde se establece que el hombre para ser considerado ciudadano tiene que ejercer una profesión o una industria útil para la sociedad. Por lo que desde este momento se inculca la idea de la funcionalidad que cada persona debe cumplir, creando una diferenciación de roles, definiendo prioridades.  “La Iglesia veía la maternidad social, en vez de la biológica o a-histórica, como la base para mantener viva la religión en las familias ecuatorianas, y esto, a cambio, era una condición para la salvación de la nación”. (Coronel, V, Prieto, M, 2010). En este contexto se evidencia cómo la función materna desde un punto de vista social es el principio fundamental de las mujeres desde una perspectiva religiosa, es decir desde esta época se creó una categorización de la mujer, llevándola a la inclusión de un solo aspecto de la sociedad, alejado de la función cívica, política y por ende de cualquier ámbito laboral, por lo que se crea una internalización de la familia como prioridad. Todas estas creencias se sustentaban desde un ámbito político, debido a la vinculación entre iglesia y estado, ya que él mismo creía que esta ideología era la manera en la que se podía potenciar la funcionalidad del estado, por lo que de esta manera el estado asegura que el hombre funcione y trabaje para el bienestar, produccion y desarrollo de los elementos que lo componen. Por otro lado la religión buscaba respaldo en las mujeres a través de la transferencia de las enseñanzas y tradiciones religiosas, para así mantener su importancia y su lugar como ente político, inculcando sus doctrinas a través de las generaciones, logrando una internalización. Esto se puede sustentar en base a la ideología del Congreso Católico de señoras, quienes señalan el siguiente postulado, “No pretende que las mujeres se distingan en el campo de las Ciencias ni de la literatura. Sólo desea que la mujer estudie, lea diariamente: religión, gramática, economía doméstica, historia patria y la ciencia que dirige la mente para juzgar con rectitud (la moral) el arte del bien decir” (Acuerdos del Congreso Católico de Señoras, 1909). Es aquí donde se puede analizar la perspectiva que tenía la educación de la mujer, no solo en su desarrollo propio, sino también en el modo de la crianza de su familia. Como claramente se puede ver  en las familias actuales que mantienen esta ideología católica se ve reflejado dichos componentes e ideales al momento de la especialización de la esfera familiar. Según un estudio del INEC sobre la filiación religiosa,  el 91,95% de la población afirma tener una religión, de los cuales el 80,4% pertenece a la religión Católica, el 11,3% Evangélica, 1,29% Testigos de Jehová y el restante 6,96% pertenecen a otras religiones. Con esto se puede inferir que la mayor parte de la población tiene influencias religiosas sobre sus ideologías, las cuales vendrían a moldear y guiar su conducta definiendo su funcionalidad dentro del estado y su relación con el medio, marcando prioridades en donde para el 40,75% de los hombres es más importante el trabajo, seguido por la familia mientras que para el 46,27% de las mujeres es más importante la familia, seguido por el trabajo. La existencia de este factor social influye en el origen de ideales machistas en la diferenciación de géneros y la funcionalidad que cada uno de estos ocupa dentro de la sociedad, también este factor genera una importante influencia en la transmisión de tradiciones y cultura dentro de la familia y dentro de distintas generaciones, por lo que a través de la religión y la educación que ha aplicado a la sociedad se pone en cuestionamiento el papel de la mujer como miembro activo dentro de la sociedad.

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