Moral Cristiana: La Empresa ¿Lucro Y/o Servicio?
jeanberlake27 de Junio de 2013
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La Empresa ¿Lucro y/o Servicio?
1.- El hecho
1.- Hoy en día la empresa constituye un punto de referencia esencial en la vida de la ciudadanía, porque es el lugar donde muchas personas desarrollan su actividad laboral, del tipo que sea, y, por consiguiente, dependen fuertemente de ella para su sustento económico. La vida de la ciudadanía está, en muchos aspectos, condicionada por la marcha de la empresa.
2.- Además, en un contexto de una economía de mercado, ¬la empresa realiza la distribución de los bienes producidos mediante el salario al trabajo, el beneficio al empresario, el interés al capital y el impuesto al bien común de la sociedad.
2.- Comprensión del hecho
3.- La identificación de la empresa con el capital, concretamente con los propietarios del mismo, no da cuenta de la realidad de la empresa, porque la actividad económica se realiza dentro de un contexto humano que no puede reducirse a simple producción.
4.- La empresa es una unidad económica organizada, dirigida a la producción de bienes o de servicios para el intercambio con otras unidades a través del mercado; o también como un organismo económico que, por la coordinación de los tres factores de la producción (naturaleza, trabajo, capital) mira a satisfacer las necesidades de los consumidores, aportando nuevos bienes al mercado por cuenta y riesgo del empresario que asume la dirección.
5.- Por consiguiente, el empresario (en un sentido amplio) es el intermediario entre el consumo y la producción, sin identificarse necesariamente con el propietario ni con el capitalista. Además, el trabajo de la empresa en nuestros días no se limita a la producción sino que incluye la promoción del consumo con el fin de producir más. Esto destaca la importancia de la publicidad como una forma de comunicación entre el productor y el consumidor, que se realiza mediante las tres funciones básicas de la información, la orientación y la persuasión.
6.- La finalidad de la actividad empresarial es la satisfacción de las necesidades humanas mediante la inversión de un capital, del cual es parte esencial el capital humano, es decir, los recursos humanos y las capacidades de todos aquellos que cooperan en la empresa.
7.- Evidentemente, la empresa busca el beneficio económico, porque este es el indicador más seguro de que la actividad productiva que está desarrollando es aceptada por la sociedad. El beneficio senala que lo producido tiene un valor de intercambio superior al valor de los elementos empleados para realizarlo, y, en consecuencia, es un índice de eficiencia y un medio para la expansión. Sin beneficios, la empresa está destinada a desaparecer, porque se consume más de lo que se produce.
8.- Por tanto, la empresa tiene dos finalidades básicas: (a) una finalidad objetiva (externa) que consiste en el servicio a la sociedad mediante la producción de bienes y servicios, junto con la distribución de la renta económica generada; y (b) una finalidad subjetiva (interna), con respecto a las personas que desarrollan su actividad en ella, mediante la obtención de beneficios, la consolidación en el mercado como garantía de su propia continuidad, y la promoción de la persona a través del trabajo.
9.- A partir del siglo veinte ha habido, en la práctica, dos modelos de empresa: (a) el modelo funcional, donde la empresa es considerada básicamente como una unidad de producción y el propietario de los recursos (materiales y humanos) dispone libremente del capital, tratando al trabajo como mercancía; y (b) el modelo centrado en la persona, donde la empresa es pensada en términos de una organización humana que se identifica mediante un proyecto compartido a largo plazo y que se realiza con la cooperación de todos aquellos que trabajan en ella.
10.- En la primera mitad del siglo veinte, el enfoque de la producción industrial consideraba el elemento humano simplemente como un factor entre otros con vistas a lograr unos resultados determinados (productividad del trabajo). Si la empresa es considerada como el cerebro, los trabajadores son las manos, y, por ello, un medio entre otros muchos que se dispone para administrar productos y dinero.
11.- En los anos setenta surge una corrección al modelo funcional debido a un aumento significativo de la flexibilidad en la dirección, la administración y la gestión, ya que los productos deben adaptarse con mayor rapidez a unos entornos diferentes y a unos mercados más complejos. Así, se procede a la descentralización de los trabajos, la diversificación de las funciones, la departamentalización de los procesos y la aplicación de un sistema de refuerzos al trabajador para que mantenga y aumente los niveles de producción. Pero, básicamente, sigue predominando la visión de una productividad cuantificable mediante la realización de tareas mecánicas.
