Las dos caras de la luna, el ocultismo

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Las dos caras de la luna: El Ocultismo.

                           Profesor: Ricardo Cristi López

                           Cátedra: FORTRA

                            Alumno: Francisca Cabello Quezada

                           Curso: 1°B

                           Carrera: Psicopedagogía

                           Fecha: 28 – 05 – 2012

“Ocultismo” es una palabra tomada del latín “Occultus”, que significa “tapar”, “aquellas cosas que son ocultas o secretas” o  “esconder”. Podríamos definirlo como “Conjunto de conocimientos y prácticas mágicas y misteriosas, con las que se pretende penetrar y dominar los secretos de la naturaleza” según la RAE. Como características del ocultismo podemos mencionar que tiene que ver con sucesos que parecen depender de una fuerza mayor más allá de los cinco sentidos y está fuertemente vinculado con lo sobrenatural o fuerzas espirituales.

El ocultismo ha prosperado desde el comienzo de las civilizaciones a lo largo del Antiguo y Nuevo testamento en donde los profetas han lidiado y se han confrontado a este tema. La ciencia oculta o ciencia hermética es la primera ciencia que existió en la historia de la humanidad, es el conocimiento del hombre, de las leyes que nos mueven, del universo, de los “qués” y los “porqués”; por lo cual podemos afirmar que el ocultismo es, en su mayoría, positivo y ha sido trascendental en ámbitos como las ciencias y la religión.

Ocultistas como Flamel Pitágoras, Ramón Llull y Giordano Bruno estudiaron y trabajaron durante años, leyendo, experimentando y comparando leyes para entender el universo. Tomemos como ejemplo a Pitágoras. Siempre nos enseñaron en la escuela que fue un gran matemático, pero él nunca se vio a si mismo como tal. Él fue un gran ocultista, que, de hecho, todo su esquema matemático era una explicación del universo. Para él todo nacía del cero, el llamado “Huevo cósmico”^[1] al igual que para Oswald Wirth^[2] (secretario del ocultista y poeta francés Stanislas de Guaita, con el cual dibujaron el llamado “Tarot de Wirth”). Pitágoras tenía la idea del universo con los números como la clave, pero esto no es un matemático, es otra cosa. Nadie nos cuenta que éste creó una escuela filosófico-hermética (La Escuela Pitagórica) completamente esotérica, en donde se practicaban el vegetarianismo, naturismo y cuidado del cuerpo. Tampoco que Pitágoras estableció el famoso “Teorema de Pitágoras”, no como explicación al triangulo rectángulo, sino como una explicación de la relación entre el hombre y el universo. Ni nadie nos contó que la mitad de los matemáticos, los cuales son los más importantes que han existido en la historia, como Newton, John Dee, Fibonacci, etc; han sido esoteristas.

Pero hay círculos de personas que han intentado fervorosamente que el ocultismo sea desprestigiado, haciéndolo ver como solo supersticiones sin conocimientos ni contenidos propios de gente sin cultura. “Todas las historias populares sobre la magia negra tienen su origen en mentes supersticiosas de personas que son, por naturaleza, morbosas. Cuanto más "religiosas" son, más creen en la magia negra.”^[3] Hay otros que toman de manera superficial el tema esotérico,  olvidándola y limitándose a solo recopilar los conocimientos como simple teoría. Pero de más está decir que es por su propia conveniencia e interés el mantener a las personas dentro de su ignorancia con temor al tema, demonizando la ciencia hermética, produciendo que sea perseguida y condenada por la iglesia, calificándola de herejía. “Toda religión, cuando se convierte en toda una institución, condena y combate el ocultismo que alguna vez la vio crecer” - Luis Gabriel Carrillo Navas. 

El ocultismo nos enseña una visión diferente acerca de ciertas cosas, pero una visión que pretende ser coherente, razonada y estructurada, y es realmente absurdo crear conflicto entre el ocultismo, las ciencias y la religión; ya que no hay religión sin ocultismo, pero tampoco ocultismo sin religión. Toda religión está empapada de mitos, simbologías, elementos astrológicos, alquimia, metafísica, etc. Aunque el ocultismo no tenga religión determinada está impregnado de ésta. De hecho es hasta absurdo el concepto de “religión”, ya que proviene del latín “religare”, es decir “unir y volver a unir”; pero también la misma religión desarrolla el concepto, proveniente del latín “diabolus”, del diablo, que originalmente viene del griego “diábolos” el cual no significa más que “el que pone en duda”, significado que se degeneró en “dividir”, “separar”, “el que desune”. Desde este punto de vista podemos afirmar que casi todas las religiones son diabólicas básicamente, son dualistas separando el bien del mal. Todas plantean “yo bueno, tú malo”, “yo creyente, tú ateo”, entre otras. Si la religión del amor dice que hay que reconciliar los opuestos, en el caso en que al final de la Historia Dios y el Diablo se enfrentaran, Dios solo podría combatirle amándolo y aceptándolo. O diciéndolo de manera diferente “El Diablo es la ignorancia, son las tinieblas, son las incoherencias del pensamiento, es la fealdad. ¡Despertaos, pues, durmientes de la Edad Media! ¿No veis que ya es de día?, ¿no veis la luz de Dios que llena toda la Naturaleza?..." – Eliphas Lévi.^[4]

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