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La verdad de Dios


Enviado por   •  6 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  5.262 Palabras (22 Páginas)  •  139 Visitas

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La verdad de Dios

Después de creado el paraíso y todo lo que habita ahí, Dios le deja a Adán acceder a cualquier fruto,  menos aquél del árbol del conocimiento, el de la Verdad. Respecto al fruto prohibido, no es que se trate de una manzana, interesante aquí destacar que en la cultura hebrea se trataba de comer el fruto de la sabiduría o de la locura implicaba alimentarse de una cultura que llevará a la verdadera sabiduría o a la de los espíritus llamados libres que terminarían destruyéndose.

La locura aquí hace mención, Schreber era el único que poseía un conocimiento, vivía el crepúsculo del mundo y sólo él y Dios lo sabían. Cuando escribe sus memorias lo hace esperando que la ciencia en un momento de avance pueda explicar su padecer, que pueda explicar qué le ocurre, en su relación con Dios, Schreber anuncia un saber que no es asequible a la ciencia, una verdad al que la ciencia no puede acceder, es decir, la verdad de la ciencia no es la verdad del sujeto. En esta intersección entre la locura y la verdad Freud señala que en la idea delirante se esconde un fragmento de verdad olvidada que en su retorno tuvo que consentir desfiguraciones y malentendidos, dando un lugar al olvido de la verdad, es decir, algo que en algún momento existió pero ya no está.

La biblia describe la palabra de Dios al decirle a Adán y a Eva que pueden comer todo lo que quieran de los árboles del jardín pero no comerán del árbol de la ciencia del bien y del mal. El bien y mal aquí concentrados en un símbolo que es un árbol, lo cual da lugar a una gran cuestión que incluso en la Bilia se menciona y es la creación del mal por Dios, no se da esta división que tenemos sobre todo en la tradición católica, cristiana de un cielo y un infierno, perteneciendo las maldades al infierno y a un representante como el Diablo, ahora bien, que también el mal en este punto no está considerado como algo relacionado con la moral. Podemos pensarlo también desde el Dios de Spinoza, Dios es la única esencia, todo lo demás son atributos de Dios, Dios ha creado todo, Dios está fuera del tiempo, está fuera de la cadena pero justo es lo que posibilita la cadena. Dios es conocimiento en acto, de tal manera se piensa así que todo lo que estaría l rededor sería atributo de Dios, el bien, el mal, el pecado, de esa manera, así como lo cuestiona en la Biblia, Dios habría “inventado el mal”, sin embargo es la atribución humana lo que le da un concepto moral, así como Spinoza dirá que es la invención humana la que le da el atributo de moralidad.  

El conocimiento y vida infinita pertenece así a Dios,  Descartes  confiere a Dios la infinitud y por ende lo aparta de las vías de nuestro conocimiento, es decir, podemos tener el conocimiento de algo aunque éste siempre sea relativo (evicción del origen pag 116). Sin embargo, volviendo a Spinoza, que también hablará del deseo, Dios no quiere nada.

 Y con esto se inaugura así el deseo, que la verdad sea deseo de saber y ninguna otra cosa sólo apunta evidentemente a hacernos poner en tela de juicio precisamente esto, ¿y si hubiera un verdad antes?. (Del goce planteado como un absoluto)