12.- Este modelo de empresa está en vías de superación debido a presiones internas y externas: (a) exigencias internas que consisten en las expectativas de los asalariados, la calidad de vida en el lugar del trabajo, y la relación entre la motivación y el rendimiento; y (b) exigencias externas que, por una parte, implican la necesidad de adaptarse a un mundo cada vez más cambiante mediante la competencia (los clientes son cada vez más exigentes) y la innovación (capacidades cada vez más especializadas), y, por otra, involucran el cambio de la figura clásica del empresario como propietario y directivo (aporta el capital y realiza también las funciones de planificar, organizar y controlar) debido a la progresiva separación entre la propiedad (inversionista) y la administración de la empresa (el directivo profesional).
13.- Las ciencias de la gestión actualmente piensan la empresa desde la perspectiva de una organización, es decir, un conjunto de personas que, mediante la adecuada coordinación de las capacidades de cada una, persiguen unos fines comunes. Por ello, ya no se trata tan sólo de administrar y de gestionar unos recursos, sino más bien de potenciar las capacidades humanas y armonizar la voluntad de un grupo humano. Es el paso de una distinción de funciones a una organización en equipo, mediante una identidad compartida y un sistema de información (modelo de organización en red).
14.- Este cambio de enfoque, de una unidad de producción a una de organización social, no es puramente conceptual porque también implica una transformación de la misma empresa y de las relaciones de todos aquellos que laboran en ella. En el enfoque de una unidad de producción surge el conflicto entre los intereses contrapuestos (una lucha de clases entre el trabajo y el capital), mientras que en una perspectiva organizacional el centro se encuentra en los intereses comunes a todos y, por ende, el desarrollo de la persona llega a formar parte de la misma finalidad de la organización.
15.- Este nuevo modelo significa el paso de una empresa piramidal y autoritaria a una que acrecienta la iniciativa de cada uno, buscando desarrollar sus capacidades; sustituye el principio de la obediencia por el de la responsabilidad, dinamizando los recursos creativos de todos y desarrollando la calidad de vida en el lugar del trabajo; la cultura grupal predomina sobre una racionalidad tecnocrática y la adhesión resulta ser más importante que la coerción, porque el proyecto común depende de la participación de todos. A nivel organizacional este nuevo modelo implica delegación de poderes y desburocratización, una actitud de escucha y de diálogo, unas medidas concretas de redistribución de beneficios, una dirección participativa y horizontal, y políticas de formación permanente del personal.
3.- Implicaciones éticas
16.- En la práctica existe una relación de desconfianza entre el universo de la ética y el mundo empresarial, fundada en alguna de las siguientes consideraciones: (a) los negocios pertenecen a un mundo donde es preciso olvidarse de la ética, porque el negocio tiene sus propias reglas; (b) la tarea de la empresa consiste en maximizar los beneficios (dinero, prestigio, poder) y, por consiguiente, como en la guerra, cualquier medio es válido y queda justificado si conduce al fin deseado, porque no hay valor superior que el de los resultados (“los negocios son negocios”); y/o (c) la ética tiene su lugar en cuanto se limita a unos mínimos que coinciden con el cumplimiento de la legalidad y la sujeción a las leyes del mercado (lealtad a la conciencia personal y cumplimiento de la legalidad vigente).
17.- En el fondo, estas consideraciones pragmáticas presuponen que el horizonte de la ética y la realidad de la empresa pertenezcan a dos mundos totalmente distintos, y que entre ellos exista un vacío insalvable, porque la ética dice relación a la esfera de lo estrictamente privado (la subjetividad y la conciencia individual), mientras la empresa se sitúa en la esfera de lo público (libre de cualquier valoración, salvo lo prescrito por la ley, y sujeta sólo al principio de la ganancia).
18.- Un texto de Milton Friedman refleja esta postura cuando escribe: “?Qué significa que el ejecutivo de la corporación tiene una responsabilidad social en cuanto hombre de negocios? Si esa afirmación no es pura retórica, tal cosa significa que tiene que actuar de alguna manera que no corresponde a los intereses de sus patronos. (…) En un sistema de libertad de empresa y propiedad privada, un ejecutivo es un empleado
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