Sin embargo Dios lanza una sentencia “El día que coman de él, ten la seguridad de que morirás.”(Génesis pag 8).  Dios sentencia que con la consumación se introduce la muerte, es así que la vida realmente se da en este momento, en el momento en que se es expulsado y se introduce la muerte, hasta antes no hay una vida, no puede serlo si no hay otro significante que sea la excepción de ese conjunto, que lo pueda resignificar. La verdad introduce paradójicamente un agujero, una falta, una pérdida que introduce también una hiancia. Para Lacan la verdad es el lugar donde el discurso del sujeto  adquiriría consistencia y donde se coloca para ofrecerse a ser o no refutado y es en ese campo donde Lacan coloca al Otro, aunque este Otro tiene distintas concepciones según el pensamiento y la trayectoria de Lacan, puedo pensar que en este punto lo está pensando en relación a Dios, es un punto un paso anterior a la topología en donde se pensará a ese Otro de una manera diferente y también a ese Dios. Aquí, para hablar de la verdad y del Otro, Lacan trae a  Descartes para indicar que él es el que se preguntaba si es o no un Dios el que garantiza este campo, descartándolo Lacan ya que no hay en el campo del Otro posibilidad de entera consistencia del discurso. (Seminario 16 De la plusvalía al plus de gozar). Allouch enfatiza también este lugar de la verdad que  tiene afinidad con el Otro. Ese Otro, como lugar de la verdad es el único sitio, aunque irreductible, que le podemos asignar al término del ser divino. Si el Otro es el tesoro de los significantes el lugar de la verdad estaría en la palabra. Dios es el lugar del decir, así como pronuncia a un sujeto y al mundo. Decir es hacer subsistir a Dio bajo la forma del Otro. (Prisioneros del gran Otro Allouch) Aunque si bien, así como lo digo no tiene consistencia, ya que el Otro está tachado, al estar tachado está en falta, remitiendo de nuevo a la pregunta de qué le hacía falta a Dios cuando creó el mundo, cuando creó a un hombre como él. Al  estar la verdad en el campo de la palabra se escabulle tan sólo en cuanto puede pronunciarse y ese lugar se escapa.

En el seminario 17 (Campo lacaniano) Lacan retoma este deseo de Dios, pregunta ¿cómo se puede desear algo?, de ahí continúa con la perfección en el reino de Dios, todo está en su lugar y no hace falta nada, sin embargo, éste que inaugura el deseo y crea es el Verbo, Yo soy el camino, la Verdad, la Vida.

Para distribuir la vida antes hay que dar la muerte (Evicción del origen pag 89), es así que este significante que no puede simbolizarse, que no puede pensarse en su propia muerte es real, la muerte es real y resgnifica en la cadena de significantes  nachträglich, apress cup, es con la expulsión que se da vida, que se constituye a un sujeto, así como esa evicción es eso fuera pero no sólo fuera, expulsado, desterrado en su literalidad fuera de esa tierra que es el paraíso, en ese fuera se constituye el cuerpo del sujeto, así, ya, como sujeto desterrado, con una muerte, con dolor, con un nombre que debe construirse y en eso es que se teje el lazo que une a los hombres entre ellos y con su Dios. Entonces, el árbol del conocimiento estaba allí en el paraíso, en el Edén, en ese jardín, sin embargo, no estaba en el jardín de Dios para las informaciones que hubiera podido dar sobre el bien y sobre el mal, sino como emblema del juicio sobre la interrogación (sobre el lenguaje general y el lenguaje de los hombres), lo que establece aquí Benjamin entonces es la entrada a la pregunta, ese árbol está ahí como prohibido, el menos Uno, aquél que está en ausencia para el hombre,como tal abre una pregunta, ahí es donde se instala el sujeto, es lo que le causa la muerte, es lo que mortifica el cuerpo, es lo que instaura también su deseo. En el Discurso a los católicos  Lacan habla de las manifestaciones del inconsciente freudianas, el sueño, el chiste, el lapsus, ahí nunca verán articularse claramente el deseo. El deseo inconsciente es lo que quiere aquel, aquello que sostiene el discurso inconsciente.(Discurso a los católicos) Es decir, el inconsciente, en cuanto inaugurado así por una expulsión con aquello que inaugura la falta y da significación a todo el paraíso en cuanto perdido, tendra que ver con aquél de la creación, con ese Dios que coloca un menos uno en los árboles del paraíso, ese Dios que no nombra sino que moldea haciendo una silueta, un cuerpo.

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